La inversión en España de los fondos de pensiones patrios, en mínimos históricos

España resulta cada menos atractiva como destino de inversión. No sólo para los ‘turistas’ internacionales, sino incluso para los propios inversores locales. Por ejemplo, los fondos de pensiones. Sumando la cartera de todos ellos, el dinero invertido en renta fija y renta variable nacional se ha reducido hasta el 45,7% a cierre de septiembre, según los datos de Inverco, la asociación de gestoras.

Se trata de la cifra más baja de la historia, fruto de un declive continuado a lo largo del tiempo, un goteo incesante a la baja que se ha acelerado en los últimos años. Hace una década, esta cifra era más de 15 puntos porcentuales superior, casi un 63%, mientras que hace un lustro todavía se mantenía cerca del 60%.

La decadencia del interés inversor en los activos patrios se refleja sobre todo en la renta fija. El peso de la deuda pública baja por primera vez del 18% y está ya casi en la mitad que hace 5 años, cuando superaba el 33%. También decaen los bonos empresariales, ahora en el 14,76% del total.

Los reducidos tipos de interés que ofrecen los emisores, junto con la incertidumbre que provoca el creciente endeudamiento del país, parecen ahuyentar al dinero. Tampoco ayuda, por supuesto, que todos los organismos internacionales señalen a la economía española como la que más seguirá sufriendo las consecuencias de la pandemia.

La renta variable local tampoco seduce locamente a los gestores, aunque aquí la caída no ha sido tan pronunciada. Ahora mismo supone un 13,02% de la cartera de los fondos de pensiones españoles, apenas unas décimas menos del máximo del 13,44% que tocó en junio de 2019. Casi sorprende que no sea peor la cosa, de hecho, cuando las cotizaciones de las empresas locales siguen sin levantar cabeza y el Ibex soporta un desplome del 27% en lo que va de 2020.

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Este vehículo, que está gestionado por BBVA, tiene a cierre de septiembre apenas un 13,7% en cartera interior, cuando hace 10 años tenía un 40%, mientras que destina un 83,6% a activos exteriores, muy por encima del 50% de hace una década, todo un cambio radical. Estos funcionarios tienen ahora mismo más de la mitad de su cartera, un 56,5%, en las bolsas de otros países.

Curiosamente, al revés de lo que sucede con el fondo de pensiones de la Generalitat de Catalunya, que está gestionado por Caixabank. El Ambit Generalitat Catalunya tiene casi un 60% de su cartera ahora mismo en cartera interior, con casi un 30% en renta variable española, y sólo un 38,6% en el extranjero.

La pérdida de influencia de los activos españoles en cartera ha beneficiado sobre todo a la inversión en renta variable internacional, que ahora supone el 23,14% del dinero invertido en fondos de pensiones, frente al 8,6% de hace una década.

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