La respuesta del BdE a las quejas de la banca por los tipos bajos: vengan llorados de casa

Después de años de quejas de los banqueros españoles, el Banco de España (BdE) se ha plantado: “El efecto neto positivo de los tipos bajos en los bancos aún es positivo”, afirmó ayer el gobernador Pablo Hernández de Cos, después del giro en la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), que dejó con muchas dudas a los inversores.

Hace ya tres años que Francisco González, expresidente de BBVA actualmente defenestrado por el caso Villarejo, arremetió contra la política monetaria: “Los tipos bajos nos están matando”. Fue la afirmación más contundente entre los banqueros españoles, aunque todos han ido desfilando con críticas a que se hayan prolongado los tipos de referencia al 0% y los de facilidad de depósito en negativo (-0,4%) pese a la recuperación económica.

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Las palabras de FG tuvieron eco científico poco después, ya que una investigación del BCE recogida en el boletín económico publicado en agosto de 2017 incluyó la estimación de que los tipos bajos han costado 11.000 millones en ingresos a los bancos españoles solo entre 2008 y 2016. Pero el organismo no quiere llantos, como ha aseverado Hernández de Cos este lunes en Santander, delante de Carlos Torres, precisamente sucesor de González.

Los dos ejecutivos han inaugurado el curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Menéndez Pelayo en Santander. Ambos han coincidido en no entrar a valorar el estado de la investigación sobre el caso Villarejo, pero sí han tenido tiempo para debatir —en la misma mesa, pero sin confrontación— sobre el impacto de los tipos en los balances y cuentas de resultados de las entidades europeas.

La última reunión del BCE alargó el periodo de tipos en los niveles actuales, ampliando la ‘forward guidance’ hasta el próximo verano. “En el Consejo de Gobierno [del BCE] hemos analizado las implicaciones de nuestros instrumentos [tipos, compras de bonos y ‘forward guidance’] sobre la rentabilidad bancaria, y el efecto neto aún es positivo”, asegura Hernández de Cos.

El gobernador defiende esta afirmación, que choca de lleno contra los argumentos de los gestores bancarios sobre las dificultades que tienen para elevar la rentabilidad, con la premisa de que “los tipos reducen el margen, pero favorecen la reducción de la morosidad y la recuperación del crédito, ya que mejora la capacidad de pago de empresas y familias”, añadió en Santander. Por ello, “el efecto neto aún es positivo”, insistió.

Es decir, el máximo responsable del BdE —y miembro del Consejo de Gobierno del BCE por ello— reconoce que las entidades tienen menor capacidad de generar ingresos con su actividad tradicional de captar y prestar dinero. Pero hay más palancas de ingresos o de saneamiento de sus balances para reducir el volumen de provisiones.

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El BCE ya hizo hincapié en ello cuando calculó el coste negativo en el margen de los tipos actuales: “Cuando los tipos de interés de los activos y los pasivos descienden en la misma medida, los ingresos netos por intereses del sector se reducen (…). Se ha de observar que los ingresos por intereses no son el único determinante de la rentabilidad del sector financiero”.

En la última reunión del BCE, Mario Draghi señaló en rueda de prensa que se había debatido la posibilidad de recortar más los tipos hasta territorio negativo o recuperar las compras netas de activos ante el deterioro de las variables macro y la falta de expectativas de que la inflación se mueva hacia el 2%. Para Torres, “en el entorno europeo se ha interpretado como un retraso en las subidas. Es un entorno difícil para la rentabilidad en la zona euro. Nosotros adoptamos una gestión muy enfocada a la eficiencia, y gracias a ello hemos logrado generar rentabilidad, porque por la parte de ingresos es difícil”.

El presidente de BBVA cuestionó así el argumento de Hernández de Cos, que aprovechó el foro para matizar las conclusiones del último encuentro del BCE. Esto no es baladí, porque había generado dudas por una simple contradicción, repetida hasta la saciedad por inversores institucionales en el centro financiero de Fráncfort, apenas a cuatro kilómetros del cuartel general del banco central. “¿Qué quería decir el señor Draghi al abrir las puertas a recortes de tipos? Porque el comunicado dijo mantener, lo que implica también no recortar”, aseguran fuentes financieras de inversores institucionales ubicados en Fráncfort.

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La explicación, arguye el gobernador del BdE, es que hay que circunscribirse al comunicado, que deja quietos los tipos hasta el verano de 2020 —hace año y medio, era hasta marzo de 2019—. Sin embargo, “hay riesgos y, en caso de materializarse, el BCE está dispuesto a actuar. El arsenal de instrumentos de política monetaria es el que es: comprar bonos, modificar tipos de interés o actuar con la ‘forward guidance’ [a través de la comunicación]”, sostiene.

En cualquier caso, la rentabilidad es una cuestión muy relevante para el supervisor, que ha puesto el foco en la necesidad de que los bancos implementen estrategias para reforzar sus colchones de capital y sus capacidades de generar retornos sobre fondos propios (ROE), que aún están por debajo del coste del capital. La primera variable está en el 7,2% en España, por encima de la media europea pero lejos de la segunda, que se estima cerca del 10%.

La rentabilidad “todavía se encuentra por debajo del coste del capital, por lo que la baja rentabilidad se configura como uno de los principales riesgos que afrontan la banca española y la europea. La mejora de la rentabilidad es, además, uno de los requisitos para que las entidades puedan generar capital orgánicamente y elevar sus niveles de solvencia”, sentencia Pablo Hernández de Cos.