La volatilidad de los tipos de interés congela la financiación de las fusiones y adquisiciones
Muchas operaciones que se harían con deuda se están cancelando por falta de garantías de los bancos ante los movimientos de los tipos
La inflación y la evolución de los tipos de interés han lastrado al M&A en la segunda mitad de 2022, y una parte de las operaciones que habrían superado estos escollos se han encontrado con que la volatilidad de los tipos de interés ha impedido que lleguen a buen puerto. El volumen de compras y fusiones se desplomó en la segunda mitad del año y se espera que no se recupere hasta verano.
En el cuarto trimestre, el valor de las operaciones cerradas cayó por debajo de los 400 millones de dólares a escala global, apenas una cuarta parte de los registros de hace un año, según estadísticas recopiladas por el despacho Allen & Overy. España no escapa de esta dinámica, en la que solo energía e infraestructuras siguen registrando actividad relevante.
En general, la incertidumbre está retrasando las decisiones de inversión. El aumento del coste de la financiación no ayuda, por eso infraestructuras es un sector que sobrevive en mejor medida a esta crisis del M&A, dado que es una inversión con un periodo de maduración más amplio, lo que permite que los tipos no suban tanto como en inversiones a cinco y seis años.
“Las discusiones financieras ahora están desde el principio”, explicó este lunes Íñigo del Val, socio de Allen & Overy. El problema no solo es el coste creciente de la deuda, sino su volatilidad. Desde que se acuerda un precio para una transacción hasta que esta se ejecuta, el coste de la deuda puede variar. Antes de esta crisis de inflación, los bancos daban garantías que ya no están dispuestos a poner encima de la mesa.
En un informe de tendencias de M&A, el despacho indica que más allá de operaciones con flujos de ingresos estables y largos periodos de tiempo de maduración, como en renovables o infraestructuras, “los bancos normalmente solo suscribirán paquetes de deuda si el emisor asume el 100% del riesgo de mercado, lo que aumenta la posibilidad de un aumento repentino en los precios a mitad de una transacción”.
Antes era habitual que los bancos garantizaran una operación apalancada hasta la configuración de un préstamo sindicado, pero esto ha quedado atrás. De esta forma, se están creando “las condiciones más desafiantes” para cerrar operaciones por parte de los fondos de capital riesgo en años. Apenas 12 meses atrás, “apenas había que pensar dos veces en la disponibilidad de financiación, los sponsors [de la financiación necesaria en M&A] tenían opciones, los costes eran bajos y los paquetes [créditos sindicados] podían acordarse con rapidez”, señalan en Allen & Overy.
Por ello, como señal Del Val, las condiciones de financiación están ya en el inicio de cualquier inversión. Así, se están incluyendo diferentes cláusulas para vincular el precio final a la evolución de las condiciones de financiación. También para que dicho precio pueda estar modificado según cambios regulatorios o impositivos que afecten a los beneficios, como earn out o roll over, para involucrar a los dueños.
Los tipos de interés se han disparado en 2022, afectando a la actividad de compras y fusiones. El Banco Central Europeo (BCE) y otros bancos centrales han puesto el foco en la inflación, provocando un empeoramiento de las condiciones financieras después de la barra libre de liquidez barata. Sin embargo, por ahora la inflación no recula, aunque para algunos expertos podría haber tocado techo, y los tipos cada vez son más altos. El propio BCE endureció la semana pasada su lenguaje y los inversores han pasado a apostar por tipos al 3% a lo largo del año que viene, hasta el 3,5%.
La inflación y la evolución de los tipos de interés han lastrado al M&A en la segunda mitad de 2022, y una parte de las operaciones que habrían superado estos escollos se han encontrado con que la volatilidad de los tipos de interés ha impedido que lleguen a buen puerto. El volumen de compras y fusiones se desplomó en la segunda mitad del año y se espera que no se recupere hasta verano.
En el cuarto trimestre, el valor de las operaciones cerradas cayó por debajo de los 400 millones de dólares a escala global, apenas una cuarta parte de los registros de hace un año, según estadísticas recopiladas por el despacho Allen & Overy. España no escapa de esta dinámica, en la que solo energía e infraestructuras siguen registrando actividad relevante.
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