La CNMV estudia prohibir los bajistas durante tres meses ante la sangría bursátil

El nuevo lunes negro que viven los mercados ha retomado el aluvión de peticiones de prohibición de cortos desde las cotizadas a su supervisor, la Comisión del Mercado de Valores (CNMV), cuyos interlocutores con las empresas admiten estar “desbordados”, pero también que están analizando la situación. El supervisor estudia si prohibir las posiciones por un día, como hizo el viernes, o durante tres meses.

La decisión corresponde al consejo de la CNMV, que el jueves decidió, a última hora del día, aplicar el artículo 23, que veta las posiciones cortas durante una sesión para los valores que han caído al menos un 10% en el caso de los más líquidos y un descenso decidido por el supervisor (el jueves decidió el umbral del 20%) para los títulos más ilíquidos. Como adelantó El Confidencial, las empresas habían pedido que se vetasen estas operaciones durante meses y es que, de hecho, la institución presidida por Sebastián Albella tiene armas para alargar esta restricción.

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El artículo 20 establece que el regulador puede restringir la venta de cortos caso “se hayan producido hechos o circunstancias adversos que constituyan una seria amenaza para la estabilidad financiera o la confianza del mercado en el Estado miembro en cuestión o en otro u otros Estados miembros”. Una definición en la que el coronavirus, y la disrupción económica y financiera que está suponiendo entrarían de lleno.

A diferencia del artículo 23, que solo permite vetar a los bajistas durante una sesión con opción a alargarlo en un plazo de dos días, el artículo 20 sí que permite imponer la medida en un plazo de hasta tres meses, pudiendo prorrogarlo de tres en tres meses cuantas veces sea necesario.

Fuentes del mercado apuntan a que la CNMV está analizando qué artículo. Una decena del Ibex 35 cotiza con retrocesos de más del 10% este lunes, como también sucede con valores del resto del Mercado Continuo. Sin embargo, desde bancos y empresas se pide a la institución impedir que los ‘hedge funds’ sigan empeorando su situación a costa de la crisis provocada por el coronavirus Covid-19, que ha llevado al Gobierno a decretar el estado de alerta. Desde la CNMV, se limitan a responder que "se sigue monitorizando la situación con las medidas que ya se aprobaron".

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Las posiciones cortas tradicionales se construyen mediante el alquiler de acciones. El bajista toma prestados los títulos y los vende, y los compra a mercado para devolverlos a su legítimo dueño. En el proceso gana dinero si el valor cae, como ha ocurrido en los últimos días. También hay ataques bajistas mediante derivados. En cualquier caso, supone una presión adicional a la baja sobre las cotizaciones, hundidas en un mercado roto de pronósticos de recesión.

La semana pasada, las posiciones cortas declaradas superiores al 0,5% del capital de cada empresa atacada, umbral a partir del que la CNMV las publica, alcanzó los 2.000 millones. Destacó el ataque inicial de Bridgewater, el mayor ‘hedge fund’ del mundo, con 1.100 millones contra Iberdrola, Santander, BBVA, Amadeus y Telefónica. El fondo de cobertura fundado y coliderado por Ray Dalio elevó el jueves un 30% el ataque, antes del veto. Este lunes vuelven a haber ataques bajistas sobre la bolsa española.

El Ibex arrastra caídas de casi el 40% desde que Italia anunció la primera remesa de afectados el día 24 de febrero, cotizando ya por debajo de los 6.000 puntos, en mínimos de 2012. De hecho, el pasado jueves sufrió la mayor caída diaria de su historia, desplomándose junto con el resto de bolsas occidentales.

El regulador nacional no necesita obtener la obligación del regulador a nivel europeo, la ESMA, pero sí que precisa notificarle si toma una decisión, para que así la ESMA pueda poner al corriente al resto de reguladores del Viejo Contiente. Ejemplo de este funcionamiento es el jueves pasado, cuando tanto Italia como Reino Unido también vetaron los bajistas durante un día.

Este lunes, además, la ESMA ha anunciado que obliga de forma inmediata a publicar toda posición corta que supere el 0,1% del capital, no el 0,2%, como es habitual. Una medida que queda traspuesta a todas las jurisdicciones de la eurozona.