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Ibex 35, el 'tuerto' que reina entre las bolsas europeas tras un convulso inicio de año
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Ibex 35, el 'tuerto' que reina entre las bolsas europeas tras un convulso inicio de año

Pese a registrar números rojos, el comportamiento del Ibex 35 en este arranque de 2022 está mejorando ostensiblemente el de la mayoría de grandes índices internacionales

Foto: Pantallas que muestran la evolución de las bolsas internacionales en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/ Altea Tejido)
Pantallas que muestran la evolución de las bolsas internacionales en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/ Altea Tejido)

Casi como si se tratara de uno de esos recurrentes propósitos de año nuevo que pronto quedan en el olvido, en los mercados financieros se han convertido en costumbre en los últimos años los presagios de que los grandes índices europeos y, el Ibex a la cabeza de ellos, estaban listos para recuperar terreno frente a Wall Street, cuya evolución había sido mucho más favorable desde el estallido de la crisis financiera. Los datos dan buena muestra del fiasco de estas predicciones: la bolsa estadounidense acumula cuatro años consecutivos firmando mejores registros que la europea (medidas en la misma divisa), con unos retornos totales que casi triplican los de la renta variable del Viejo Continente.

Este año, sin embargo, en el ambiente del mercado flotaba un factor que hacía de esta una oportunidad única para Europa. Las expectativas de que, tras años de letargo, la economía internacional se sumía en un periodo prolongado de tasas de inflación elevadas –lo que a su vez debía provocar un viraje en la postura de los bancos centrales– se presentaba como un escenario favorable para los mercados europeos, en los cuales tienen un peso mucho mayor los sectores a priori más favorecidos por estas tendencias (banca, energía y sectores cíclicos en general).

Y ciertamente, los primeros compases del año parecieron refrendar esta visión. Aunque golpeadas también por las tensiones que han ido sacudiendo al mercado desde el arranque del ejercicio, hasta la última semana de febrero, el rendimiento de las bolsas europeas superó de forma significativa el de Wall Street, con momentos en que la diferencia entre una y otra rebasó los cinco puntos porcentuales.

Foto: EC

Desde entonces, sin embargo, el inicio de la invasión de Ucrania ha girado las tornas, situando una vez más a las bolsas europeas a la zaga de las estadounidenses, incluso después de la fuerte recuperación de los últimos días. A cierre del jueves, el índice MSCI de EEUU acumulaba un retorno total negativo en 2022 del 7,84%, mientras que las pérdidas del MSCI europeo se elevaban hasta el 8,57% (ambos medidos en dólares).

El panorama europeo, sin embargo, ofrece importantes matices, ya que existen diferencias ostensibles entre los recortes próximos al 12% que acumula el Ftse Mib italiano o las ligeras ganancias que registra el Ftse 100 británico (también comparados en idéntica divisa, en este caso el euro).

En este comportamiento tan dispar, la bolsa española se ha situado en esta ocasión en el bando ganador (al menos, en términos relativos). El Ibex cerró este viernes en los 8.417,6 puntos, lo que representa un 3,4% menos que al inicio del año. Pese a los números rojos, el índice español muestra unos guarismos que mejoran con mucho al de la gran mayoría de sus pares europeos, en lo que, en cierto modo, viene a ser reflejo de la menor exposición directa de la economía española a Rusia.

Además, en medio de las turbulencias que han azotado a los mercados europeos en esta primera mitad del año, y que se han cebado con sectores como el ‘retail’, la tecnología o el automóvil, el Ibex ha encontrado cierta protección en su particular composición, con un peso especialmente elevado de la banca, que se ha mostrado como una de las industrias favoritas de los inversores para navegar en el contexto actual. Así, CaixaBank, Sabadell o Bankinter se ubican entre las 25 mejores compañías del Stoxx 600 en este arranque de año.

La evolución de la banca sigue siendo clave para las perspectivas del Ibex

Es por eso que cuando se plantea si el índice español puede seguir mostrando una evolución más favorable que la de sus homólogos europeos, los expertos no dudan en señalar al sector financiero como el elemento decisivo. “El Ibex lo hará mejor que el resto si la banca lo hace bien. No hay otra opción”, afirma con contundencia Ignacio Cantos, director de Inversiones de atl Capital.

Teniendo en cuenta este factor, existen razones para ser moderadamente optimistas con el Ibex, en un contexto en que se prevé que el BCE proceda progresivamente a la retirada de los estímulos monetarios y algunas firmas de análisis pronostican subidas de tipos de interés antes de que finalice el año. Esto, como apunta Cantos, ya ha propiciado un fuerte repunte del euríbor, que es favorable para la rentabilidad del sector financiero.

Sin embargo, la lectura resulta mucho más compleja si en el escenario se insertan las posibles secuelas que puede dejar en la economía europea la crisis de Ucrania, en principio mucho más significativas que en Estados Unidos. “¿Cómo va a quedar la economía europea? ¿Nos dirigimos hacia una recesión? En ese caso, el contexto tendría implicaciones negativas para la banca”, subraya Cantos.

Una visión similar defiende Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión, quien suma al factor de la banca otro elemento que suele ser clave en la evolución del Ibex: Latinoamérica. “La bolsa española está muy expuesta a Latinoamérica, que ha sido un factor positivo en los últimos tiempos, porque le ayuda la subida de las materias primas. Pero esta es una cuestión que está ya muy descontada”, avisa, recordando que, además, la región puede verse afectada de forma negativa por un abrupto endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos.

Incertidumbre bélica

Para el Ibex, como para las bolsas europeas en general, mantener vivas las opciones de hacerlo mejor que Wall Street en 2022 pasarían por un retorno a una situación similar a la que se descontaba a inicios de año, con la contención de los riesgos geopolíticos, la continuidad de la recuperación poscovid y el cambio de rumbo de la política monetaria hacia posiciones menos acomodaticias. “Si la guerra, de algún modo, parara y la política monetaria se mantuviera en el mismo camino que ahora, esto sin duda sería favorable para Europa en términos relativos. Pero ahí hay un condicional demasiado grande. No es fácil saber lo que va a pasar”, observa Matellán.

Precisamente, las incertidumbres relativas a la guerra de Ucrania alimentan el escepticismo hacia Europa de diversas casas de análisis. “Los inversores seguirán favoreciendo el mercado estadounidense relativamente más seguro en dólares estadounidenses y el mercado del Reino Unido con gran cantidad de materias primas, mientras que las perspectivas de crecimiento e inflación de la zona euro se ven más afectadas negativamente por los precios más altos de la energía”, señalan en una nota reciente los expertos de Allianz Global Investors.

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Más severo es el juicio que hacen de la situación para Europa en Bank of America: “El crecimiento europeo parece encaminarse a ralentizarse incluso si el conflicto entre Rusia y Ucrania se desescala: las acciones europeas se han recuperado un 10% desde el mínimo de la semana pasada, impulsadas en gran medida por las esperanzas de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, todavía esperamos que el ciclo macroeconómico de la zona del euro se desacelere drásticamente este año, dados los obstáculos para el gasto de los consumidores y la actividad industrial debido a los altos precios de la energía, un impulso de reapertura que se desvanece, un impulso fiscal negativo y un debilitamiento del crecimiento de la oferta monetaria”, observan en el banco estadounidense, donde consideran que las perspectivas económicas justificarían un retroceso del Stoxx 600 del 8% desde sus niveles actuales.

Con todo, este pesimismo puede ser una de las bazas de Europa para recobrar el pulso, ya que a poco que mejoren las condiciones serían muchos los inversores que podrían necesitar ajustar al alza su exposición a la región. No en vano, la encuesta entre gestores de fondos de Bank of America en febrero evidenció una abrupta caída de la exposición a acciones europeas (de 48 puntos porcentuales), hasta alcanzar niveles de infraponderación neta del 18%, en lo que supuso la primera vez que se infrapondera la bolsa de la región desde mayo de 2020.

Casi como si se tratara de uno de esos recurrentes propósitos de año nuevo que pronto quedan en el olvido, en los mercados financieros se han convertido en costumbre en los últimos años los presagios de que los grandes índices europeos y, el Ibex a la cabeza de ellos, estaban listos para recuperar terreno frente a Wall Street, cuya evolución había sido mucho más favorable desde el estallido de la crisis financiera. Los datos dan buena muestra del fiasco de estas predicciones: la bolsa estadounidense acumula cuatro años consecutivos firmando mejores registros que la europea (medidas en la misma divisa), con unos retornos totales que casi triplican los de la renta variable del Viejo Continente.

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