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¿Por qué la bolsa puede proteger nuestros ahorros ante la inflación?

Por EC Brands

La pandemia provocada por el covid-19 ha hecho que los bancos centrales y los gobiernos de todo el mundo hayan aprobado enormes paquetes de estímulo económico. Por ejemplo, el Gobierno Federal de Estados Unidos ha puesto en marcha desde marzo de 2020 paquetes por más de 5 billones de dólares, aproximadamente 3,5 veces todo el PIB de España.

No se trata de un hecho aislado y, precisamente por eso, ahora muchos analistas y expertos temen que toda esa enorme cantidad de dinero inyectada en la economía termine presionando al alza los niveles de inflación. La inflación es una de esas variables económicas que no siempre se tiene en cuenta. Sin embargo, su efecto sobre los ahorros de las familias puede ser muy importante.

La inflación no siempre se tiene en cuenta, pero su efecto sobre los ahorros de las familias puede ser muy importante

Según cálculos del Instituto Nacional de Estadística, la inflación acumulada en España entre enero de 2000 y enero de 2021 fue del 49,9%. En otras palabras, una familia que hubiera tenido sus ahorros depositados en la cuenta del banco habría perdido desde el año 2000 prácticamente la mitad del poder adquisitivo de su patrimonio líquido. Esto supone una merma considerable a pesar de que fueron años con una inflación media ligeramente por debajo del 2%.

Qué dicen los datos sobre proteger nuestros ahorros

Así que la pregunta que podemos hacernos es: ¿Cómo podemos evitar que la inflación devore nuestros ahorros? ¿Qué dicen los datos? La evidencia empírica es clara: la renta variable es uno de los tipos de inversión que mejor suele comportarse frente a la inflación. Entre otras cosas porque las empresas tienen la capacidad de incrementar sus precios para compensar las presiones inflacionistas.

Tal y como podemos ver en el siguiente gráfico, los períodos de inflación moderada, que son precisamente los que se esperan para los próximos años, han sido históricamente los periodos en los que más retornos han logrado las bolsas. Es decir, históricamente la renta variable nos ha permitido hacer frente a la inflación y, al mismo tiempo, incrementar nuestro poder adquisitivo.

Pero eso no es todo. La experiencia también nos dice que históricamente las bolsas han logrado salir victoriosas de las crisis económicas y financieras más importantes a las que el mundo se ha enfrentado. De ello están convencidos en ‘Si lo hubiera sabido’, el programa impulsado por Mutuactivos con el que la compañía pretende acercar a los pequeños y grandes ahorradores las principales claves de los mercados financieros.

Mirando por el retrovisor: 2007

Si tuviéramos que hacer un ejercicio retrospectivo, estar invertidos en bolsa en el año 2007 podría parecernos una idea particularmente mala. En apenas unos meses y al compás de la gran crisis financiera internacional, nuestro patrimonio hubiera perdido buena parte de su valor. Por ejemplo, el S&P 500 estadounidense, el índice bursátil más importante del mundo y que aglutina a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, perdió el 57% de su valor. Sin embargo, a pesar de semejante caída y de las quiebras corporativas, la caída de enormes bancos y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en poco tiempo, el inversor que decidió no liquidar su posición no solo habría recuperado su dinero, sino que además habría cosechado importantes plusvalías.

El inversor que decidió no liquidar su posición habría cosechado importantes plusvalías

Por ejemplo, un ahorrador que hubiera invertido 10.000 euros en el S&P 500 en sus máximos de 2007 habría visto más que duplicarse su inversión en un plazo de más de 10 años. Y todo ello a pesar de invertir en el peor momento posible y sufrir posteriormente acontecimientos como la crisis de deuda europea, el accidente nuclear de Fukushima o el Brexit.

Y es que, en lo que respecta a la renta variable, los datos y los números indican que, en el largo plazo, la inversión en bolsa ha sido una de las opciones más rentables y una alternativa de inversión ante situaciones de crisis, procesos inflacionarios y colapsos económicos de todo tipo. Todo esto sin olvidar que, evidentemente, las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.