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¿Está perdiendo el norte el BCE? Su política errática enerva a los inversores
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EN MEDIO DE LAS SUBIDAS DE TIPOS

¿Está perdiendo el norte el BCE? Su política errática enerva a los inversores

A la montaña rusa que ha provocado en la deuda periférica se une la ‘odiosa’ comparación con otros bancos centrales

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Daniel Roland)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Daniel Roland)

A Christine Lagarde le deben de haber pitado los oídos en estéreo esta semana. La presidenta del BCE ha sido criticada con contundencia en lo que muchos consideran ya el tercer gran error de bulto del banco central europeo en momentos muy delicados.

El primero lo protagonizó el entonces presidente Jean-Claude Trichet, cuando en julio de 2008, con la gran crisis financiera desatándose, subió tipos y desconcertó al mercado; el segundo ya fue cosa de Lagarde, cuando en marzo de 2020, en pleno estallido de la pandemia, dijo aquello de que un banco central no está para ayudar en los mercados de deuda a países afectados por virus como Italia.

Entonces tuvo que pedir perdón a sus colegas de la institución, según se publicó, y rectificar. Esta vez no sabemos si habrá pedido disculpas también, pero sí que se ha visto obligada a autoenmendarse convocando una reunión de urgencia del Consejo de Gobierno, apenas 5 días después de su reunión ordinaria.

“No supone nada nuevo. Mucho ruido y pocas nueces, y una credibilidad que no aumenta”

Lo hizo forzada por la decepción que provocó en el mercado su no-plan para evitar que los bonos de países como España e Italia se hundan en esta nueva fase de la política monetaria. Una frustración que llevó a muchos a vender esos títulos y a disparar sus diferenciales: el del bono italiano llegó a superar el 4% y el del bono español, el 3%, en una escalada espectacular.

El BCE parece estar perdiendo el norte”, lamenta Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz GI, a quien tampoco le convencen las medidas anunciadas en la reunión de emergencia; a saber, mayor flexibilidad en uno de sus planes de compras de activos y el encargo a sus comités internos de que aceleren el diseño del plan antifragmentación. “No supone nada nuevo con respecto a lo comunicado la semana pasada. Mucho ruido y pocas nueces, y una credibilidad que no aumenta”, añadía Dixmier.

Poner coto a las primas de riesgo

“Lo de amenazar con encargarle el plan a unos comités suena un tanto irónico”, opinaba Victor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, para quien lo del BCE fue “básicamente lanzar aviso al mercado de que se preparan para evitar que se salgan de control las primas de riesgo”, añadía.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Getty/Thomas Lohnes)

Al menos, este objetivo sí lo ha logrado la institución a corto plazo, porque las primas de riesgo se han relajado en las últimas sesiones. La de España, hasta los 118 puntos, frente a los 140 que llegó a tocar el martes; y la de Italia, por debajo de los 210, tras haber alcanzado a mediados de semana los 250 puntos.

“La rápida reacción del BCE ha permitido una cierta corrección en los mercados, que han amortiguado el movimiento y cuya tendencia podría continuar de cara a los próximos días”, explicaba Miguel López Ferrero, director del Área Técnica de Ibercaja Gestión.

“Presión”, “urgencia”…

Ahora bien, la alegría puede durar poco tiempo si no hay más claridad en los planes. La reacción del mercado “añade presión para que el BCE cumpla”, en opinión de Pietro Baffico, economista de abrdn. “Existe el riesgo de que el Consejo de Gobierno siga dividido entre las diferentes formas de apoyo”, pero “los responsables políticos deberían dejar claro que tienen la intención de prestar un apoyo significativo”, argumenta.

No será fácil, considera Asad Zangana, economista de Schroders: “Es probable que el BCE se enfrente a importantes desafíos legales para poner estos planes en marcha”, pero no le queda otra que “ser mucho más creativo en sus esfuerzos”. Eso sí, en su opinión, el banco central “no debe participar en la financiación monetaria, que implica el uso de la política monetaria para subvencionar el gasto público”.

El problema es que, pese a que los detalles son importantes, “el BCE ahora siente la urgencia” destaca Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, quien avisa: “Si el riesgo de fragmentación se intensificara aún más, la normalización de los tipos tendría que detenerse más pronto que tarde”. Y eso abre un escenario aún más incierto en un contexto de inflación galopante, con el 8,1% de subida del IPC en mayo ya confirmado.

Débil frente a otros bancos centrales

Por si fuera poco, los inversores todavía menean más la cabeza al mirar al BCE cuando lo comparan con la decisión con la que están actuando otros bancos centrales. No sólo la Fed, con su subida de 75 puntos básicos el miércoles, o el Banco de Inglaterra, con su nuevo incremento, sino incluso ya el banco central suizo.

Por sorpresa, el SNB, a quien históricamente le había preocupado mucho más la fortaleza de su divisa que cualquier otra cosa, también ha movido ficha esta semana, al subir tipos por primera vez en 15 años. Un “espectacular giro”, en palabras de Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes, que es “indicativo de que la política monetaria a nivel mundial probablemente se encuentre en un momento decisivo”.

Y ya se sabe que las comparaciones son odiosas. “Fed sube 0,75%; SNB de Suiza sube 0,50%: BoE de Reino Unido sube 0,25%... Banco Central Europeo: planifican crear un plan”, lamentaba el gestor español Hugo Ferrer en su cuenta de Twitter.

El mercado pide actuaciones claras y no entiende cómo, después de una década comprando bonos para evitar precisamente un descalabro en la deuda periférica, se tiene que convocar una reunión de emergencia para pedir a los “comités internos” que se den más prisa.

A Christine Lagarde le deben de haber pitado los oídos en estéreo esta semana. La presidenta del BCE ha sido criticada con contundencia en lo que muchos consideran ya el tercer gran error de bulto del banco central europeo en momentos muy delicados.

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