Wall Street se dispara tras el estancamiento de Biden en las elecciones de EEUU
Los mercados celebran que el demócrata, pese a que de momento le saca ventaja a Trump, no parezca poder hacerse con un control sólido del Gobierno, dificultando ciertas medidas
Pese al vacío de los resultados electorales de EEUU, el mercado ha cotizado este miércoles con relativa tranquilidad. En medio de la pandemia del coronavirus, los inversores se despertaron con el que era el peor escenario posible en las quinielas de los analistas: ninguno de los dos candidatos alcanzan el umbral de la victoria (270 votos) y el poder hegemónico podría tardar días en contar todos los votos por correo que faltan. Ligeramente por debajo de su contrincante demócrata Joe Biden, el republicano Donald Trump ha anunciado que tomará medidas legales para detener el conteo y así asegurar su "victoria" - una derivada ya esperada, pero no por ello menos temida.
Sin embargo, las bolsas se han disparado con fuerza en las últimas horas de la jornada del miércoles. Especialmente los valores tecnológicos, que han hecho subir al Nasdaq 100 un 3,85%. También el S&P 500 y el Dow Jones han subido un 2,2% y 1,34%, respectivamente, mientras que el índice de pequeñas empresas, el Russell 1000 ha ganado un 2,28%. En bolsa, los sectores que más han ganado junto al tecnológico han sido los de farmacia y consumo básico, mientras que al otro lado del espectro el sector financiero y el 'retail' han sido los que se han teñido de rojo.
También la deuda abrió la sesión con una racha de ventas que dejó al 'treasury' en un tipo de más del 0,9%, pero finalmente ha cedido a las compras hasta cotizar en un tipo del 0,77%. El dólar también ha revertido a media sesión su racha bajista contra el euro, en una jornada de alta volatilidad. Por su parte, el barril de crudo WTI, de referencia en EEUU, ha subido un 2,5% hasta los 39 euros por unidad. La volatilidad de la renta variable, ilustrada en el índice VIX, vuelve a caer tras las pérdidas de la semana pasada.
El mercado reacciona así a una victoria de Biden que, a falta de tener los resultados completos de las elecciones, está siendo menos arrolladora de lo que se esperaba, como apuntaba . Los analistas ya venían avisando desde hace semanas que, más que saber quién iba a ocupar la Casa Blanca, lo importante era si el susodicho iba a tener también el apoyo del Gobierno, con mayorías en el Congreso y el Senado. Por ahora, Biden acumula 238 votos, mientras que Trump está en los 214 votos. Gane quien gane la presidencia, sin el apoyo de las cámaras no podrá tomar decisiones políticas drásticas, lo cual parece estar tranquilizando a los inversores.
De hecho, las encuestas apuntaban a una Ola Azul - es decir, un resultado en el que el apoyo a Biden iba a ser tan grande que el demócrata iba a hacerse con el control del Congreso e incluso con el Senado. Una de las propuestas más temidas del mercado era que el que fuera vicepresidente de Obama subiese los impuestos. "Las encuestas han vuelto a perder credibilidad", Scott Glasser, co-CIO de la gestora de activos estadounidense, ClearBridge. "Aunque parezca que hay mucha incertidumbre, se ha aclarado una cosa: no va a haber un presidente con un gobierno unido detrás", matiza. "Es por eso que los mercados están positivos, ya que ahora ya no esperan cambios de política dramáticos... Una de nuestras preocupaciones, por ejemplo, era la subida de impuestos de Biden, que sin el apoyo de las cámaras se complica".
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"El gran riesgo del mercado era un cambio drástico de política en EEUU", explica Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversión de la gestora Carmignac. "Si se llega a dar la Ola Azul, Biden impulsaría una gran expansión del gasto - parecen buenas noticias pero al mismo tiempo hay que tener en cuenta que se aumentaría el déficit y se necesitaría subir los impuestos para financiarlo... con estos resultados, el mercado ya no teme a un gran plan expansionista y otros riesgos como el regulatorio a los sectores de salud y tecnología se disipan, con los inversores apostando por aquellos sectores y empresas que, como hasta ahora, consiguen salir adelante sin la ayuda de estímulos, a la vez que venden en sectores más cíclicos que se van a quedar atrás".
No es la primera vez en la historia de EEUU que el mercado tiene que esperar para saber el resultado de unas elecciones. En el año 2000, Florida tardó tres semanas en determinar que George W. Bush había vencido a Al Gore. También en 2004, el resultado no se decidió formalmente hasta el día después de las elecciones. En 2020, la ley del estado de Florida dice que un votante que envía por correo una papeleta rechazada, porque le falta una firma, por ejemplo, debe tener una segunda oportunidad de votar. En ese sentido, pese a las afirmaciones de Trump acerca de que la votación debería completarse en las horas siguientes al cierre de las urnas, de acuerdo con la ley federal, existe un plazo legal de "puerto seguro" hasta el 8 de diciembre para resolver cualquier controversia antes de certificar el proceso de escrutinio a nivel estatal.
En este entorno, y con las perspectivas de un gobierno dividido, el mercado sigue con los ojos puestos sobre el paquete de estímulos contra la pandemia que los representantes políticos no consiguieron aprobar en las últimas semanas - una preocupación que también la Reserva Federal, responsable de los estímulos monetarios, no deja de recalcar en sus comparecencias públicas. "Basándonos en lo que sabemos ahora, Biden parece tener una ventaja. Sin embargo, si finalmente sale victorioso, el nuevo presidente probablemente asumiría el cargo con un Congreso dividido", apunta Álvaro Cabeza, Country Head de la gestora de UBS en Iberia. "Este escenario es probable que resulte en un menor apoyo fiscal en el futuro, con un Senado Republicano sirviendo como un control de las ambiciones de gasto de los Demócratas y redescubriendo un compromiso hacia una mayor presión fiscal", matiza Cabeza. "El riesgo asociado con este resultado electoral es que no hay apoyo fiscal adicional en perspectiva. Dada la recuperación del mercado laboral, que ha sido mejor de lo que se esperaba, y el exceso de ahorros, incluso un pequeño estímulo podría ser suficiente para disminuir los riesgos de caídas y mantener la expansión de EEUU firmemente intacta".
"Si, como parece probable, el Congreso sólo puede aceptar un apoyo fiscal menos generoso o se retrasa y tarda en materializarse, algunas empresas estadounidenses fuertemente endeudadas pueden enfrentarse a un entorno de empeoramiento del crédito", subraya Stéphane Monier, CIO de la firma de banca privada Lombard Odier. "Mientras no se aclare la situación jurídica, el entorno del mercado favorecerá a los sectores defensivos como los productos básicos de consumo, los servicios de comunicación y el sector de la tecnología de la información, que ha tenido un rendimiento superior durante todo el período de la pandemia".
Aunque este miércoles las bolsas hayan tenido una sesión de bonanza, los riesgos acechan. "La principal diferencia con las incertidumbres de las elecciones de 2000 es que Estados Unidos se enfrenta actualmente a una de las peores crisis de su historia debido al covid-19", destaca Manuel Maleki, economista del grupo Edmond de Rothschild. "El aumento de la incertidumbre sobre el ganador de las elecciones presidenciales sería una dificultad adicional que la economía de Estados Unidos tendría que enfrentarse", añade Maleki, recordando que, durante la crisis electoral de 2000, el S&P 500 cayó un 8% durante el período y el tipo a 10 años perdió 57 puntos básicos entre el 7 de noviembre y el 12 de diciembre, del 5,87% al 5,3%.
Pese al vacío de los resultados electorales de EEUU, el mercado ha cotizado este miércoles con relativa tranquilidad. En medio de la pandemia del coronavirus, los inversores se despertaron con el que era el peor escenario posible en las quinielas de los analistas: ninguno de los dos candidatos alcanzan el umbral de la victoria (270 votos) y el poder hegemónico podría tardar días en contar todos los votos por correo que faltan. Ligeramente por debajo de su contrincante demócrata Joe Biden, el republicano Donald Trump ha anunciado que tomará medidas legales para detener el conteo y así asegurar su "victoria" - una derivada ya esperada, pero no por ello menos temida.