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¿Dejarlo en un cerdito o meterlo en bolsa? Cómo invertir el dinero de los niños
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¿Qué hacer con el dinero de los Reyes Magos?

¿Dejarlo en un cerdito o meterlo en bolsa? Cómo invertir el dinero de los niños

Libretas, acciones, fondos de inversión... Hay diferentes opciones para nuestros ahorros para lograr superar la inflación y no perder poder adquisitivo

Foto: iStock.
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El aguinaldo, el dinero que los abuelos le regalaron por su bautizo o el sobrecito que le han dejado los Reyes Magos… Los niños van reuniendo un dinero a lo largo de un tiempo que los padres muchas veces guardamos para sus estudios o sencillamente para que lo disfruten al llegar a la mayoría de edad.

¿Pero qué hacer con estos ahorros? Porque si es un dinero que no van a tocar en 10 o 15 años y no le sacamos la rentabilidad, cuando lo vayan a recuperar es muy posible que la inflación haya reducido su valor real. Es decir, que en el momento de emplearlos, esos euros compren muchas menos cosas que en el presente.

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Recordemos que, aunque la inflación ahora ronda el 0,8%, el objetivo del Banco Central Europeo a largo plazo es del 2% anual. Y que, si eso sucede, en un plazo de 20 años, su ahorro habrá perdido una tercera parte de su poder adquisitivo (ver cuánto dinero perderán tus ahorros por la inflación).

¿Qué opciones tenemos?

Libretas: regalitos en ‘especie’, pero sin rentabilidad

La opción más popular siempre han sido las libretas infantiles. El problema es que aquí no hay rentabilidad. Es decir, meter el dinero en estos productos equivale a dejarlo en el cerdito en casa, con la única diferencia de los regalos promocionales que los bancos ofrecen al contratar estas libretas.

Por ejemplo, CaixaBank les regala con la Libreta Estrella Super3 una pequeña mochila ‘musical’ y unas entradas para espectáculos de Caixaforum o del planetario, o Bankia promociona en su web “sorpresas” como “invitaciones y preestrenos de películas y musicales, sorteos, regalos y mucha diversión”.

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Hay que tener en cuenta que todas estas promociones a efectos de Hacienda cuentan como retribución en especie sujeta a ingreso a cuenta, por lo que tendremos que tributar por ellas, aunque la cantidad será muy reducida por el escaso valor de estos regalos.

Por lo general, ninguna cuenta corriente tiene comisiones de mantenimiento ni de administración, aunque conviene asegurarse antes de realizar la contratación.

Acciones: cuidado con las comisiones y la concentración

Si buscamos rentabilidad, no queda otra que asumir cierto riesgo invirtiendo parte de nuestro dinero en bonos o acciones. La primera opción prácticamente hay que descartarla, porque los mínimos para contratar renta fija directamente suelen ser inaccesibles con las cantidades que se ahorran para los menores. Queda la vía de comprar unas acciones, pero esto tiene dos problemas.

Por un lado, puede que las comisiones se coman más dinero incluso que la inflación. La mayoría de los brókeres tienen unas tarifas mínimas por compra y venta que desincentivan por completo realizar la operación para cantidades como 500 o 1.000 euros. Pero es que, además, pueden contar con gastos de custodia o de mantenimiento que añaden dificultad a la tarea de lograr rentabilidad.

Foto: Bolsa de Madrid (Efe)

El otro inconveniente es la falta de diversificación. Si solo compramos acciones de una o dos empresas, el ahorro queda expuesto a que estas tengan problemas a lo largo del tiempo y recuperemos menos dinero del invertido.

Esto también puede pasar invirtiendo en una cartera diversificada, porque no hay rentabilidad garantizada, pero la probabilidad es mucho menor. Por ejemplo, muchas empresas de la bolsa americana han quebrado a lo largo del tiempo y han hecho perder mucho dinero a sus accionistas, pero hasta ahora el índice S&P 500 nunca ha tenido pérdidas en periodos de 20 años y muy excepcionalmente en plazos de 10 años, como se puede ver en este gráfico de JP Morgan AM.

Fondos de inversión: diversidad, pero clave elegir bien

La gran ventaja de los fondos radica precisamente en que nos permiten acceder a carteras muy diversificadas desde mínimos de inversión muy bajos y con costes más controlados. Por ejemplo, cuando realizamos aportaciones nuevas (cada vez que les regalan dinero por Navidad o por su cumpleaños), no tenemos que pagar un mínimo por operación, como ocurre con los brókeres de bolsa.

Foto: La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, en una entrega de premios. (EFE)

Lo que sí soportan son comisiones anuales de gestión y mantenimiento que se van descontando cada día del valor liquidativo, que pueden llegar a ser del 2,25% del patrimonio. Por eso, conviene buscar y comparar para elegir un producto que suela estar entre los más rentables de su categoría. Eso, o seleccionar uno que cuente con comisiones muy reducidas, como los fondos de gestión pasiva que replican los índices bursátiles.

Entre las ventajas de los fondos para el ahorro infantil, conviene destacar que podemos elegir uno del perfil de riesgo que mejor nos encaje. Hay tanto fondos con muy baja volatilidad como otros que invierten toda la cartera en acciones. Estos últimos contarán con movimientos mucho más pronunciados de su valor, pero también con mayor probabilidad de rentabilidad a largo plazo, como hemos visto en el gráfico más arriba. Puedes hacer tus propios cálculos con esta herramienta.

Hay gestoras de fondos de inversión españolas especializadas en inversión en bolsa de estilo 'value' que ofrecen condiciones especiales para menores. Por ejemplo, Bestinver les reduce el mínimo para contratar Bestinfond a 200 euros (cuando para los adultos es de 6.000 euros), en Azvalor, los menores de 23 años pueden invertir en sus fondos desde 500 euros (frente a los 5.000 del público general), y en Magallanes, les ofrecen acceder a una clase de sus fondos con comisiones menores que las generales.

Carteras de gestión automatizada: bajo coste y reequilibrio periódico

Una de las fórmulas a considerar pueden ser las carteras de gestión automatizada (más conocidas en la jerga anglosajona como 'roboadvisors'). Estos servicios permiten acceder a un conjunto de fondos indexados con costes muy reducidos y con la ventaja de que nos configuran la cartera según el riesgo que queremos asumir y la van reequilibrando periódicamente.

Los mínimos de inversión dependen de cada servicio concreto. Por ejemplo, entre los que más bajo lo ofrecen, Invertimos por ti de Openbank o Smart Money de CaixaBank se pueden contratar desde 500 euros, mientras que en Popcoin o Indexa Capital, el límite está en 1.000 euros.

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Esta última entidad compartía recientemente las estadísticas de contrataciones de su cuenta infantil: “La edad media en el momento de la apertura de la cuenta es de seis años, un 50,3% son niñas y un 49,7% son niños, y la primera aportación suele ser de 2.500 € de media a la cuenta del menor, aunque la mayoría de ellos comienzan con la aportación mínima, de 1.000 €, a la que van añadiendo aportaciones periódicas, siendo lo más común una aportación periódica de 100 € mensuales (en concreto, la mediana es de nueve aportaciones de 143 € al año)”, explican.

Sea cual sea nuestra elección de producto financiero, para invertir el dinero de nuestros hijos es imprescindible contar con su DNI y el de su representante legal.

El aguinaldo, el dinero que los abuelos le regalaron por su bautizo o el sobrecito que le han dejado los Reyes Magos… Los niños van reuniendo un dinero a lo largo de un tiempo que los padres muchas veces guardamos para sus estudios o sencillamente para que lo disfruten al llegar a la mayoría de edad.

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