Los movimientos geopolíticos que amenazan el reinado del dólar en el mercado de petróleo
El término petrodólares surgió en 1973 a raíz de un acuerdo entre EEUU y Arabia Saudí que servía para medir el precio del barril, pero ahora surge la posibilidad de vender una parte en yuanes
El dólar es, sin lugar a dudas, la gran moneda en el circuito financiero. La divisa estadounidense acapara el 85% de las transacciones y supone el 61% de las reservas, según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS) y es, también, el medio de pago fundamental en el mercado de petróleo. Debemos remontarnos a 1973, a un acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudí, para el nacimiento de los petrodólares, que sirven para mediar el precio del barril de petróleo. Décadas después, el billete verde sigue siendo la referencia en el mercado, pese al intento de China de acabar con esta hegemonía con sus petroyuanes, que no han logrado el objetivo de plantar batalla a esta hegemonía. No obstante, hay voces que apuntan a que el país presidido por Xi Jinping contará con un trozo de tarta más grande, aunque no superior al de EEUU, tras la guerra de Rusia en Ucrania.
La posibilidad de que los petroyuanes ganen terreno obedece a la posibilidad de que Arabia Saudí opte por un viraje en su estrategia de comercialización de petróleo, puesto que tiene sobre la mesa la posibilidad de vender su crudo en yuanes a China, lo que sería un golpe a la línea de flotación de Estados Unidos. El país asiático es el principal comprador del mayor exportador del mundo, puesto que acapara alrededor de uno de cada cuatro barriles y la posición del yuan saldría muy fortalecida.
La decisión de Arabia Saudí tendría todo el sentido del mundo, pero numerosos expertos ven improbable que la lleve a cabo actualmente y sería un farol usado como medida de presión para el país presidido por Joe Biden. Si bien las negociaciones han sido una constante en los últimos años para la adopción de los petroyuanes, China no ha llegado a ningún acuerdo y desde Riad han aprovechado la crisis energética derivada del conflicto bélico para presionar a EEUU. Sobre todo ahora que hay un intento real por parte de la mayor potencial económica del mundo de llegar a un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear y el país reinado por Salmán bin Abdulazi no ha contado con el apoyo estadounidense en la guerra que libran en Yemen, a lo que se suma la retirada de las tropas de Afganistán a mediados de 2021. Sergio Ávila, analista de IG, señala a El Confidencial que "parece más bien un órdago ahora que están en una situación ventajosa gracias a que el petróleo cotiza a niveles elevados y que habrá menos oferta procedente de Rusia, más que un movimiento real de cambiar su estrategia".
"Arabia Saudí ha tenido que aceptar que una parte de sus ventas de petróleo se denominen (y paguen) en yuanes para poder competir con Rusia, puesto que Rusia acepta yuanes y además está vendiendo con descuento. Esto no tiene por qué ser un cambio estructural en el rol del dólar. De hecho, por ahora la crisis en Ucrania está afianzando al dólar. El motivo es que la guerra ha aumentado la aversión al riesgo, y con ello la demanda de bonos del Tesoro americano y, por tanto, del dólar. Es difícil ver cómo esto podría cambiar en el corto plazo", sostiene Alicia García Herrero, Economista jefe de Natixis para Asia Pacífico.
Arabia Saudí no solo sería la única amenaza para la hegemonía del dólar, puesto que muchos de los principales exportadores han tenido sus encontronazos con Estados Unidos. "Entre los principales proveedores mundiales de petróleo y gas se encuentran no solo Arabia Saudí, sino también Irak, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait (en el caso del petróleo), así como Irán, Argelia y Qatar (en el caso del gas), países autocráticos con relaciones complicadas con el país, que podrían sentirse más seguros negociando en la moneda china y reduciendo así sus reservas en dólares en el futuro", señala Alvise Lennkh, director adjunto de calificaciones soberanas y del sector público de Scope Ratings.
Muchas de las sanciones impuestas a Rusia, a sus instituciones financieras y a sus oligarcas se apoyan en el papel dominante del dólar en el sistema financiero mundial, por lo que "alentará a otros países —en particular muchos emergentes— a fomentar la desdolarización de las reservas y las facturas comerciales. No obstante, será un proceso muy gradual dadas las ventajas que tiene el comercio de productos cuando se realiza en una única moneda en los mercados mundiales", esgrime Thomas Hempell, Jefe de Análisis Macro y de Mercado, Generali Investments Partners. No obstante, también podría sufrir el proceso contrario y que el dólar salga fortalecido, ya que como destaca Óscar del Diego, director de Inversiones de Ibercaja Gestión, a El Confidencial "hasta ahora muchas transacciones se hacen en dólares por costumbre y uso, pero ahora este evento nos ha recordado la verdadera razón, que es la de la seguridad en los pagos. La manera en la que Occidente ha bloqueado económicamente a Rusia hará pensar a muchos agentes sobre la posibilidad de que suceda lo mismo con China en algún momento en el futuro, por lo que no creo que acelere el cambio hacia el yuan".
Arabia Saudí comercializa todo su petróleo en dólares desde 1974 y si optara por un cambio en su estrategia sería significativo, puesto que exporta alrededor de 6,2 millones de barriles al día. Por tanto, es el principal (pero no el único) país que pone de manifiesto la hegemonía del dólar, puesto que alrededor del 80% de las ventas mundiales de crudo se realizan en la divisa estadounidense. No obstante, la decisión de Riad, en caso de llevarse a cabo, no tendría el mismo impacto que hace décadas, puesto que ahora Estados Unidos ha disparado su producción de crudo y es menos dependiente del crudo del reinado de Salmán bin Abdulaziz: sus importaciones han caído de dos millones a solo medio millón por día desde la década de los 90 hasta finales de 2021. Situación bien distinta a la de China, que ha disparado la compra de crudo.
La hegemonía del dólar también se fundamenta bajo su estatus de refugio seguro, que "depende de otros factores de mayor envergadura, como la estabilidad financiera y política, junto con las condiciones de negociación de gran liquidez para el dólar y los bonos del Tesoro estadounidense. Dada la prevalencia del dólar en el comercio mundial, más allá de las materias primas, es poco probable que la medida socave su papel como moneda de reserva mundial. Sin embargo, puede ampliar la tendencia que se ha producido en las dos últimas décadas: una diversificación de las monedas de reserva hacia el euro y el yuan", según sostiene Ima Sammani, analista de Mercado FX de Monex Europe.
Alrededor del 80% de las ventas mundiales de petróleo se realizan en dólares
Si el yuan quiere ir comiéndole terreno al dólar, también dependerá de cómo se comporte el país asiático, que todavía tiene numerosas cuentas pendientes. Entre las más destacadas por parte de los analistas están la mayor apertura a inversores extranjeros, los avances en la mejora de la supervisión de su sistema financiero, el aumento de su solvencia soberana y el fortalecimiento del Estado de Derecho.
¿Qué papel juega el euro?
En este debate sobre si el yuan comerá terreno al dólar, el euro ve los toros desde la barrera, sobre todo en el mercado de petróleo. ¿El motivo? La debilidad de la moneda única en este entorno. La eurozona es claramente importadora de energía y la relevancia geopolítica es, cada vez, menor. "Si los países exportadores deciden aceptar transacciones en otras divisas distintas al dólar serán en yuanes pero no en euros, ya que cambiar de divisa puede tener consecuencias para los países exportadores en cuanto a seguridad o incluso podríamos ver sanciones de algún tipo y ese riesgo no lo van a asumir con una Europa débil", sostiene Sergio Ávila.
Al igual que China, las asignaturas pendientes también son altas. La eurozona debe avanzar hacia unos mercados financieros mucho más profundos e integrados, que refleje una mayor unidad entre los 19 países que adoptan la moneda única, lo que favorecería tanto una mayor liquidez como una mayor estabilidad de la unión monetaria. De ahí que los deseos de Bruselas de un uso más amplio de la divisa europea en acuerdos y transacciones internacionales parezcan cada vez más imposibles de cumplir.
No obstante, la irrupción de las divisas digitales por parte de los bancos centrales puede jugar en contra de Estados Unidos que, consciente de ello, ha acelerado su proceso y ya evalúa esta posibilidad. "Los esfuerzos por introducir un yuan digital y el euro parecen más fuertes que en el lado estadounidense. Ambas monedas ganarán gradualmente más importancia, de forma más visible, probablemente en la asignación de reservas que en el comercio de materias primas durante los próximos años. Será un lastre estructural para el dólar y un apoyo para el euro y el yuan", vaticina Thomas Hempell.
El dólar es, sin lugar a dudas, la gran moneda en el circuito financiero. La divisa estadounidense acapara el 85% de las transacciones y supone el 61% de las reservas, según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS) y es, también, el medio de pago fundamental en el mercado de petróleo. Debemos remontarnos a 1973, a un acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudí, para el nacimiento de los petrodólares, que sirven para mediar el precio del barril de petróleo. Décadas después, el billete verde sigue siendo la referencia en el mercado, pese al intento de China de acabar con esta hegemonía con sus petroyuanes, que no han logrado el objetivo de plantar batalla a esta hegemonía. No obstante, hay voces que apuntan a que el país presidido por Xi Jinping contará con un trozo de tarta más grande, aunque no superior al de EEUU, tras la guerra de Rusia en Ucrania.