Santander rechaza inversiones cruzadas entre sicavs para salvar el producto

Los bancos se preparan para cambios drásticos en el régimen de las sociedades de inversión de capital variable (sicavs). Entre las opciones que se habían barajado, están las inversiones cruzadas entre sociedades para cumplir con el nuevo requisito que, previsiblemente, incluirá el Gobierno. Pero Banco Santander no ve esta alternativa viable.

El sector trabaja con el texto de la enmienda 189 de la Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal, en donde se están incluyendo las propuestas de cambios para el régimen de las sicavs, el que centraliza los preparativos de los asesores jurídicos, fiscales y financieros de estas sociedades. Impone un mínimo de 2.500 euros de inversión para computar a un accionista y llegar al requisito de 100 para que la sociedad pague un 1% de sociedades por sus beneficios.

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Esto supondría que gran parte de las sicavs dejarían de considerarse instituciones de inversión colectiva (IIC). Por ello, despachos de abogados y bancas privadas aceleran para tener encima de la mesa las alternativas que ejecutar tras la aprobación de esta enmienda, que se da como segura, y que persigue acabar con la práctica habitual de que la banca privada diseñe a medida una sicav para un alto patrimonio y haya otro centenar de accionistas (‘mariachis’, en la jerga) para llegar a los 100, aunque más del 99% de la inversión provenga de un único inversor.

Entre las opciones que se habían estudiado en el sector financiero está la inversión cruzada. Es decir, si una sicav invierte en otros 100, y así todas ellas, estas sociedades contarían con un centenar de inversores que cuentan con 2.500 euros, con lo que técnicamente se cumpliría con la nueva exigencia. Para ello haría falta invertir 250.000 euros, pero muchas sicavs cuentan con decenas de millones.

"Si algún cliente quiere invertir en otras sicavs por su cuenta, puede hacerlo, pero nosotros no podemos organizarlo por operativa y control”

Sin embargo, “es muy complicado”, reconoce Víctor Matarranz, responsable global de la división de Wealth Management & Insurance de Banco Santander. La entidad es la que gestiona mayor número de sicavs en España, con 448 en diciembre, según datos de la patronal Inverco, y un patrimonio de 4.584 millones, el 16% de los 27.914 millones que quedaban en estos vehículos.

Así, en teoría, Santander es el banco que tendría más fácil gestionar entre sus clientes esta práctica, algo que rechaza Matarranz. “Se necesitaría ser comercializador de las sicavs, procesos de aprobación que son complejos, hacer 'due dilligences', etc. Si algún cliente quiere invertir en otras sicavs por su cuenta, puede hacerlo, pero nosotros no podemos organizarlo por operativa y control”, señala el ejecutivo.

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Con esta opción fuera de la mesa, y aunque ha habido un esprint de cierres de sicavs antes de que suba la tributación por rentas del capital en 2021 desde el 23% al 26% para volúmenes superiores a los 200.000 euros, la opción mayoritaria será aprovechar la enmienda. Porque el texto deja la opción de disolver la sicav en 2022 y no tributar por las ganancias si se reinvierte todo el capital en otra IIC que cumpla los requisitos, difiriendo el peaje fiscal.

Esta neutralidad fiscal gusta en el sector financiero, que quiere evitar ruido y que se apruebe la enmienda. El Gobierno se refiere en la redacción a IIC españolas, y la banca, a través de la patronal de gestoras Inverco, ha pedido un periodo mínimo de permanencia para que haya este diferimiento si se reinvierte (periodo de ‘lock up’). Pero ambos requisitos podrían chocar con el principio europeo de libertad de circulación de capitales, según abogados consultados.