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Wall Street contagia al Ibex de la euforia de la jornada electoral de EEUU
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Wall Street contagia al Ibex de la euforia de la jornada electoral de EEUU

Una situación que se produce, además, con el estallido de la segunda oleada de la pandemia del coronavirus con toda su virulencia que ha llevado al cierre de países como Alemania

Foto: Un trader en la bolsa de Nueva York. (Reuters)
Un trader en la bolsa de Nueva York. (Reuters)

Los inversores se pusieron a resguardo la semana pasada con el peor escenario posible ganando enteros: que el resultado de las elecciones estadounidenses no se conozca inmediatamente. No en vano, entre lo ajustado de las encuestas y el discurso de Donald Trump advirtiendo de la posibilidad de fraude electoral, amenazando con llevar los resultados a los tribunales si no le son favorables y alentando la agitación social en las calles ha aumentado aún más la incertidumbre en un momento especialmente delicado en la historia de Estados Unidos en particular y del mundo entero en general.

Prueba de esta búsqueda de refugio, que se concentró especialmente la semana pasada, fue el comportamiento de los activos, con una caída generalizada de la renta variable, una depreciación fuerte de los bonos americanos y un fuerte repunte de las divisas refugio, esto es el yen japonés y el dólar.

Con todo, hoy toca rebote generalizado en las bolsas. Wall Street ha cerrado con fuertes subidas: mientras el Dow Jones ha ganado un 2%, mientras que el S&P 500 ha subido un 1,78% y el Nasdaq un 1,85%. Una situación que ha llevado a las bolsas europeas a acelerar el ritmo, si bien ya habían abierto el día en verde. Así el Ibex 35 ha cerrado con una ganancia del 2,5% y todos los valores en verde excepto aquellos que suelen subir en momentos de nerviosismo: Cellnex y PharmaMar, que hoy han cerrado en rojo.

Foto: Foto: Reuters.

En el resto del Viejo Continente, el Eurostoxx 50 ha subido un 2,65%, mientras que la bolsa italiana ha ganado un 3%, y la alemana y la francesa un 2,5% cada una. "Lo bueno es que las fuertes caídas de la semana pasada llevan a rebotes inerciales esta semana. Ayer y probablemente hoy, pero poco fiables", aseguran.

No en vano, los expertos afirman que toca "esperar y ver... sin dejar de sufrir". Y es que al deterioro esperado de las bolsas en octubre y noviembre se le suma la posibilidad de que se prolongue si el resultado de las elecciones en EEUU se retrasa o es confuso. Así que mandan las elecciones. Si gana Biden las bolsas caerán algo más, los bonos americanos retrocederán al aumentar las expectativas de inflación y de gasto público y el dólar se debilitará. Y justo lo contrario si gana Trump. Pero lo realmente malo sería un desenlace pospuesto, con impugnación del resultado y recurso al Tribunal Supremo. Eso y la potencial contestación de una de las partes, con el conflicto social que podría generar", aseguran desde Bankinter.

Una situación que se produce, además, con el estallido de la segunda oleada de la pandemia del coronavirus con toda su virulencia. Tanto es así que países como Alemania, que la primavera pasada superaron el primer envite del covid-19, en esta ocasión se han visto obligados a cerrar de nuevo para tratar de frenar el avance de los contagios. También Francia, Reino Unido e Italia entre otros han decretado confinamientos domiciliarios y el cierre de actividades no esenciales con lo que ello supone para la economía, que ya no piensa en la anelada recuperación en V.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo ha comenzado la semana con caídas que le llevaban a los 72,9 puntos básicos, mientras que la rentabilidad del bono a diez años subía hasta el 0,13%.

El precio del petróleo también avanzaba con repuntes cercanos al 3% para el Brent de referencia en Europa, que se vendía a 39 dólares por barril y más del 3% en el caso del Texas estadounidense que alcanzaba los 37,59 dólares.

Los inversores se pusieron a resguardo la semana pasada con el peor escenario posible ganando enteros: que el resultado de las elecciones estadounidenses no se conozca inmediatamente. No en vano, entre lo ajustado de las encuestas y el discurso de Donald Trump advirtiendo de la posibilidad de fraude electoral, amenazando con llevar los resultados a los tribunales si no le son favorables y alentando la agitación social en las calles ha aumentado aún más la incertidumbre en un momento especialmente delicado en la historia de Estados Unidos en particular y del mundo entero en general.

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