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El Ibex encara el temor a la segunda ola con diez valores peligrando en los mínimos
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LOS MÍNIMOS DE LA PANDEMIA

El Ibex encara el temor a la segunda ola con diez valores peligrando en los mínimos

El curso ha empezado, y con la curva de casos al alza y cada vez más medidas de contención, el mercado se ha puesto a temblar ante la idea de una segunda ola de covid

Foto: Foto: iStock.
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En los últimos meses de la pandemia, las bolsas se habían estado debatiendo entre la euforia de la reapertura y la alerta de los rebrotes, pero todo había ocurrido dentro del periodo estival. Ahora, el curso ha empezado, y con la curva de casos al alza y cada vez más medidas de contención, el mercado se ha puesto a temblar ante la idea de una segunda ola de coronavirus que golpee a una economía ya desvalida por los confinamientos de primavera. De fondo, además, presionan conflictos como el del Brexit, las elecciones en EEUU, tensiones comerciales, escándalos financieros

En este entorno, el Ibex 35 sufrió el lunes su mayor caída en tres meses, alcanzando mínimos de mayo. De todas formas, el selectivo ya llevaba varios días en rojo, con caídas también relevantes el pasado viernes. Mientras que hay empresas para las que estas caídas apenas supone (de momento) un pequeño bache en su trayectoria anual, para otras, el pesimismo generalizado ha supuesto la puntilla final a una situación ya difícil. Son cuatro los valores que cotizan en mínimos de la pandemia (Telefónica, Santander, BBVA y Mapfre) y seis los que los rozan (Sabadell, IAG, Repsol, Meliá, Merlín e Indra).

Foto: Bolsa de Fráncfort.

Por un lado, está el caso de las ‘blue chips’, aquellos pesos pesados que, si hace años eran la joya de la economía española, ahora se han visto rezagadas en peso a la cola del Ibex 35. Tanto Telefónica, BBVA como Santander cotizan en mínimos históricos. Por un lado, la teleco cayó por debajo de los tres euros por título por primera vez desde 1996, perdiendo la capitalización bursátil con la que debutó en bolsa en su privatización en el año 97. La entidad presidida por José María Álvarez-Pallete pertenece a un sector relativamente resguardado de la pandemia, pero sigue arrastrando los problemas de deuda y el desgaste de la competencia que sufría antes de que el coronavirus llegase a nuestras vidas. Pese a todo, Telefónica es de las pocas firmas del Ibex 35 que sigue repartiendo dividendo.

Una ‘blue chip’ que todavía no ha alcanzado los mínimos de la pandemia pero que está a un paso de hacerlo es Repsol, que el lunes cerró a los 6,11 euros por acción, a un 1% de los mínimos del 19 de marzo. La petrolera española es una de las empresas que más caen del Ibex 35 en el año, lastrada por el desgaste del precio del petróleo y el gas desatado por la caída de la demanda del ‘oro negro’ por la paralización de la industria y la movilidad.

Por otro lado, está el caso de los bancos. El Santander y el BBVA cotizan en mínimos históricos en un entorno de bajos tipos de interés que se ha visto alargado por la pandemia y además agravado por el lastre macroeconómico, así como la regulación de uno de los pocos anzuelos que les quedaba para pescar al accionista, los dividendos. Mientras que Bankinter aguanta en bolsa gracias a su diversificación, CaixaBank y Bankia viven la nueva ilusión de su fusión. Sin embargo, el Santander y el BBVA vienen de vivir un verano difícil por el añadido que les supone la exposición a los países emergentes, tanto a nivel económico como en cuanto al golpe del cambio de divisa.

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Foto: EFE.

Los ánimos de fusión también han dado algo de soporte al Sabadell en las últimas sesiones pese a ser uno de los valores del Ibex 35 que más han sufrido por la pandemia. El banco cotiza en los 31 céntimos por acción, aún por encima de los 26 alcanzados el 21 de mayo pero, con una capitalización bursátil de 1.761 millones de euros y en un sector expuesto tanto a los desarrollos socioeconómicos como a nuevas medidas del regulador, ha sido uno de los valores más volátiles del año, con una pérdida del 69%.

Por otro lado, está el caso de la aseguradora Mapfre, que ha vuelto a romper los mínimos de la pandemia y cotiza en mínimos de 2003. El sector asegurador se ha visto tanto o más impactado por el coronavirus que el bancario, viendo deteriorarse sus posiciones de capital. Mapfre también ha estado en el foco mediático durante los últimos días por su relación con Bankia en la venta de seguros, que se ha visto comprometida por la fusión con CaixaBank. La aseguradora mantiene en el aire el pago del dividendo a cargo de 2020, que decidirá en el cuarto trimestre.

Foto: EC.

En el sector turismo, hay dos empresas en el foco por su incidencia en volver a los mínimos de la pandemia. Por un lado, está IAG. La aerolínea es la empresa que más cae del Ibex 35 este 2020, con un desplome del 77,9%. No en vano, a las preocupaciones sobre el impacto de las medidas de distanciamiento social sobre su modelo de negocio, se le añade el rompecabezas del Brexit con fecha para enero. La aerolínea había gozado de las subidas desatadas por su ampliación de capital la semana pasada, por lo que a 1,06 euros por título sigue lejos de los 0,76 que alcanzó el 15 de mayo. No obstante, sigue sin levantar cabeza del rango de precios en los que se movía en 2012 y es presa constante de los momentos de nerviosismo generalizado: por ejemplo, el lunes cayó un 13%, a la cima de las pérdidas del Ibex 35.

Por otro, está la hotelera Meliá, que cotiza en los mínimos de marzo, a un 7% de caer a los 2,74 céntimos por acción con los que tocó mínimos de la pandemia durante los desplomes de la primera ola. Al igual que IAG, sufre el golpe del coronavirus sobre el sector y, tras un verano apático, se enfrenta ahora a unos meses plagados de incertidumbre hacia los que ya arrastra unas cuentas debilitadas y un balance de deuda engrosado.

Por su parte, la inmobiliaria Merlin se vio golpeada el lunes no solo por el pesimismo generalizado, sino que también en el entorno de una demanda interpuesta por dos pymes a sus alquileres en centros comerciales, otro de los focos del coronavirus. Cotiza a poco más de un 1% de los mínimos anuales del 27 de julio, en los 6,65 euros por acción.

Por su parte, Indra levantó cabeza en los primeros días de septiembre tras varios meses ahondando en los mínimos anuales, racha que las caídas de este lunes han estropeado, colocando al valor los 6,33 euros por acción y a un 4,6% de alcanzar los mínimos desatados por el efecto trastornador de la pandemia en la ejecución de sus proyectos y contratos.

En los últimos meses de la pandemia, las bolsas se habían estado debatiendo entre la euforia de la reapertura y la alerta de los rebrotes, pero todo había ocurrido dentro del periodo estival. Ahora, el curso ha empezado, y con la curva de casos al alza y cada vez más medidas de contención, el mercado se ha puesto a temblar ante la idea de una segunda ola de coronavirus que golpee a una economía ya desvalida por los confinamientos de primavera. De fondo, además, presionan conflictos como el del Brexit, las elecciones en EEUU, tensiones comerciales, escándalos financieros

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