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El Ibex roza las expectativas de ingresos en el trimestre, pero sucumbe ante el covid-19
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SE QUEDA UN 15% POR DEBAJO DEL CONSENSO

El Ibex roza las expectativas de ingresos en el trimestre, pero sucumbe ante el covid-19

El mercado no ha mirado solo los números generales, sino que se ha tenido que fijar en nuevos parámetros que le dé pistas sobre el futuro de las grandes compañías españolas en la pandemia

Foto: (EFE)
(EFE)

El tercer trimestre del año ha sido el primero de 2020 en el que el mercado ha podido verificar la que es la 'nueva normalidad' corporativa. Tras una primera mitad del año marcada por los confinamientos y otras medidas contra la crisis sanitaria del coronavirus, las empresas presentaron este otoño sus cuentas de un verano encaminado a la apertura económica hacia la convivencia con la pandemia.

En este entorno, el consenso de analistas de Bloomberg estimaba unos ingresos de 171.548 millones de euros para las empresas que presentaron sus resultados a cierre de septiembre*, pero el selectivo se ha quedado 22.443 millones por debajo (es decir, un 15%). Las grandes cotizadas españolas se quedan así cerca de cumplir con las expectativas, pero no por ello han dejado de sucumbir a los vientos de cara que han estado asolando al Ibex 35 durante la temporada de resultados. En tiempos de incertidumbre, las estimaciones han sido más volátiles de lo habitual y no han sido capaces de recoger las preocupaciones (y alegrías) de los inversores al leer las cuentas, quedando descorrelacionadas de las reacciones en bolsa.

Cada trimestre, los analistas hacen sus quinielas acerca de qué esperar de cara a las cuentas de las empresas que siguen —unas expectativas que sirven luego para medir las reacciones del mercado—. Así, no todos los analistas hacen previsiones y la media elaborada a partir del consenso también puede variar de denominador debido a que las empresas más grandes suelen tener más analistas siguiéndolas.

Además, cada casa y sector tienen diferentes parámetros a los que los financieros prestan atención, sobre todo en términos de ganancia, donde unos analistas se fijan en los beneficios por acción y otros prefieren usar el Ebitda. De ahí que las expectativas numéricas de los analistas financieros sean apenas una orientación que debe ser contrastada con otros parámetros —como las apreciaciones cualitativas de las empresas u otros planes de interés para el mercado como el reparto del dividendo o las estrategias de futuro—.

Un ejemplo de ello es el gestor de aeropuertos, Aena, que pese a encontrar una amplia diferencia positiva entre las expectativas de un consenso de 6 analistas y el resultado efectivo, cerró el día de la presentación de sus resultados con fuertes caídas. Pero la compañía también hizo declaraciones cargadas de incertidumbre en las conferencias con analistas. "En el corto plazo no hay señales de recuperación en el tráfico debido a la segunda oleada… en las actuales circunstancias no es posible anticipar cuándo empezará la recuperación", detalló el operador de aeropuertos. La cotizada no prevé recuperar los niveles de 2019 hasta por lo menos 2024-2027 y los analistas quisieron subrayar que el tráfico había caído en un 80% interanual en septiembre. En este entorno, por ejemplo, los analistas de JP Morgan calificaron de "flojas" las estimaciones a futuro de Aena.

Al otro lado del espectro el caso más llamativo es el de IAG, otra compañía duramente golpeada por la pandemia cuyos resultados también decepcionaron al consenso cuantitativo de 7 analistas pero que, el día de sus resultados, registró fuertes subidas. Y es que los costes operativos en efectivo se redujeron a la mitad en el trimestre desde los 450 millones de euros por semana a los 205 millones gracias a una serie de recortes de plantilla y renegociaciones con los proveedores. "Así que está claro que se ha hecho un claro progreso en la reestructuración, en particular en los ahorros de personal", apuntaron los analistas de Deutsche Bank en un informe a clientes. Con una liquidez de 9.300 millones de euros, IAG es una de las aerolíneas mejor posicionadas a nivel europeo frente a la pandemia, aunque los mismos analistas también mostraron preocupación frente a "la futura quema de liquidez que para este invierno parece inevitable".

En medio de la pandemia, el mercado parece mirar más allá de los números. No hay más que mirar la curva del selectivo, con el Ibex 35 alcanzando mínimos de marzo la semana pasada, en medio de la oleada de confinamientos domiciliarios de Europa que cada vez parece más probable en España. Todo esto en una semana en la que los bancos, uno de los sectores con más pesos en el parqué y más exposición a la crisis del coronavirus, presentaron unos resultados relativamente bien recibidos por la bolsa. De hecho, los más expuestos a las economías emergentes, como BBVA o Santander, salieron bien parados de sus presentaciones. Esta semana, la historia se ha vuelto a repetir pero con las elecciones de EEUU. En unos comicios marcados por el voto por correo y el golpe de la pandemia al país norteamericano, el mercado ha celebrado la posible victoria del demócrata Joe Biden con la condición de un gobierno dividido, blindándose así de medidas drásticas en el poder hegemónico del mundo.

Foto: Pantallas de cotización del Ibex en el interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)

En este contexto, la rotación de sectores por parte del mercado ha agravado el castigo bursátil de ciertos valores. Aunque sí ha habido casos en el que las diferencias entre los ingresos efectivos y las expectativas han sido causa de caídas (el ejemplo más claro ha sido Naturgy), otros hacen dudar de las estimaciones previas de los financieros. Ha sido el caso de CIE Automotive, donde no solo el ingreso estuvo en línea, sino que el beneficio trimestral de 67 millones de euros estuvo un 36% por encima del consenso de 49 millones que predijo el consenso de siete analistas. En el trimestre, la empresa mantuvo la deuda estable a la vez que preservó la retribución al accionista, apoyándose en la diversidad geográfica de sus bases de producción. "En definitiva, clara mejora de la evolución respecto al trimestre anterior, con los niveles de actividad recuperándose (aunque todavía por debajo de los niveles precovid) y los clientes ya de vuelta a la actividad (en septiembre, niveles de actividad cercana al 90%) y los márgenes volviendo también a los niveles precrisis", explicaban los analistas de Intermoney. Sin embargo, en una semana marcada por el pesimismo de la pandemia, las cuentas de CIE no fueron suficientes para convencer al mercado.

Al final, los inversores siguieron fijándose en 'los de siempre', como muestran las subidas de Viscofan y Cellnex, en un entorno en el que el dividendo, como apuntan los casos de Telefónica o Ferrovial, no bastaron para maquillar el continuo desempeño de las empresas, por más que sus resultados estuviesen en línea con el consenso del mercado. En un entorno marcado por el coronavirus, las expectativas han quedado descorrelacionadas de las reacciones del mercado, fracasando en medir las tendencias de la pandemia asolan a las empresas más allá de unos flujos de ingresos puntuales.

*Inditex, Merlin, Colonial y Solaria todavía no han presentado sus resultados a cierre de septiembre de 2020.

El tercer trimestre del año ha sido el primero de 2020 en el que el mercado ha podido verificar la que es la 'nueva normalidad' corporativa. Tras una primera mitad del año marcada por los confinamientos y otras medidas contra la crisis sanitaria del coronavirus, las empresas presentaron este otoño sus cuentas de un verano encaminado a la apertura económica hacia la convivencia con la pandemia.

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