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Quiero invertir en tendencias de futuro, pero no sé cómo
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recursos, población y tecnología

Quiero invertir en tendencias de futuro, pero no sé cómo

Los desafíos climáticos del planeta dejan paso a multitud de oportunidades para los inversores, según Deutsche Bank, que destaca varias formas de aprovecharlas, desde empresas cotizadas hasta diferentes tipos de bonos

Foto: Fuente: cedida.
Fuente: cedida.

El pasado año no fue fácil para muchos inversores. El impacto de la inflación acabó resonando en todos los rincones de los mercados financieros: las bolsas globales sufrieron caídas no vistas en más de una década, y el batacazo de la renta fija fue el más notable del siglo. Las expectativas para el nuevo año dibujan un escenario más alentador, aunque no debemos perder de vista los riesgos. Así lo refleja la Chief Investment Office de Deutsche Bank en su informe ‘CIO Insights’, donde selecciona nueve temáticas para invertir a largo plazo agrupadas en tres áreas globales: transición de recursos, apoyo a la población y tecnología.

Y es que, los nuevos desafíos del planeta, como gestionar y conservar los recursos, sustentar a la población mundial o desarrollar las tecnologías necesarias para lograrlo, dejan la puerta abierta a multitud de oportunidades para los inversores, según la entidad. Sin ir más lejos, “limitar el aumento mundial de la temperatura a 1,5 grados implica enormes transformaciones estructurales de nuestro modo de vida. Los inversores deberían anticipar estos cambios, y mediante la inversión con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (conocidos por su acrónimo en inglés ESG), pueden ayudar en parte a facilitarlos”, afirma el Cio Office de Deutsche Bank. Pero, ¿cuáles son estas temáticas concretas y, sobre todo, cómo invertir en ellas?

Transición de recursos

  • Transición energética

Con el cambio climático y, más recientemente, con la invasión rusa de Ucrania (que ha provocado graves problemas de suministro de alimentos, energía y otras materias primas), acabar con la dependencia de las fuentes de energía tradicionales es uno de los grandes retos de las políticas gubernamentales. Y aunque ya se ha avanzado, queda mucho por hacer. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), por ejemplo, calcula que la producción de hidrógeno representó tan solo el 0,7% de la producción mundial en 2021. De cara a 2030, la Comisión Europea se ha fijado el reto de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno e importar otros 10 millones.

“Las inversiones en energías renovables pueden hacerse en varios eslabones de la cadena: en tecnología de producción (electrolizadores), en infraestructura de distribución (tuberías) o en tecnologías de uso. El tamaño de los proyectos variará notablemente, pero los importes totales serán importantes. Alcanzar la neutralidad de carbono requerirá 3 billones de dólares en inversión hasta 2050. Cabe decir que las inversiones del mercado privado pueden tener una especial relevancia en las áreas más innovadoras”, recoge el informe.

Alcanzar la neutralidad de carbono requerirá 3 billones de dólares en inversión hasta 2050

  • Recursos terrestres

Minerales, agua, vegetales, animales… La población crece y, con ella, el uso de los recursos naturales. Por eso, gestionarlos adecuadamente se antoja imprescindible si queremos conservar el planeta. En Europa y Estados Unidos ya se están activando programas de inversión en grandes infraestructuras públicas. Pero no es suficiente. Según Naciones Unidas, el gasto anual en el suministro de agua deberá triplicarse hasta los 114.000 millones de dólares en la próxima década; un escenario en que la inversión privada pasará a jugar un papel sustancial.

“En algunos sectores, la inversión puede proceder de empresas que coticen en bolsa, como en el de la energía, el agua o la gestión de residuos, con indicadores globales establecidos. Las inversiones privadas podrían realizarse, directa o indirectamente, en empresas más pequeñas, innovadoras y con un enfoque más limitado a una fase más temprana de sus ciclos de crecimiento. Están surgiendo asimismo nuevas formas de inversión, por ejemplo a través de créditos de carbono voluntarios basados en la gestión de recursos centrados en la naturaleza forestal o marina”, recomienda Deutsche Bank.

  • Economía azul

La protección de nuestros océanos conforma el siguiente eslabón de la cadena en las políticas de los gobiernos. El término ‘economía azul’ engloba las actividades económicas que se desarrollan alrededor de ellos. Es un motor que genera cada año 2,5 miles de millones de dólares alrededor del mundo, según Spainsif. Y en este terreno, queda un largo camino por recorrer. Las tecnologías limpias y las energías renovables son solo uno de sus componentes, pero existen otras áreas con potencial para invertir como, por ejemplo, el cambio de la industria pesquera o la defensa de las costas frente al cambio climático.

Foto: Foto: iStock.

En este escenario, el informe de la entidad recoge que “la exposición a renta variable es posible a través de empresas más grandes que participen en partes de la economía marítima. Por su parte, los mercados privados pueden ayudar a los inversores en empresas o tecnologías emergentes. Entre las nuevas formas de inversión figuran los ‘bonos azules’ (de gobiernos, organizaciones de desarrollo o empresas individuales), aunque su emisión sigue siendo reducida. Asimismo, la inversión en ecosistemas marinos y costeros -como los manglares- puede verse facilitada por el creciente interés en los créditos de ‘carbono azul’ como parte del fuerte crecimiento previsto del mercado de carbono voluntario. En este panorama financiero cambiante, también es probable que sea importante la ‘financiación mixta’, por ejemplo, a través de asociaciones público-privadas”.

Apoyo a la población

  • Salud y ‘MedTech’

La digitalización ha impactado en todos los sectores y la medicina es uno de ellos. La inteligencia artificial (IA), por ejemplo, ya se está utilizando para descubrir nuevos compuestos químicos y medicamentos ahorrando tiempo y costes. Las posibilidades de inversión recaen sobre muchas actividades, entre ellas la analítica de datos, la automatización de los laboratorios, el instrumental médico, la medicina regenerativa, la robótica o la telesalud.

“Existe un gran número de métodos de inversión, tanto en subsectores consolidados como en emergentes. En los mercados públicos, las inversiones pueden realizarse a través de valores individuales y existen muchos ETF que cubren diferentes aspectos de los sectores de la sanidad y del MedTech (tecnologías médicas). Asimismo, existen muchas oportunidades en el mercado privado, tanto en los subsectores ya consolidados como en los emergentes”, confirma la entidad.

  • Infraestructuras

Las actividades económicas giran en torno a las infraestructuras, desde las redes eléctricas y de fibra óptica, hasta las autopistas, los puertos o los puentes. Tradicionalmente, la inversión en estas áreas ha estado sujeta a grandes proyectos, aunque ahora, la digitalización y la descarbonización han dado un giro a este escenario, abriendo la puerta a nuevas oportunidades en proyectos de infraestructura más innovadores y de menor escala. En ellos, “el interés del inversor puede estar en las ganancias de capital a través de fusiones y adquisiciones o la inversión en plataformas tecnológicas", según Deutsche Bank.

“El valor del mercado global de infraestructuras registradas asciende a unos siete billones de dólares. Los mercados privados ofrecen una amplia gama de emisores, lo que podría permitir a los inversores elegir inversiones más específicas, gracias en parte a los objetivos fijados por las instituciones públicas. Europa es el mayor mercado de financiación privada de infraestructuras”, resume el informe.

  • Millennials y Generación Z

Las generaciones cambian, y esto abre otro abanico de opciones de inversión, según el informe del banco. Los Millennials (nacidos entre principios de los 80 y finales de los 90) y la Generación Z (entre mediados de los 90 y mediados de los 2000) tienen hábitos muy diferentes a los ‘baby boomers’ (entre mediados de los años 40 y 60): están mucho más familiarizados con los entornos digitales, son más exigentes al adquirir bienes o servicios y exigen comportamientos sostenibles a las empresas.

“Las áreas preferidas por los Millennials abarcan las redes sociales y el entretenimiento, la salud y la forma física, la moda y sus complementos, la comida y la bebida, los viajes y el ocio, así como los servicios financieros. Las pequeñas empresas que se centran especialmente en esta generación no suelen abundar en los mercados cotizados. Los mercados privados ofrecerán una serie de oportunidades en estas áreas”, confirma el documento.

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Tecnología

  • Movilidad inteligente

Muchas veces, tendemos a relacionar la movilidad inteligente únicamente con los vehículos eléctricos y autónomos, pero lo cierto es que va mucho más allá. Para lograr la neutralidad de carbono, el cambio debe abordarse desde la raíz, incluyendo diferentes métodos de transporte en las ciudades e incluyendo proyectos de conectividad e información en tiempo real.

“Es posible invertir en empresas que puedan beneficiarse de las tecnologías de almacenamiento de energía, los vehículos autónomos, la movilidad compartida y los nuevos métodos de transporte. Algunas serán del sector de las tecnologías de la información, pero los sectores de consumo discrecional, industrial y de materias serán asimismo relevantes. Por lo tanto, las inversiones pueden cubrir toda la cadena de suministro, desde la producción hasta el software”, recomienda la Chief Investment Office de Deutsche Bank.

  • Inteligencia Artificial

Deep learning, programación neurolingüística, chatbots, computación en la nube... La inteligencia artificial ha llegado a todos los sectores. El 'boom' de esta tecnología está dando paso al nacimiento de nuevas empresas y despertando el interés de otras muchas. La cantidad de adquisiciones de compañías emergentes de IA ha aumentado de forma constante desde 2010 y casi se cuadriplicó entre 2015 y 2018, según los datos de Statista. De hecho, la firma de investigación de mercado IDC proyectó que este mercado global alcanzará un tamaño de más de medio billón de dólares estadounidenses para 2024.

La mayoría de las oportunidades de inversión, según la entidad, "se encuentran en el sector de las tecnologías de la información, seguido del sector de las comunicaciones. Estos campos incluyen disposiciones de conjuntos de datos, agentes automatizados de atención al cliente, recomendaciones y automatizaciones de procesos de venta, inteligencia y prevención automatizadas de amenazas, automatización de TI y análisis e investigación de fraudes.29 La inversión puede realizarse tanto a través de mercados públicos como privados".

  • Ciberseguridad

La ciberseguridad se ha convertido en un pilar clave para muchas empresas. Aproximadamente el 60% de las pymes europeas que sufre un ciberataque quiebra pasados seis meses, según un informe de Google. Por eso, los consumidores, las empresas y los gobiernos invierten cada vez más en este terreno; y se espera que esta tendencia al alza siga creciendo. En 2021, este mercado se cifró en 140.000 millones de dólares, según un estudio de Fortune Business Insights.

​"El sector está dominado en la actualidad por empresas consolidadas que se centran en la ciberseguridad, pero grandes operadores del mercado con modelos de negocio más amplios podrían entrar en este área. En el otro extremo de la escala, las pequeñas empresas especializadas en áreas emergentes pueden ofrecer asimismo oportunidades interesantes. En los sectores de fabricación, banca, servicios financieros y seguros (BFSI) y sanidad, por ejemplo, se observa un crecimiento continuado del uso de soluciones de seguridad empresarial".

El pasado año no fue fácil para muchos inversores. El impacto de la inflación acabó resonando en todos los rincones de los mercados financieros: las bolsas globales sufrieron caídas no vistas en más de una década, y el batacazo de la renta fija fue el más notable del siglo. Las expectativas para el nuevo año dibujan un escenario más alentador, aunque no debemos perder de vista los riesgos. Así lo refleja la Chief Investment Office de Deutsche Bank en su informe ‘CIO Insights’, donde selecciona nueve temáticas para invertir a largo plazo agrupadas en tres áreas globales: transición de recursos, apoyo a la población y tecnología.

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