¿Puede ser rentable la inversión sostenible? Así están creciendo los mercados ESG

La agenda política y económica de gobiernos y empresas ha dado un giro de 180 grados. Hoy las cuestiones vinculadas a la sostenibilidad copan ya los primeros puestos en la lista de prioridades. Por ejemplo, Joe Biden se ha comprometido a reducir a la mitad las emisiones de CO2 de Estados Unidos para el año 2030, todo un giro respecto a las políticas del anterior presidente Donald Trump. Además, tanto Canadá como Japón se han fijado recortes de entre el 40 y el 46%, y Reino Unido de casi el 80% para 2035. Incluso China, el país hoy por hoy más contaminante del mundo, quiere alcanzar las cero emisiones netas para el año 2060. Por su parte la Unión Europea espera lograr las cero emisiones netas una década antes, en 2050.

No cabe duda de que estos compromisos van a requerir muchos cambios políticos y enormes paquetes de inversión pública y privada. Sin ir más lejos, la Unión Europea acaba de anunciar que se pondrá en marcha una revisión completa de la legislación comunitaria para teñirla de verde. La Comisión Europea también se ha comprometido a poner en marcha mecanismos e instrumentos que permitan incrementar la inversión pública y privada en proyectos verdes en un importe de al menos 350.000 millones de euros anuales durante la próxima década.

En otras palabras, se está creando un nuevo mercado multimillonario y las empresas e inversores que mejor logren desenvolverse en este nuevo ecosistema verde estarán mejor posicionadas para aprovecharse de él. Este es el motivo por el que están apostando por las conocidas como estrategias ESG, que tienen que seguir criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Hablamos de toda una revolución que ya está teniendo consecuencias directas en los mercados. Así lo entienden desde ‘Si lo hubiera sabido’, el programa impulsado por Mutuactivos con el que la compañía pretende acercar a los pequeños y grandes ahorradores las principales claves de los mercados financieros.

Así es el mercado de la inversión sostenible

Según datos de Morningstar recogidos por Reuters, durante el año 2020 la inversión en fondos que apuestan por los criterios ESG superó los 1,7 billones de dólares, el equivalente a todo el PIB de un país como Rusia. Se trata de decenas de miles de millones que cada mes se invierten en este tipo de productos. Tan solo durante el cuarto trimestre del 2020 se invirtieron más de 150.000 millones de dólares.

Y eso no es todo. Según una encuesta realizada por la gestora francesa Natixis, las tres cuartas partes de los inversores profesionales ya tienen en cuenta este tipo de factores ESG, como por ejemplo, las emisiones de CO2, y también cuestiones de responsabilidad social como la privacidad del consumidor, las condiciones laborales o el grado de transparencia.

Como podemos ver, las empresas que cumplan con estos criterios podrán beneficiarse de un nuevo mercado gigantesco, así como de la creciente demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores. Las que no lo hagan, por el contrario, se arriesgan a sufrir con las nuevas regulaciones e impuestos que los principales gobiernos del mundo están aprobando para promover la ‘revolución verde’.

El cambio de paradigma del sector energético

Históricamente, las grandes compañías del petróleo ocuparon una posición destacada en el imaginario colectivo. Durante años fueron sinónimo de poder, influencia y dinero. A las más grandes, incluso, se las llegó a conocer, como las siete hermanas. Hablamos, entre otras muchas, de empresas como Exxon Mobil, BP, Shell, Chevron, Texaco, Total, Aramco o, incluso, la venezolana PDVSA.

Pero eso era antes. Ahora empresas como NextEra Energy, Iberdrola, Orsted, Enel o EDP están haciéndose con la influencia y el poder financiero que en otra hora tuvieron los grandes gigantes del petróleo. Por ejemplo, Berkshire Hathaway, la popular empresa del legendario inversor norteamericano Warren Buffett, está invirtiendo decenas de miles de millones de dólares en energías limpias.

El cambio está siendo tan grande y rápido que incluso las viejas compañías petroleras están adoptando estrategias muy agresivas de crecimiento en la generación de electricidad a partir de fuentes renovables. Como vemos, hoy más que nunca la inversión sostenible se presenta como una posible fuente de rentabilidad y prosperidad.