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Ahorro para la jubilación: ¿De verdad no tenemos un plan con la que nos espera?
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Ahorro para la jubilación: ¿De verdad no tenemos un plan con la que nos espera?

Seguro que Montero también tiene el dato de que 1,3 millones de los 1,99 millones de partícipes de planes de empleo no aportaron ni un solo euro el último año

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La economía, hecha unos zorros, con un desplome histórico que tardaremos un lustro en recuperar; un creciente déficit de la Seguridad Social combinado con una pirámide demográfica invertida letal. Una generación muy numerosa que empieza a jubilarse, mientras el paro juvenil supera el 40%. Y, por si fuera poco, con un ahorro para la jubilación alarmantemente insuficiente: el patrimonio en fondos de pensiones supone menos del 9% del PIB, frente a más del 50% en la media de la OCDE. Pero el problema eran los planes de pensiones.

Esta semana el Gobierno ha anunciado que, como vamos sobrados, va a reducir los incentivos fiscales de los planes de pensiones individuales que animan a las familias a ahorrar para la jubilación. En concreto, cada persona se podrá desgravar solo hasta 2.000 euros al año por la inversión en estos productos de ahorro a largo plazo, frente a los 8.000 euros (o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas, la menor de las dos) vigente en la actualidad.

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Dijo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que esto afectaría a muy poca gente, porque solo el 8% de los ciudadanos con planes de pensiones privados hacían aportaciones anuales superiores a los 4.000 euros anuales.

Hombre, si pensamos que necesitamos ahorro para la jubilación, habrá que hacer más atractivos los productos y su fiscalidad, y no menos. Habrá que buscar que ese 8% pase a ser un 20% o un 40% o un 80%. Cuanto más ahorro de las familias, mejor para el país. Un tercer pilar más fuerte (junto al público y los planes de empresa) supone menos presión para la estructura de nuestras pensiones.

Las consecuencias de la medida serán contundentes. Probablemente, no a corto plazo, porque quizá suceda el conocido efecto 'que me lo quitan de las manos'. Muchos inversores aprovecharán para realizar aportaciones y beneficiarse de la desgravación actual, antes de que pase a mejor vida. O quizá sí, por la incertidumbre que generan este tipo de medidas. Estamos analizándolo en esta encuesta de Finect en la que te invitamos a participar.

Antes de 'matar' el producto, quizá habría compensado buscar fórmulas para hacerlo más atractivo. Incluso aumentando las ventajas fiscales para las rentas medias y bajas, a costa de reducirlas para las altas. O, si uno de los problemas eran las altas comisiones, como dijo el ministro Escrivá en el Congreso (en esto tiene mucha razón), forzando una nueva rebaja en las mismas o provocando más competencia en la oferta. O si, también según Escrivá, otro de los problemas era que los jóvenes apenas invertían en estos productos, aumentando los beneficios para quienes llevan menos de 5 años en el mercado laboral… Aunque con un paro juvenil del 43% casi más parece un milagro que haya alguno con plan de pensiones.

En realidad, que se eliminen las ventajas de los planes de pensiones individuales debería importarnos muy poco si se hace para incentivar todavía más otras fórmulas de ahorro para nuestro retiro. Si se tratara de una medida que se ejecuta dentro de un plan de largo plazo, en el que se van a proponer nuevos vehículos de ahorro para la jubilación más ventajosos.

Pero nada. Por ahora, lo único serio que se ha anunciado es que se aumentarán en 2.000 euros el máximo a desgravar en los planes de pensiones de empresa, de 8.000 a 10.000 euros. Que, por cierto, ya que en los individuales la han bajado de 8.000 a 2.000 euros, podrían haberla subido estos en la misma proporción, de 8.000 a 14.000 euros. Además, les habría salido "rentable", entiéndase la ironía, porque en España solo hay 2 millones de partícipes de planes de empleo, frente a los 7,5 millones de partícipes del sistema individual.

Por cierto, señora Montero, entiendo que tendrá el dato, porque es de la Dirección General de Seguros, pero en los dos últimos años, apenas 70.000 partícipes aportaron más de 4.500 euros a planes de pensiones de empresa. Es decir, el 3,5% de los partícipes. ¿Y cuántos aportaron más de 6.000 euros? Solo el 1,7% de los partícipes... (Y muy probablemente, sean los de rentas más altas).

Seguro que Montero también tiene el dato de que 1,3 millones de los 1,99 millones de partícipes de planes de empleo no aportaron ni un solo euro el último año. Ni un euro. Solo un 34% de los partícipes metieron dinero en estos productos. Por cierto, casi el mismo porcentaje que los planes individuales... Pero en los de empleo si ampliamos a 10.000 la cantidad a desgravar. Muy lógico todo.

Lo peor no es que quitemos desgravaciones a los individuales. Lo peor es que no parecemos tener ningún plan sólido, estructurado, con el ahorro de nuestra sociedad para la jubilación. Que rompemos una tela de aquí para meter un parche allí. Y la cosa empieza a ser urgente.

La economía, hecha unos zorros, con un desplome histórico que tardaremos un lustro en recuperar; un creciente déficit de la Seguridad Social combinado con una pirámide demográfica invertida letal. Una generación muy numerosa que empieza a jubilarse, mientras el paro juvenil supera el 40%. Y, por si fuera poco, con un ahorro para la jubilación alarmantemente insuficiente: el patrimonio en fondos de pensiones supone menos del 9% del PIB, frente a más del 50% en la media de la OCDE. Pero el problema eran los planes de pensiones.

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