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Cobas achaca las caídas a la concentración: ocho valores suponen la mitad de su cartera
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CARTA A LOS INVERSORES DEL SEGUNDO TRIMESTRE

Cobas achaca las caídas a la concentración: ocho valores suponen la mitad de su cartera

Paramés cree que muchos de estos valores tienen una capacidad de revalorización de más del 100% —sin embargo, también son varias las empresas que rozan el límite del 10% impuesto por la CNMV—

Foto: Francisco García Paramés. (Foto: @Finect)
Francisco García Paramés. (Foto: @Finect)

Cuando Cobas apuesta por un valor, apuesta fuerte…¿demasiado fuerte? En la carta a inversores del segundo trimestre, Francisco García Paramés achaca las caídas de sus fondos a la concentración de sus carteras. De hecho, ejemplifica el 45% de su producto internacional está ocupado por ocho valores, entre ellos la infame compañía de pan, Aryzta; una situación que es aún más acuciante en la cartera ibérica, donde las primeras ocho apuestas pesan un 52%. Tanto es así que varios de los valores en las carteras de Cobas rozan el 10% del fondo (límite a partir del cual la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) obliga a vender).

Desde que Cobas empezó a invertir en marzo de 2017, el fondo internacional ha caído un 24,8%, mientras que el índice de referencia ha subido un 10,7%. “Nosotros hemos tenido un comportamiento especialmente negativo en estos meses, ya que tenemos una cartera concentrada (el grupo Tekkay, Badcock, Dixons, Golar, CIR, Porsche y Renault y Aryzta representan el 45% de la cartera)”, explica el gestor en la carta. El peso de los ocho valores mencionados anteriormente era del 38,8% en el primer trimestre, de una cartera de alrededor de 70 posiciones.

Foto: Francisco García Paramés.

“Pensamos que este mal comportamiento ya ha quedado atrás pues en prácticamente todos los valores hemos reforzado nuestra convicción sobre nuestra valoración”. Aryzta, el valor por el que más ha peleado la gestora desde sus orígenes, ha pasado de tener un peso del 9,9% en el primer trimestre al 8,2% actualmente, aunque no necesariamente porque Cobas haya reducido —la empresa acumula una caída bursátil del 22% en los últimos tres meses—.

“Después de la bajada de valoración de Aryzta del año pasado, no hemos tenido que reducir ninguna otra de forma significativa”, matiza Paramés. La suiza de pan lanzó a principios de junio otro ‘profit warning’ —el tercero después de los dos lanzados en 2018— y se desplomó entonces más de un 10%. Cobas ya reconoció a finales del año pasado que se había equivocado con esta inversión, alegando que “los errores están para aprender, por tanto, sacaremos las conclusiones adecuadas de este”.

Entonces, la firma aseguró que la “inversión en Aryzta todavía tenía potencial como para recuperar una gran parte de las pérdidas sufridas”. No obstante, con una posición tan cercana al límite del 10%, Cobas tendría apenas tres meses para gestionar la recogida de estos beneficios caso se produjese la revalorización (según la regulación de la CNMV).

Paramés cree que muchos valores tienen una alta capacidad de revalorización; pero también son varias las empresas que rozan el límite del 10%

En la carta de este año, con todo, Paramés reitera que, para la mayoría de los valores mencionados anteriormente “mantenemos un objetivo de más del 100% de revalorización”. “No hay razones lógicas para explicar esta caída, que se debe a situaciones temporales en la mayoría de valores”.

De hecho, Cobas se acerca a este límite en varios de los valores que tiene en cartera. En la cartera internacional, Teekay tiene un peso del 5,9%, mientras que Golar o Badcock suponen un 5,9% y 4,8%, respectivamente, del total. International Seaways, que es la cuarta empresa por peso (y no es mencionada en la lista de pesos pesados de Paramés en la carta) supone un 5,1% del pastel. El fondo tiene un 98% de su patrimonio invertido, cerca del máximo legal permitido.

Esta situación es aún más acuciante en la cartera ibérica, donde Elecnorsupone el 9,8% de la inversión, mientras que Técnicas Reunidasy Semapa ocupan el 8,5% y 7,3% respectivamente. De hecho, las ocho primeras empresas del fondo pesan un 52% sobre el total de la cartera.

Mudanza en septiembre

Tras el verano, Paramés hará la mudanza. Como ya explicó en su conferencia anual en febrero, el gestor se llevará los ahorros que tenía encerrados en Bestinver este septiembre. ‘Paco’, que hizo carrera en la gestora de Acciona y la abandonó en 2014, tiene actualmente la mitad de su patrimonio en Cobas, mientras que la otra mitad está aún sujeta a una cláusula de no reembolso.

Esta cláusula vence en septiembre. “Creo sinceramente que tenemos una cartera única, a la que hay que dar un tiempo para que madure”, explica en la carta de este trimestre el gestor. “Pero no solo son suficientes los adjetivos: obras son amores”.

“Por contrato con mi anterior empresa no he podido invertir todo mi patrimonio y el de mi mujer en Cobas, pero en septiembre podré por fin hacerlo y aumentaré significativamente mi inversión en los fondos”, avisa. “Obviamente no tengo ninguna duda y me parece un momento muy afortunado”, concluye.

Cuidado con estos precios

En la carta, Paramés echa la mirada atrás a los años 2000-2002, cuando el fondo español que entonces gestionaba en Bestinver subió un 40% a la vez que el mercado caía un 40% y a 2000-2003, cuando el fondo global creció un 33% mientras el índice de referencia perdía un 42%. No por nada lo llaman el 'Warren Buffett español'. ¿Qué ha quedado de esos días dorados? Los fondos actuales registran caídas a dos dígitos desde su creación en 2017.

"Si repasamos la historia, cuanto más fuerte y prolongada fue la caída, más fuerte fue la recuperación", explica Paramés en la carta. "Esto es algo esencial: el paso del tiempo implica generación de beneficios por parte de las compañías, y si la cotización no lo recoge se va embalsando un valor que hace que el potencial de revalorización aumente cada día. Cuando suban las cotizaciones tendrán que hacerlo más fuertemente, para recoger ese valor acumulado".

Foto: Beltrán de la Lastra, presidente y director de inversiones de Bestinver

De momento, el gestor sigue apostando por un perfil concreto de valores: empresas competitivas, alta generación de caja, poca exposición al ciclo económico, 'skin in the game' del equipo directivo, buenas valoraciones respecto a sus beneficios, etc. "Muchos de sus dueños o gestores están, como nosotros, muy frustrados por la incomprensible valoración de sus activos y están tomando medidas para cambiar la situación", resalta Paramés. "Están recomprando acciones, incluso pensando en medidas drásticas como cambiar la estructura societaria o hacer lo necesario para que se reconozca el valor de los activos", argumenta, añadiendo que "estas medidas, y la clara infravaloración de sus activos, harán que más pronto que tarde el propio mercado reconozca ese valor y ello independientemente del comportamiento de los mercados, como vimos a partir del año 2000".

Y es que, al igual que su antigua casa la semana pasada, Cobas ha querido avisar en la carta a inversores de los precios a los que se encuentra actualmente el mercado. "La situación actual me recuerda al periodo 1998/2000, una época en la que se produjo una discrepancia fortísima entre algunos valores ciertamente sobrevalorados (en general relacionados con las telecomunicaciones, la tecnología y los medios de comunicación) y el resto de mercado, y en especial valores 'tradicionales'", defiende Paramés. "Las acciones de compañías de “valor” nunca han estado tan infravaloradas respecto a las de “crecimiento” como lo están ahora —incluso más de lo que lo estaban en el año 2000—."

Pero el gestor no se achica: "estas situaciones son habituales en los mercados, diría que afortunadamente, y nos dan la posibilidad de comprar activos extraordinarios a precio de saldo", asegura.

Cuando Cobas apuesta por un valor, apuesta fuerte…¿demasiado fuerte? En la carta a inversores del segundo trimestre, Francisco García Paramés achaca las caídas de sus fondos a la concentración de sus carteras. De hecho, ejemplifica el 45% de su producto internacional está ocupado por ocho valores, entre ellos la infame compañía de pan, Aryzta; una situación que es aún más acuciante en la cartera ibérica, donde las primeras ocho apuestas pesan un 52%. Tanto es así que varios de los valores en las carteras de Cobas rozan el 10% del fondo (límite a partir del cual la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) obliga a vender).

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