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Qué hacer con las carteras de valores durante el verano del coronavirus
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Qué hacer con las carteras de valores durante el verano del coronavirus

Los expertos aconsejan tranquilidad y no realizar grandes cambios aunque llegado el momento se inclinan por la renta variable

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Con julio ya avanzado y agosto a las puertas, el verano ya ha más que comenzado y de nuevo llegan las dudas sobre qué hacer con las carteras de inversión. Este año, sin duda, se tendrá que tener en cuenta la volatilidad extrema causada por el covid-19. Pero, ¿cómo se deberían organizar? “Como decía San Ignacio de Loyola, en tiempos de turbulencia no hacer mudanza”, advierte Araceli de Frutos, fundadora de la EAF 107 y asesora del fondo Alhaja Inversiones. La experta considera que ante una situación de mercado donde no existe una tendencia clara lo mejor es no realizar grandes cambios y recordar que la inversión no especulativa se plantea a largo plazo.

Un ejemplo claro de que conviene guardar el tipo y no apresurarse vendiendo los activos que se tengan en cartera lo ha aportado el covid. “Salvo penosas excepciones como la de nuestro Ibex 35, la recuperación desde los mínimos vividos en marzo y abril ha sido espectacular y podemos afirmar que estamos a niveles precovid en Europa y en Estados Unidos”, afirma de Frutos. Esta situación no solo se ha experimentado en las bolsas, también se ha podido vivir una recuperación de los activos de renta fija. Unas revalorizaciones que se han apoyado en las políticas económicas tanto monetarias como fiscales de todos los gobiernos, desde China a Europa y Estados Unidos.

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Aun así, tal y como recuerda de Frutos, en los mercados sigue la incertidumbre ante el futuro y no hay una relajación clara, algo que se puede observar en los índices de volatilidad, aún en niveles altos que no se corresponde con las subidas experimentadas. Lo que deja intuir, según la asesora, un verano “calentito”. Un estado que lleva caracterizando al Ibex 35 las últimas temporadas estivales. Los agostos de los últimos cinco años han destacado por su tonalidad roja, a excepción del de 2016, que consiguió acumular unas ganancias del 1,5%. El peor, sin suda, fue el de 2015 cuando sufrió un recorte del 8,2%.

Los riesgos este año no son pocos. De mayor a menor, Esty Dwek, jefa de estrategias globales de mercado de Natixis IM Solutions, destaca las tensiones geopolíticas y comerciales Estados Unidos-China, la segunda oleada de contagios, quiebras e impagos, problemas de liquidez en los mercados de créditos y las elecciones en Estados Unidos. Sin olvidar el Brexit. “La libra podría ver más volatilidad a partir de ahora, dado que la crisis no parece que haya sido bien gestionada y los riesgos de un Brexit duro podría volver, dado que no se han hecho muchos progresos en las negociaciones comerciales con la Unión Europea”, apunta Dwek.

Sin olvidar, que “estamos en medio de la temporada de resultados empresariales en Estados Unidos, donde obtendremos mayor visibilidad sobre el daño que el efecto económico del virus está teniendo en las cuentas”, añade Richard Dunbar, Head of Multi-Asset Research de Aberdeen Standard Investments. Durante el verano Dunbar recuerda que también obtendremos frecuentes actualizaciones de la evolución de la economía global, lo que proporcionará más datos sobre el impacto económico del virus.

“La política -tanto monetaria como fiscal- ha sido el gran impulsor de los activos de riesgo, permitiendo a los inversores examinar los impactos económicos inmediatos del virus. Una vez más, veremos más detalles sobre la progresión de estas políticas durante el verano, lo que dará más pruebas de si suponen, o no, un apoyo a los mercados", dice el experto de Aberdeen Standard Investments.

En esta situación de Frutos aconseja estar cauto y aunque pueda sonar a contradicción, se muestra partidaria de aumentar la ponderación en renta variable en detrimento de la renta fija una vez ésta ha recuperado niveles, ya que los tipos de interés van a seguir estando bajos por mucho tiempo y la renta fija en este contexto se vuelve más arriesgada y con menos potencial de subida. Geográficamente opina que Europa resulta más atractiva una vez conseguido el acuerdo en el fondo de reconstrucción. Mientras que en Estados Unidos estaría posicionada aunque bajando la ponderación y cubriendo el dólar.

Una opinión que también comparte Dunbar. "Seguimos viendo fortaleza en el mercado de la renta variable, debido a una política fiscal y monetaria acomodaticia y también por las mejoras de los datos económicos, que son coherentes con una recuperación global inicial más rápida de lo esperado desde la caída de abril”, afirma. “Sin embargo, también estamos empezando a ver como surgen mayores divergencias entre los países en función de su éxito en la contención del virus y, por lo tanto, de su capacidad para abrir sus economías de forma sostenible", añade.

¿Y si configuramos una nueva cartera?

Para configurar una cartera, Miguel Córdoba, profesor de Economía de la Universidad CEU San Pablo, considera apostar por los sectores que se han considerado necesarios en la pandemia y que van a seguir funcionando haya o no rebrotes. Por el contrario, es partidario de alejarse de los sectores “no necesarios” como turismo, hostelería, restauración, servicios inmobiliarios e incluso construcción.

Para configurar una cartera, según el docente, también es preciso ver la evolución de las empresas en los últimos seis meses, así como lo acaecido en materia de ventas y dividendos en los últimos tres años. “No se trata de invertir en sectores porque sí, ya que la gestión del equipo directivo también es muy importante. La adaptación de las empresas a la pandemia también nos dirá mucho sobre si merece o no la pena invertir en estos valores”, afirma Córdoba.

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Un ejemplo de un sector “no necesario” lo tendríamos, según el profesor, en Inditex. Su equipo se ha adaptado bastante bien a la nueva situación y ha potenciado su división de ventas on-line, organizando incluso la fotografía de sus modelos en las casas propias de los mismos. “En la cara opuesta, y aunque no cotice estaría Mercadona, cuya página web es un desastre y que durante la pandemia no ha servido siquiera a domicilio”, afirma.

Por tanto, sector, capacidad gerencial y evolución en los últimos meses, deben ser los factores que nos lleven a confirmar una cartera defensiva durante este verano, a la espera de que puedan llegar las vacunas de Oxford y de Moderna. “No es fácil establecer una cartera en la situación actual de riesgo e incertidumbre, pero tampoco vamos a eludir el compromiso”, apunta. Su apuesta, por tanto, se centra en valores sólidos y con dividendo recurrente en los sectores anteriormente indicados, como Iberdrola, Enagás, Inditex, Ahold, Engie, Banco Santander, Novartis, ABB, Anheuser-Buch, Basf, Bayer, UBS, Unilever.

Según su valoración, con esta cartera, a partes iguales, se podría conseguir en 2021 una rentabilidad por dividendo de entre el 3,5 y el 4%, al margen de que son valores consolidados y probablemente puedan dar una plusvalía de entre el 10 y el 20% en el año 2021, una vez que se solucionen los problemas de la pandemia.

Con julio ya avanzado y agosto a las puertas, el verano ya ha más que comenzado y de nuevo llegan las dudas sobre qué hacer con las carteras de inversión. Este año, sin duda, se tendrá que tener en cuenta la volatilidad extrema causada por el covid-19. Pero, ¿cómo se deberían organizar? “Como decía San Ignacio de Loyola, en tiempos de turbulencia no hacer mudanza”, advierte Araceli de Frutos, fundadora de la EAF 107 y asesora del fondo Alhaja Inversiones. La experta considera que ante una situación de mercado donde no existe una tendencia clara lo mejor es no realizar grandes cambios y recordar que la inversión no especulativa se plantea a largo plazo.

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