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Lael Brainard: la mujer que podría destronar a Jerome Powell en la Reserva Federal
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Varios demócratas piden nombrarla

Lael Brainard: la mujer que podría destronar a Jerome Powell en la Reserva Federal

La continuidad parece asegurada, pero coge fuerza una candidatura alternativa. En lo que todos coinciden es que Brainard será clave en las decisiones de la Fed a partir de febrero

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell, con la gobernadora Lael Brainard. (Reuters)
El presidente de la Fed, Jerome Powell, con la gobernadora Lael Brainard. (Reuters)

El mundo mira a la Reserva Federal. El banco central de Estados Unidos tiene en sus manos uno de los cometidos más importantes a los que el país se ha enfrentado: retirar el mayor estímulo de la historia de manera correcta y sin dañar la economía. Además, debe conjurar el 'fantasma' de la inflación, que cada vez está más cerca. Una operación clave para el futuro no solo de la nación norteamericana, sino de la economía global. En este contexto, llega el momento de revalidar a su 'chair', Jerome Powell, y al equipo actual. Pero el presidente, Joe Biden, también puede sorprender con una alternativa.

Por la historia de Estados Unidos, la actitud de Biden y el complicado contexto, todo parecía apuntar hacia la continuidad. Sin embargo, la polarización política puede cambiar las cosas. El ala izquierda del partido demócrata ya está dando lustre a candidatos alternativos a Powell, que fue nombrado por el expresidente republicano Donald Trump. Una mujer está cogiendo fuerza y ya nadie tiene dudas de que tendrá un rol muy destacado en la nueva cúpula de la Reserva Federal. Cada vez más voces se suman para que dé la sorpresa y tome el control de la institución. Su nombre es Lael Brainard.

La jugada parecería imposible hace solo cuatro años. Hasta entonces, se mantenía la tradición de que el presidente de la Fed, cuyo mandato inicial es de cuatro años, recibiese el apoyo del nuevo inquilino de la Casa Blanca cuando este cambiaba tras las elecciones para el segundo. Alan Greenspan (1987-2006) fue nombrado por el republicano Ronald Reagan y no solo siguió con George Bush padre, sino con el demócrata Bill Clinton, mientras que Ben Bernanke (2006-2014) fue mantenido en el cargo por el progresista Barack Obama pese a haber sido designado por el conservador George Bush hijo.

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La llegada de Trump cambió las tornas, al nominar al propio Powell en sustitución de la demócrata Janet Yellen, designada por Obama tras ganar sus segundas elecciones. Ahora, el sector radical del Partido Demócrata quiere usar ese precedente para impulsar una alternativa al actual presidente de la Fed, un republicano atípico, que se ha enfrentado a Trump para defender la independencia de la institución y ha cultivado apoyos en las filas progresistas tras impulsar el mayor programa de estímulos económicos de la historia de Estados Unidos.

El pasado lunes, un grupo de diputados demócratas, encabezado por la mediática Alexandria Ocasio-Cortez, emitieron un comunicado en el que urgían a Biden a "reimaginar la Reserva Federal con el foco puesto en eliminar el riesgo climático y avanzar en la justicia social y racial". Ninguno de ellos tiene la palabra en el nombramiento del nuevo responsable del banco central de Estados Unidos —es el propio presidente quien lo propone y el Senado quien lo debe ratificar—, pero el movimiento ha puesto negro sobre blanco a las aspiraciones de renovación de una parte del partido.

En el trasfondo, una metáfora de la situación actual de la formación: por un lado, el sector tradicional apuesta por la moderación y la institucionalidad; por el otro, los más jóvenes e izquierdistas quieren cambios profundos con políticas ideológicas. Hasta su llegada a la Casa Blanca, Biden estaba entre los primeros, pero el veterano presidente ha demostrado que también es capaz de dar sorpresas para contentar a una parte de su electorado, como llamar asesino al líder ruso, Vladimir Putin, o nombrar a representantes de las diferentes minorías —incluidas personas transgénero— para algunos puestos claves de la Administración. La cuestión es: ¿llegará la política de gestos a la principal institución monetaria del mundo?

placeholder Donald Trump con Jerome Powell, en una imagen de archivo. (Reuters)
Donald Trump con Jerome Powell, en una imagen de archivo. (Reuters)

De momento, se impone la prudencia. Los tres expertos consultados por El Confidencial coinciden en señalar a Powell como el favorito para la reelección. Sin embargo, dos de ellos hablan del creciente papel de Lael Brainard, a quien el banco de inversión JP Morgan otorga las mayores posibilidades. "Va a ser una decisión reñida. Brainard es una candidata fuerte", resume James McCann, economista jefe adjunto de Aberdeen Standard Investments. Y eso que los diputados demócratas no la señalaban expresamente en su propuesta alternativa al actual dirigente de la Reserva Federal.

Brainard no es una desconocida en Washington. Esta economista, de 59 años —Powell tiene 68— y ligada Partido Demócrata, ocupa un puesto en la junta de la Reserva Federal desde 2014, cuando fue designada por Obama, aunque Powell no quiso incluirla en su equipo de Gobierno cuando llegó a la presidencia. Durante los últimos meses, se ha prodigado en apariciones públicas para marcar un perfil propio frente a algunas de las políticas de la Fed. Exige, por ejemplo, que el banco central desarrolle una moneda digital de forma inmediata, así como una mayor presión regulatoria sobre los mercados financieros. Esto le ha valido la simpatía de personajes claves en esta historia, como la poderosa senadora demócrata Elisabeth Warren o el propio Sherrod Brown, presidente del comité de la Cámara Alta que debe ratificar la decisión de Biden. De ellos depende, en última instancia, que haya un cambio al frente del regulador.

Sin embargo, Powell también ha jugado sus cartas, y llega al momento clave de la reelección —su mandato finaliza el 5 de febrero— en una posición ventajosa. El éxito de su política monetaria de estímulos millonarios y dinero barato, la más ambiciosa de la historia de Estados Unidos, le ha granjeado el apoyo de una parte importante del Partido Demócrata, a la que ha cortejado con una voluntad de poder como hace tiempo no se veía en su cargo. Desde su toma de posesión, en febrero de 2018, ha mantenido hasta 350 reuniones con miembros del Congreso, nueve al mes, y se le ha visto cenando con Warren o Brown.

placeholder La gobernadora Lael Brainard. (EFE)
La gobernadora Lael Brainard. (EFE)

El actual presidente de la Fed ha estado preparando el terreno para su reelección desde el minuto uno de su mandato, y para ello también se ha sabido ganar el respeto de los republicanos moderados, hasta conseguir restaurar la confianza bipartidista en una institución que salió muy desprestigiada de la Gran Recesión de 2008. La necesidad de lograr consensos en un clima de debilidad política de Biden, marcado por la retirada caótica de Afganistán, también juega a favor de su reelección. Mondher Bettaieb-Loriot, jefe de Bonos Corporativos de Vontobel AM, lo tiene claro: "La probabilidad de que Jerome Powell sea reelegido es muy alta. Por lo tanto, para los participantes en el mercado y los inversores su reelección no debe ser motivo de preocupación. Personalmente creo que es un hecho".

La decisión depende de Biden, y se ha especulado con que la puede tomar el próximo 6 de septiembre, Día del Trabajo en Estados Unidos. Pero el presidente, de momento, no se ha pronunciado ni en uno ni en otro sentido. Algunos de los principales pesos políticos de su Gabinete sí lo han hecho, ya sea en público o en privado. El principal apoyo de Powell es Yellen, que ha mostrado explícitamente su preferencia por el actual dirigente. Fuentes del área económica de la Casa Blanca recogidas por Bloomberg también defienden su continuidad, con el argumento de que es alguien que ha demostrado acierto al dirigir la política monetaria, aunque puntualizan que es un proceso que hay que abordar con cuidado.

Frente a las presiones de parte del partido, la posición dominante en el Gobierno de Estados Unidos considera suficiente el giro hacia una mayor sensibilidad con el pleno empleo acaecida durante el mandato del Powell, que ha demostrado pragmatismo en un escenario de creciente inflación. Además, cree que la continuidad puede allanar el camino para que los planes más ambiciosos del presidente puedan superar sus trámites parlamentarios sin mayores contratiempos. En definitiva: es una forma de aplacar a los republicanos.

"Ha hecho manifiesta su capacidad para operar tanto bajo un gobierno republicano como demócrata"

Julien Tisserand, gestor del fondo Edmond de Rothschild Fund Bond Allocation, considera que estas credenciales acabarán inclinando la balanza hacia el actual 'chair': "Ha hecho manifiesta su capacidad para operar tanto bajo un gobierno republicano como demócrata, demostrando flexibilidad y pragmatismo en sus decisiones de política monetaria". En un escenario de inicio de retirada de estímulos, la ortodoxia —'ma non troppo'— de Powell también juega a su favor, destaca Tisserand, frente al estilo 'dovish' de Brainar, que podría "inclinarse hacia una política más extrema", añade.

¿Qué pasa, entonces, con las ansias de cambio de un ala del partido gobernante y de la sociedad? Como casi siempre en el mandato de Biden, la solución podría hallarse en un equilibrio. Además del presidente de la Reserva Federal, durante los próximos meses se tienen que renovar otros cargos de la junta del organismo. Y ahí es donde podría entrar la candidata alternativa. Igual que ocurrió en la campaña Biden-Harris de 2020, el 'ticket' Powell-Brainard podría convertirse en la baza ganadora y, de paso, desbancar a los republicanos de un puesto clave: la vicepresidencia de Supervisión, actualmente ocupada por Randy Quarles, quien se ha mostrado muy reacio a aumentar la regulación financiera.

Bettaieb-Loriot da por hecho que la economista demócrata accederá a ese puesto, desde donde podrá impulsar algunas de las políticas de 'mano dura' con la especulación que ha reivindicado durante los últimos años. Y ello sin cuestionar los principios básicos de los planes monetarios de Powell, que seguiría al frente para preparar el nuevo escenario de 'tappering'. Un 'win-win' que Kevin Cummins, economista jefe para Estados Unidos de NatWest Markets, daba por hecho en una nota a sus clientes emitida este lunes.

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Al igual que en la política estadounidense se han ido diluyendo los tradicionales debates entre la derecha y la izquierda en favor de otros debates más identitarios, las disputas en el banco central ya no se reducen a halcones y palomas. Ambos pueden coexistir, siempre que sus discursos se acoplen y la incorporación de una mujer progresista como Brainard lleve al centro de la política monetaria cuestiones hasta ahora ajenas a ella, como la igualdad de género, el ecologismo o la justicia racial, para regocijo de la facción izquierdista del Partido Demócrata.

"Formarán un buen equipo, lo que significa que serán una combinación perfecta para los mercados", concluye Bettaieb-Loriot. Y McCann añade: "Biden tiene el potencial de provocar una verdadera sacudida en el consejo de la Reserva Federal. Esto ofrece la oportunidad de remodelar realmente la orientación del consejo en términos de política, no solo en esa dimensión clásica de halcones contra palomas, sino también pensando en cuestiones más amplias".

Lleve o no el presidente esa posibilidad al extremo, lo cierto es que nada será igual en la Fed a partir de febrero de 2022. Una nueva aproximación más ideológica se abre paso, ahora que la ideología ya no la marca el debate sobre una política expansiva o restrictiva, superado incluso para un republicano como Powell. En julio de 2019, el presidente de la Reserva Federal reconoció ante un pregunta de Ocasio-Cortez en el Congreso que se había equivocado al ponderar el equilibrio entre el desempleo y la inflación. Ahora, la diputada quiere más y está a punto de conseguir que su antiguo enemigo empiece a hablar de integración racial y cambio climático. Biden tiene la última palabra.

El mundo mira a la Reserva Federal. El banco central de Estados Unidos tiene en sus manos uno de los cometidos más importantes a los que el país se ha enfrentado: retirar el mayor estímulo de la historia de manera correcta y sin dañar la economía. Además, debe conjurar el 'fantasma' de la inflación, que cada vez está más cerca. Una operación clave para el futuro no solo de la nación norteamericana, sino de la economía global. En este contexto, llega el momento de revalidar a su 'chair', Jerome Powell, y al equipo actual. Pero el presidente, Joe Biden, también puede sorprender con una alternativa.

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