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El 'boom' del capital riesgo acoge a los inversores frente a la atonía del mercado
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REPRESIÓN FINANCIERA

El 'boom' del capital riesgo acoge a los inversores frente a la atonía del mercado

La falta de rentabilidad en los mercados tradicionales ha pesado sobre los fondos líquidos, y los inversores buscan ahora seguir ganando con los activos no cotizados

Foto: Imagen de archivo finanzas. (iStock)
Imagen de archivo finanzas. (iStock)

Hay vida más allá de lo cotizado. La represión financiera y la volatilidad de los mercados líquidos ha afectado de lleno a los fondos tradicionales de inversión, que llevan meses perdiendo clientes. Sin embargo, el capital privado vive un momento dulce: cada vez son más los inversores que buscan impulsar las rentabilidades de sus carteras con activos alternativos.

El 'boom' viene de diciembre. A finales de 2018, los mercados 'líquidos' tocaron fondo y los productos españoles sufrieron reembolsos de 2.324 millones de euros en un mes, un mínimo récord que no se registraba en Inverco desde, por lo menos enero de 2013 (primer año para el que publican datos). Gracias a las subidas de principios de año, el sector cerró 2018 con unas suscripciones de 8.412 millones de euros, pero en 2019 no corre la misma suerte y ya acumula unos reembolsos de 270 millones de euros.

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Lo contrario ocurrió en el capital privado. Según datos a cierre de 2018 de la patronal española del sector, ASCRI, la captación de nuevos recursos de las entidades privadas en España superó los 2.178 millones de euros, un 16,7% más que en 2017. A la vez, cifras de la consultora Preqin apuntan a que, en lo que va de año, los fondos con presencia en España ya han levantado 1.700 millones de euros.

En su último informe sobre el tema, los consultores de Bain & Company lo ven claro: ante la volatilidad de los mercados y las pocas oportunidades de rentabilidad que han estado presentado en los últimos años, los inversores buscan refugio en el capital privado. "Si el capital privado ha demostrado algo en los últimos años es que produce unos retornos más estables y seguros que los activos cotizados", explica la consultora en el informe.

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Desde Bain ponen como ejemplo el azote del Brexit en 2016 o el socavón de 2018 tras la bonanza de 2017. "Después de un periodo fuerte de volatilidad en el mundo, los fondos de capital privado han continuado superando a los mercados líquidos en todas las regiones principales y tanto a corto plazo como a largo plazo".

Vincent Juvyns, estratega global de JP Morgan, entiende la situación dentro el marco de la represión financiera. "La expansión posterior a la crisis ha sido larga pero relativamente anémica", explica el analista. "En este contexto, pocos bancos centrales han sido capaces de normalizar ni los tipos de interés ni sus balances de cuentas y los inversores han estado sudando la camiseta para alcanzar sus objetivos de rentabilidad".

Asimismo, Juvyns recomienda salir de la zona de confort —y para él es una cuestión de resiliencia de la cartera—. "A menudo oímos a los inversores decir que no hay más alternativa que mantenerse expuesto a los activos de riesgo a costa de las opciones más seguras pero de menos retorno", considera. "Mientras esta estrategia ha funcionado bien durante gran parte del ciclo económico, según el este envejece creemos que los inversores deberían estar considerando otras opciones para aumentar la resiliencia de sus carteras para estar preparados para una caída eventual".

La inclusión del capital privado en las carteras no es solo cuestión de rentabilidad, también de resiliencia ante lo que pueda venir

"Entendemos que es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo en un mundo donde las rentabilidades de los bonos gubernamentales están en negativo, particularmente en Europa", matiza Juvyns. "El margen bajo el cual una subida de los bonos soberanos podría contrarrestar una caída de las bolsas es más limitado de lo que ha sido en otras recesiones".

"Puede que los inversores tengan que re-pensar su concepto de diversificación y expandir su horizonte más allá de los activos tradicionales para aumentar la resiliencia de sus carteras mientras generan rentabilidades reales en positivo", reitera el analista.

Por sí solo, no tiene sentido comparar en un mismo periodo de tiempo las rentabilidades de los mercados cotizados con el capital privado, ya que cada tipo de inversión sigue su propia dinámica temporal. No obstante, los análisis ajustados apuntan a que los activos no cotizados superan, de lejos, a los líquidos, como bien muestra el siguiente gráfico de Cambridge Associates:

placeholder Fuente: Cambridge Associates
Fuente: Cambridge Associates

Ricardo Miró-Quesada, Managing Partner de Arcano cree que la actual situación de los mercados cotizados ha supuesto un impulso a una tendencia que, sin embargo, ya estaba en marcha. "La baja rentabilidad esperada en otras clases de activos, como la renta fija y la renta variable, seguirán impulsando el interés de los inversores por incrementar su exposición al private equity, una clase de activo que ha demostrado ser más rentable, con una menor volatilidad", explica. "Estructuralmente vemos que cada vez hay menos empresas que quieren salir a cotizar en bolsa, por lo que el private equity se ha convertido en una alternativa de liquidez o financiación más atractiva", matiza Miró-Quesada. "Si a esto añadimos la visión cortoplacista de los mercados, creemos que el private equity es la opción que más sentido tiene para todas las partes implicadas".

Por tanto, desde la gestora defiende "que el interés por invertir en private equity seguirá en aumento y tiene sentido para una parte de la cartera de cualquier inversor que esté dispuesto a sacrificar liquidez en el corto plazo por una mayor rentabilidad en el medio y largo plazo".

El perfil del inversor

No obstante, quién se está aprovechando de este tipo de productos en España no es el inversor medio, si no el que tiene alto poder adquisitivo y mayor tamaño, sobre todo en un producto donde la aportación mínima exigida por los fondos a menudo alcanza millones de euros. Justo esta semana, el director general de entidades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, José María Marcos Bermejo, anunciaba que en el primer semestre se habían registrado un total de 52 nuevos vehículos de capital riesgo —casi alcanzando el récord de los 59 registrados en 2018—.

Pese al auge, Marcos Bermejo recalcó la importancia de introducir "cierta flexibilidad" en el régimen de comercialización a inversores minoristas de vehículos de capital riesgo. Desde el regulador, el directivo animó a que las entidades se alineasen con la última normativa europea de manera que, frente a la inversión mínima actual de 100.000 euros, resultase posible la inversión desde los 10.000 euros cuando se prestase el servicio de asesoramiento y se limite al 10% del patrimonio financiero del cliente. "Esta flexibilización reforzaría la protección del inversor minorista", aseguró.

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Los gestores también lo ven como una cuestión cultural. "Los fondos de capital privado son más rentables pero también son menos líquidos y tienen su complejidad", explica Eduardo Navarro, fundador y presidente de Sherpa Capital. "El perfil del inversor medio en España no es tan sofisticado y el problema es que el capital privado todavía es un gran desconocido", matiza, "sin embargo, cuando uno analiza fríamente las rentabilidades a largo plazo, el capital privado merece la pena".

Para Navarro, la represión financiera ha impulsado una tendencia que considera inminente. "Es cierto que en un momento en el que la bolsa o la renta fija deja de ser rentable, los inversores buscan fijarse en cosas nuevas; pero la clave es que, una vez lo prueba, la gente repite y se queda".

Asimismo, Navarro descarta que los bancos estén interesados en plantear esta opción al cliente 'retail' — "al final ellos colocan lo que es más fácil de entender y lo que encaja mejor con cada cliente", explica— pero sí que está viendo que, por ejemplo, la banca privada "cada vez está levantando más dinero para este tipo de inversiones". También percibe un mayor interés por parte de los 'family offices' e institucionales españoles y un 'mid market' que también está creciendo en el país mediterráneo.

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Miró-Quesada coincide en este punto. "Es normal que ante la volatilidad de los mercados, y las bajas expectativas de rentabilidad de los activos más tradicionales, los clientes de banca privada también quieran tener acceso al 'private equity'", considera desde Arcano. "Los importes mínimos requeridos por las gestoras para invertir en los vehículos de capital privado se han ido reduciendo, sobre todo en los fondos de fondos, con los que uno también puede acceder a una cartera diversificada por gestoras, geografías, sectores, etc. de empresas no cotizadas".

Jorge Viera, managing partner del fondo de fondos Rainforest, de Dunas Capital, considera que el impulso hacia el capital privado es generalizado (tanto fuera de España como dentro) y que la tendencia por sí sola ya lleva años al alza. "Definitivamente, el entorno actual de tipos bajos ha tenido un impacto positivo para el sector del capital riesgo, aunque esto ya venía de largo: el capital privado está aquí para quedarse", zanja Viera.

Con todo, Viera avisa de que es un producto difícil de extender entre el inversor 'retail' ya que es complejo de asimilar y requiere una mentalidad largoplacista. Asimismo, las gestoras prueban con productos que se acerquen más al 'mainstream', aunque siguen siendo fondos de mayor poder adquisitivo. El fondo Rainforest, por ejemplo, es un fondo de fondos que intenta acercarse más a aquellos inversores que quieran "mojarse los pies antes de saltar a la piscina", explica Viera. "Al ser un fondo de fondos, los inversores tienen una mayor diversificación en cartera, menores barreras de entrada y el compromiso requerido no es tan férreo".

Según explica el especialista, en España todavía hay muchos potenciales clientes que podrían invertir en este tipo de activos. "Los 'family offices' tienen una mayor exposición, pero ahora son también los fondos de pensiones y aseguradoras los que están empezando a integrar en sus carteras los activos no cotizados, con ánimo de diversificar y obtener mejores rentabilidades".

Operaciones en España

Y al otro lado del espejo ¿cómo está el mercado español? Según datos de ASCRI, el capital privado invirtió en España 1.512 millones de euros, un 49% más que el mismo periodo de 2018. No obstante, también han emergido datos de que la cantidad de operaciones de compra-venta en España se han ralentizado por la incertidumbre política. 

Neil Collen, socio fundador de la asesora de procesos M&A en empresas de tamaño pequeño y mediano, Livingstone, percibe que el primer semestre del año ha sido más tranquilo porque los últimos trimestres de 2018 ya habían registrado una caída de la actividad —no necesariamente por la incertidumbre política, si no que por el miedo a la ralentización económica—. "Fue un semestre difícil en general, de forma global", explica el experto. "Con el ruido de fin de ciclo, la guerra comercial y otros factores, los gestores se lo piensan más a la hora de comprar un activo, ya que tienen que analizar con cautela si va a ser capaz de generar caja en un futuro, analizar si queda recorrido", matiza Collen. 

En España, Collen ve oportunidades en los sectores de materiales de construcción, donde aquellos que compraron terrenos para construir su vivienda hace cuatro años están ahora en fase de construcción. El asesor también sigue creyendo que hay potencial en el sector del consumo y la restauración, aunque matiza que hay que ser selectivos porque es un sector muy expuesto al ciclo económico. Finalmente, Collen también apuesta por el recorrido de nuevas tendencias de inversión, como los fondos especializados en biotecnología, renovables o empresas del mundo digital. "De todas formas, hay tanto dinero en el mercado que los gestores están encontrando oportunidades en todo tipo de ámbitos", concluye. 

Hay vida más allá de lo cotizado. La represión financiera y la volatilidad de los mercados líquidos ha afectado de lleno a los fondos tradicionales de inversión, que llevan meses perdiendo clientes. Sin embargo, el capital privado vive un momento dulce: cada vez son más los inversores que buscan impulsar las rentabilidades de sus carteras con activos alternativos.

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