El euro alcanza la paridad con el dólar y abre un cambio de ciclo entre tambores de recesión
La moneda única empata con la estadounidense por primera vez en dos décadas tras dejarse más de un 11% desde el inicio de la guerra. El sorpaso encarecerá la importación de materias primas
Tarde o temprano, el momento que todos los inversores esperaban desde hace días tenía que llegar. El euro y el dólar han alcanzado la paridad a las 11:45 de este martes, después de coquetear en valores muy similares durante las últimas horas. La moneda europea y la estadounidense ya valen lo mismo, tras dos décadas de predominio de la primera. El cambio de ciclo augura una nueva época en el mercado de las divisas, reflejo del adelanto de la Reserva Federal (Fed) sobre el Banco Central Europeo (BCE) en el giro inevitable de la política monetaria.
El miedo a una recesión en Europa, por el posible corte del gas ruso, obliga a Fráncfort a ser prudente, en contraste con la audacia de la Fed, que no ha dudado en aprobar la mayor subida de tipos de interés desde 1994 para frenar la mayor espiral inflacionista en medio siglo. Al contrario de lo que ocurrió en la crisis de 2008, esta vez Europa ha tenido una política monetaria mucho más expansiva que Estados Unidos. Y el único corolario posible ha llegado este martes, con el empate entre las dos principales divisas de Occidente.
El euro estaba por encima del dólar desde julio de 2002, justo hace 20 años. Entonces, con apenas un semestre como medio de pago de curso legal en los países de la Unión Monetaria, inició un 'rally' que se mantendría hasta la Gran Recesión. Para salvar la moneda única, Mario Draghi pronunció en 2012 su famoso 'whatever it takes' ('cueste lo que cueste') e inauguró una larga época de dinero barato que se ha mantenido hasta ahora. La paulatina devaluación del euro favoreció la salida de la crisis de deuda de la década pasada, e inició una tendencia hacia la paridad que, con un breve paréntesis al inicio de la pandemia, ha avanzado irremediablemente hasta culminar este martes.
Se acabó la época en que la 'jet set' europea se iba de fin de semana a Nueva York para hacer compras. La recién inaugurada paridad favorecerá las exportaciones de la Unión Europea, pero supondrá un encarecimiento de las importaciones, especialmente de las materias primas, en plena crisis energética. Las principales 'commodities', como el petróleo, se cotizan en dólares, y esto supone una noticia nefasta para los países del bloque. Un dato: el petróleo, que aún está lejos de máximos históricos, ya batió su récord en euros al principio de la invasión de Ucrania. Nadie quiere importar inflación, pero la alternativa tampoco es mucho mejor.
Europa va con retraso en la subida de tipos y no parece probable que vaya a cometer otro 'error Trichet'
Los tambores de recesión que suenan en el Viejo Continente percutidos por el chantaje del Kremlin cada día son más intensos. La melodía de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, no parece que vaya a cambiar, y la francesa se limitará a hacerle los coros a Jerome Powell, su homólogo en la Fed. Europa va con retraso en la subida de tipos y no parece probable que vaya a cometer otro 'error Trichet', como el que precipitó la crisis de deuda de 2011. En ese escenario, el único camino posible es el de la consolidación del sorpaso: el euro ha perdido más de un 11% frente al dólar desde el inicio de la guerra de Ucrania y la mayoría de los expertos opina que la tendencia se mantendrá durante los próximos meses.
George Saravelos, jefe global de Divisas de Deutsche Bank, cree que la moneda única se moverá a medio plazo entre los 0,95 dólares y la paridad. Y, en declaraciones a Bloomberg, apunta a la reducción del suministro energético procedente de Rusia como principal culpable: "Incluso si el flujo vuelve a niveles normales después del periodo de mantenimiento [del gasoducto Nord Stream 1], es poco probable que el riesgo desaparezca". Sin embargo, los movimientos de los bajistas, que han disparado las operaciones a corto sobre el euro en los últimos días, también podrían producir el efecto contrario: una apreciación frente al dólar a muy corto plazo.
Vienen tiempos turbulentos y, ante un oro que no despega, los inversores encuentran en la moneda estadounidense un valor refugio. Esto ha ocurrido siempre, pero, en la América que navega entre el pleno empleo y una inflación desbocada, las previsiones de un nuevo endurecimiento de la política monetaria reforzarán aún más la apreciación de la principal divisa del mundo. Los analistas de UniCredit lo apuntan en una nota recogida por Bloomberg: "La lógica que prevalece en el mercado de divisas permanece inalterada. Se sigue percibiendo que la Fed tiene más margen para continuar las subidas de los tipos de interés, también con el respaldo de los sólidos datos de empleo de junio". Al otro lado aparece una Europa temerosa: "El BCE podría verse forzado a tornarse más prudente, dado la exposición directa de sus economías al gas y la crisis energética", añaden.
Y después está el problema de siempre: la financiación de la deuda de los países periféricos. Si el BCE emprendiese un alza agresiva de tipos que reforzase el euro, España —y sobre todo Italia— sufriría. Para evitar tensiones en las primas de riesgo, el regulador aprobó un mecanismo antifragmentación que se podría antojar insuficiente si el moderado giro en la política monetaria se convirtiese en volantazo. En este juego de equilibrios, el euro y el dólar ya están a la par.
Tarde o temprano, el momento que todos los inversores esperaban desde hace días tenía que llegar. El euro y el dólar han alcanzado la paridad a las 11:45 de este martes, después de coquetear en valores muy similares durante las últimas horas. La moneda europea y la estadounidense ya valen lo mismo, tras dos décadas de predominio de la primera. El cambio de ciclo augura una nueva época en el mercado de las divisas, reflejo del adelanto de la Reserva Federal (Fed) sobre el Banco Central Europeo (BCE) en el giro inevitable de la política monetaria.
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