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Petróleo, inflación, oro... El miedo alienta las compras tácticas y las posiciones defensivas
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LOS FONDOS MUEVEN FICHA TRAS EL ATAQUE RUSO

Petróleo, inflación, oro... El miedo alienta las compras tácticas y las posiciones defensivas

Los gestores miden contra reloj el riesgo de las carteras y mueven ficha. Los asesores se conjuran para evitar una fuga de dinero de los inversores

Foto: Protestas contra la invasión rusa en Ucrania. (EFE/ EPA/ Neil Hall)
Protestas contra la invasión rusa en Ucrania. (EFE/ EPA/ Neil Hall)
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Estrés y tensión en las oficinas de gestores y asesores financieros. Los primeros se han pegado a las pantallas para medir el riesgo de sus carteras ante diferentes escenarios por la crisis de Ucrania por la invasión de Rusia. Los segundos están pegados al teléfono para calmar a los inversores y tratar de evitar una fuga de dinero de las carteras.

Por ahora, aseguran diferentes ejecutivos del sector, no está habiendo una oleada de órdenes de venta pese al incremento de volatilidad, las caídas en los activos de riesgo, que alcanzaron el 4% en las bolsas, y la falta de visibilidad sobre las consecuencias de este conflicto. Los precios de la energía se dispararon, más del 50% el gas y un 7% el petróleo hasta los 100 dólares por primera vez en siete años.

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“La experiencia histórica muestra que el impacto en los mercados de los acontecimientos geopolíticos no suele durar mucho”, señala el responsable en España de una gestora internacional, que admite que aun así están haciendo movimientos de cartera. Sus clientes, los inversores institucionales, “preguntan sobre implicaciones del conflicto en energía, para construirse una fotografía del impacto potencial en petróleo y gas, y cómo ello puede afectar a la inflación y, por lo tanto, a la normalización de tipos de interés de los bancos centrales”. Lo hacen para poder tomar decisiones pero también para armarse de argumentos con los que calmar al cliente, que es el inversor final.

Los fondos y bancas privadas tardaron en creerse el riesgo, que no estaba entre las amenazas más importantes hace apenas un mes, cuando señalaban a la inflación y a un potencial error de política monetaria en la retirada de estímulos. Ahora, según señalan gestoras internacionales, han optado por posiciones defensivas y por compras tácticas a inversiones temáticas que tenían en el foco, como salud o mineras, y también aumentado el sesgo ‘value’ ante las caídas de los precios. Igualmente, crece el interés por tener exposición al oro y se reduce la duración de la cartera en renta fija, con deuda europea de corto plazo, por ejemplo. De hecho, ha habido aumentos de precio y caídas en el tipo de interés de los bonos de gobiernos europeos de forma generalizada. Aunque algunas casas están aprovechando para tomar posiciones tácticas en segmentos de renta fija que veían caros por el estrechamiento del diferencial, que se ha ampliado con el conflicto, como en ‘high yield’ o en deuda bancaria.

Los inversores institucionales están moviendo carteras. Ya venían haciéndolo ante el cambio de escenario de la política monetaria, golpeando a la inversión de crecimiento (‘growth’), que suele tener peor comportamiento en escenarios de subidas de tipos de interés, frente a inversiones de valor. Esto había motivado un desplome del Nasdaq en el inicio de 2022 y un repunte de sectores como el bancario, que fue el que encabezó las pérdidas del Ibex este jueves. Los inversores han puesto en tela de juicio la recuperación y la normalización de tipos y, además, los grandes valores como algunos bancos son a los que suelen recurrir los institucionales para vender en primera instancia y reducir la exposición a la bolsa.

placeholder Imagen de la Bolsa de Madrid.
Imagen de la Bolsa de Madrid.

“Hay nerviosismo de los clientes, pero comprenden qué es lo que está pasando. Intentamos evitar que aprieten el botón de ventas”, comenta Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G. “Es imprevisible saber si seguirá la incertidumbre, pero vamos a aprovechar las oportunidades del mercado. Creemos que es pronto para ser agresivos, pero estamos siendo más compradores que vendedores en renta variable y en renta fija en deuda financiera”, añade.

Fernandez Elices admite que la situación puede ser diferente si la OTAN “no se limita a fuertes palabras y fuertes sanciones”. En la misma línea, Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión, reconoce que “el resultado de esta situación es imprevisible, y también el resultado económico”. De esta forma, “lo que se puede hacer es una gestión más defensiva. Lo ideal hubiera sido hacerlo antes, aunque ahora también puede tener sentido. Pero en una situación como esta, lo importante es mantener la sangre fría y no tomar decisiones de calado hasta que se clarifique el escenario”, puntualiza Matellán.

El escenario de intervención militar, pese a la tensión de las últimas semanas, “es una sorpresa. Hay que ver cómo se desarrolla, pero las sanciones tendrán impacto en Rusia y, en general, se trasladará el impacto al resto del mundo por aumentos del precio de la energía y los alimentos. Lo más probable es que los crecimientos a corto plazo se moderen y la inflación siga al alza”, resume Silvia García-Castaño, directora general de inversiones y productos de Tressis. En su caso, la firma ha optado por mantener el riesgo, y analiza activos de renta fija como el ‘high yield’ para entrar si siguen las correcciones. También pone el acento en el crecimiento esperado Rosa Duce, directora de inversiones de Deutsche Bank España: "Hay miedo a una recesión en Europa como consecuencia de las posibles sanciones entre ambas partes, además de los efectos sobre la política de los bancos centrales de la escalada de los precios de las materias primas. De hecho, es difícil saber qué van a hacer".

El inversor final teme “un alargamiento del conflicto, precios más caros de la energía y que se llegue a estanflación (bajo crecimiento con inflación)”, apunta Guillermo Santos, socio de iCapital. El experto apuesta por intensificar la posición en efectivo, tener poca exposición a deuda de calidad, contar con metales preciosos como cobertura e incrementar la compra de bonos estadounidenses. También aboga por “contar con activos flexibles como fondos de ‘allocation’, alternativos líquidos, capital riesgo y activos ligados a las materias primas. Todo ello atempera caídas y aporta rentabilidad”.

“Hasta ahora había un riesgo que no se acababa de consumar y, tras consumarse, los inversores se levantaron encontrándose con caídas. Ahora preguntan cuánto va a durar el escenario bajista y qué hacer”, explica David Azcona, director de inversiones de Beka Finance Private Banking, que asegura que la única decisión que han tomado es recoger beneficios con el oro ante su repunte.

La mayor preocupación, apunta Carlos Arenas, del equipo de gestión de activos de Renta 4, es “no ver el suelo en las caídas por la incertidumbre de las actuaciones futuras entre Rusia y la OTAN, en las que el conflicto podría agravarse más”. En las últimas semanas, la firma venía incrementando el peso a sectores como el financiero o el industrial, y también la exposición a metales preciosos. “La decisión más reciente ha sido incrementar el peso de la renta variable aprovechando la volatilidad y las caídas de mercado”, añaden en Renta 4, al tiempo que han apostado por un carácter más ‘value’ y han elevado la calidad de las compañías en cartera.

Foto: Foto: EC.

“Existe miedo a que se encone el problema de Ucrania, que viene a sobreponerse sobre el de una inflación muy superior a la prevista con la anticipación de la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales. Esta situación puede afectar muy negativamente a los resultados empresariales”, argumenta Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum. La ‘boutique’ de banca privada estaba infraponderada en renta variable y ahora, señala García, está comprando bolsa para estar neutral.

También, puntualiza: “es preocupante el hecho de que, en los últimos años, a clientes conservadores se les ha aconsejado un nivel de riesgo que probablemente no van a aguantar, lo cual puede ayudar a las caídas por las ventas de pánico en el peor momento”. La represión financiera del Banco Central Europeo (BCE), por la que los tipos reales (descontando la inflación) son negativos, ha llevado a que los inversores deban asumir más riesgo para tener rentabilidad.

¿Cuánto durará el impacto en los mercados?

“Lo que venimos indicando a los clientes es el ejemplo de cómo históricamente los activos de riesgo se han comportado ante eventos de cola como esta invasión. Aunque cada evento es diferente, en promedio las primeras caídas son de entre el 5% y el 10%. Ya ha habido retrocesos y este jueves hubo la puntilla”, afirma David Azcona.

Foto: Una bomba petrolífera. (Larry W. Smith/EFE)

“Los mercados llevan semanas anticipando la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania”, recuerda Joaquín Casasús, socio y director general de Abante. Aun así, prosigue, “no es extraño que el día que se ven los misiles caer, las bolsas reaccionen con fuertes caídas y suba el precio de los activos refugio y de las materias primas relacionadas con la energía”.

Además del golpe directo a las carteras, preocupan las derivadas del encarecimiento de la energía. Una de ellas es el potencial repunte del dólar, que ya se alzó un 1,5% frente al euro, y otra es que ahonde en la escalada de la inflación, que presiona a los bancos centrales. En un comentario a clientes, Mutuactivos recuerda este escenario impide que la inflación caiga como se esperaba a partir del segundo trimestre.

Aunque el escenario se ha enturbiado más aún para los bancos centrales. La primera reacción en el mercado de renta fija ha sido de caída de la rentabilidad del bono alemán a 10 años. Junto al aumento del precio del ‘bund’, como ocurre cada vez que hay miedo en los inversores, los futuros sobre el oro suben un 0,7% hasta los 1.920 dólares.

Foto: Protestas en Alemania contra las operaciones militares de Rusia. (EFE/EPA/ Constantin Zinn)

El ejecutivo de Abante apunta que “viendo lo que ha ocurrido en otros conflictos en el pasado, creemos que es el momento de estar atentos y aprovechar las oportunidades”. Casasús añade que, “para una inmensa mayoría de las compañías, estos conflictos no suponen una caída de sus beneficios a largo plazo, ni una pérdida de su valor intrínseco y la caída de su cotización se explica por un aumento de la prima de riesgo que eventualmente revertirá”.

La mayor gestora del mundo, BlackRock, apuntó esta semana en su comentario semanal (antes de la invasión de este jueves pero ya teniendo en cuenta la escalada de tensión en Ucrania) que había incrementado la sobreponderación a la renta variable ante las caídas bursátiles, ya que “la confusión genera oportunidades”.

Test de estrés a las carteras

Ya en las últimas semanas, la mayor parte de fondos y bancas privadas han realizado test de estrés a sus carteras, que han acelerado con la entrada de tropas rusas en Ucrania y el aumento de sanciones y amenazas desde Occidente. Hay varios elementos que preocupan, aunque el prioritario es la resistencia de las carteras ante el repunte de la energía.

Así, los inversores institucionales tratan de medir el potencial impacto de aumentos adicionales de los precios del petróleo y del gas. En estas pruebas de resistencia, también importa la exposición a emergentes ante la posible debilidad de sus divisas por la fortaleza del dólar y el efecto contagio desde los activos rusos, aunque varios de estos países pueden verse beneficiados por el aumento del precio de las materias primas.

Foto: Foto: EFE

La inflación es ahora mismo lo más importante porque es lo que marca las políticas de los bancos centrales. Mientras sigan incrementándose los precios de la energía, el crecimiento de precios puede ser mayor y, por tanto, que no haya más remedio que subir tipos antes y de forma más abrupta”, arguye Gonzalo García Valero, responsable de asesoramiento de Caser Asesores Financieros. El ejecutivo advierte de que las decisiones de movimientos de cartera deben haberse hecho ya, ya que vender ahora “puede ser un error”.

Desde Renta 4 recuerdan que es clave en estos momentos tener diversificación para limitar las pérdidas. Pero también la calidad de las compañías, para elegir las que se recuperan antes a caídas indiscriminadas en un sector, y reducir la correlación interna de las carteras. Para ello, el oro o los activos alternativos (capital riesgo, inmobiliario, deuda privada, infraestructuras, etc) juegan un papel importante acompañando a los activos cotizados tradicionales de renta fija y renta variable.

Estrés y tensión en las oficinas de gestores y asesores financieros. Los primeros se han pegado a las pantallas para medir el riesgo de sus carteras ante diferentes escenarios por la crisis de Ucrania por la invasión de Rusia. Los segundos están pegados al teléfono para calmar a los inversores y tratar de evitar una fuga de dinero de las carteras.

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