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Los inversores pagan hasta un 1% en bonos en negativo para afrontar una recesión
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PÁNICO EN EL MERCADO

Los inversores pagan hasta un 1% en bonos en negativo para afrontar una recesión

Mínimos históricos generalizados en los bonos considerados más seguros, como el alemán o el estadounidense. Los inversores institucionales cargan las carteras de activos refugio

Foto: Miedo en el mercado. (Reuters)
Miedo en el mercado. (Reuters)

La economía ya tiene un cisne negro para amenazar el ciclo de crecimiento que se inició tras la Gran Recesión, y que es el más largo de la historia en Estados Unidos. Así lo están interpretando los inversores en las últimas semanas y, especialmente, este lunes. El coronavirus y el ‘crash’ del petróleo provocan la mayor caída de las bolsas europeas desde el Brexit. La otra cara de la moneda es la compra de activos refugio.

Esto es lo que está ocurriendo en el mercado de bonos. Los títulos alemanes, suizos o estadounidenses están en mínimos históricos. Los inversores institucionales viran violentamente sus carteras reduciendo el peso en renta variable y compran títulos de deuda soberana de emisores en los que consideran que no hay riesgo.

Foto: Broker de Wall Street

Con ello, se protegen ante una recesión, evitan pagar por la liquidez ante los tipos negativos de algunos bancos centrales y, si se prolonga el pánico en el mercado, habrá más compras de bonos que generan rentabilidad por el precio. Si hay más demanda de bonos, sube el precio, que tiene una relación inversa con el retorno a través del cupón.

El bono alemán a 10 años marca mínimos históricos en el -0,85%, mientras que el título germano a 2 años se sitúa en el -0,96%. La misma tendencia a la baja ocurre con la deuda suiza, que ya cotiza por debajo del -1% en sus títulos a 2 y 10 años. Los títulos a 30 años de Alemania y Suiza también están en mínimos y en territorio negativo, lo que implica que hay inversores adquiriendo bonos para recuperar el 80% del dinero en tres décadas si se quedan a vencimiento el papel. El bono estadounidense a 10 años, por su parte, bajó del 0,5% el viernes por primera vez en la historia. Los inversores anticipan más recortes de tipos después de la bajada de la semana pasada de 50 puntos básicos, primera vez que la variación era de dos escalones desde 2008.

"Este tipo de movimientos resultan extraordinarios y sugieren cierto pánico en el ambiente. El persistente shock económico provocará una nueva reacción por parte de los bancos centrales, que quizás no se limiten a rebajar sus tipos de interés", explica Paul Brain, gestor de BNY Mellon. A estos niveles, los tipos reales (descontando inflación) están en negativo, algo que ya ocurría en Europa pero no en Estados Unidos. "La caída de los tipos de interés reales resulta aún más significativa. Se podrían escribir muchos libros sobre las consecuencias de los tipos de interés reales negativos, que arrojan una señal ambigua para los mercados de capitales y, sobre todo, para los mercados bursátiles. Unos tipos reales negativos pueden sugerir unas pobres perspectivas de crecimiento y grandes cantidades de dinero para invertir (por ejemplo, un exceso de ahorro)", advierten desde DWS, la gestora de Deutsche Bank.

placeholder Evolución de las expectativas de inflación, tipos nominales y reales del bono del Tesoro estadounidense. Fuente: DWS
Evolución de las expectativas de inflación, tipos nominales y reales del bono del Tesoro estadounidense. Fuente: DWS

La demanda de bonos no es generalizada. De hecho, la rentabilidad en el mercado secundario está aumentando en títulos como el español, lo que dispara la prima de riesgo este lunes un 18% hasta los 110 puntos, máximos desde marzo. El resto de primas de riesgo también se alarga, hasta los 214 puntos en Italia o los 259 puntos en Grecia.

Foto: El ministro de Energía saudí, Jaled al Faleh, a su llegada a una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). (EFE)

El mercado está en modo ‘risk off’, como se conoce en la jerga al aumento de la aversión al riesgo. Hay que tener en cuenta que desde hace dos años hay cierta tensión con los máximos históricos de Wall Street y las dudas sobre un potencial agotamiento del ciclo económico de crecimiento. En varias ocasiones, como con el miedo a la inflación en febrero de 2018, o la guerra comercial a finales de 2018 y verano de 2019, se han activado las ventas masivas de activos de riesgo, aunque no como ahora.

La extensión del coronavirus Covid-19 amenaza con un parón económico que se deja notar con la cancelación de viajes o eventos. A esto se suma la falta de acuerdo entre la Opep y Rusia que ha desatado una guerra en el crudo que ha desplomado el precio hasta un 30%, llegando al entorno de los 30 dólares, algo que no ocurría desde 2015.

El bono a 30 años, por debajo del 1%

Mientras tanto, al otro lado del océano, todos los bonos de Estados Unidos caen por primera vez en la historia por debajo del 1%. El título a 30 años alcanza un tipo del 0,98%, mientras que la deuda a 10 años alcanza un 0,53%. Los bonos a corto plazo, a su vez, se acercan a territorio negativo con una rentabilidad de alrededor del 0,3%. A modo de comparación, los tipos de interés en EEUU están ahora en la horquilla del 1%-1,25%, después de que la Reserva Federal recortase el precio del dinero por primera vez el pasado martes.

Unos mínimos históricos para la deuda del Tesoro estadounidense que vienen de la mano de unas caídas de hasta el 7% en la apertura de Wall Street. La curva de rentabilidades se encuentra ahora desinvertida, siguiendo la lógica de que los bonos a largo plazo otorguen mayor rentabilidad que los de corto plazo. En el último año, este indicador, que ha predicho todas las crisis desde los años 60, se ha disparado varias veces al calor de la guerra comercial y la ralentización económica. A finales de febrero, la curva se invertió para volver a su estado habitual con la llegada de marzo.

La economía ya tiene un cisne negro para amenazar el ciclo de crecimiento que se inició tras la Gran Recesión, y que es el más largo de la historia en Estados Unidos. Así lo están interpretando los inversores en las últimas semanas y, especialmente, este lunes. El coronavirus y el ‘crash’ del petróleo provocan la mayor caída de las bolsas europeas desde el Brexit. La otra cara de la moneda es la compra de activos refugio.

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