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¿Por qué no se dispara el crudo? Preocupa más la baja demanda que la crisis del Golfo
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Trump necesita mantener el precio estable

¿Por qué no se dispara el crudo? Preocupa más la baja demanda que la crisis del Golfo

EEUU se mueve en terreno pantanoso entre las tensiones con Irán y la necesidad de que el barril no se dispare para que no descarrile su guerra comercial con China

Foto: Petrolero (Reuters)
Petrolero (Reuters)

La crisis desatada en el Golfo tras dos supuestos ataques a sendos petroleros de los que Estados Unidos culpa directamente a Irán ha puesto en guardia a la diplomacia internacional, ante el riesgo de que se desencadene un conflicto bélico, pero también a los agentes del mercado por su potencial impacto en las bolsas y la cotización de las materias primas. Uno de cada cinco barriles de petróleo del mundo pasa por el Estrecho de Ormuz.

De hecho, nada más conocerse los ataques, la primera reacción fue una fuerte subida del precio, hasta un 5%, para superar los 60 dólares por barril en el caso del Brent europeo y los 50 dólares para el Texas. El crudo venía de un mes de mayo fuertemente correctivo tras protagonizar el mejor arranque de año de su historia y las tensiones dieron una excusa a los inversores para comprar. Sin embargo, tras el susto inicial, este viernes el precio se ha estabilizado y apenas se mueve de los niveles en los que terminó la jornada del jueves.

Foto: Petroleo (Reuters)

Eso a pesar de que EEUU ha difundido un vídeo con el que pretende culpar a Irán de las explosiones en el petrolero japonés Kokuka Courageous. El Mando Central de los Estados Unidos, la unidad militar que supervisa los intereses de EEUU en la zona, asegura que en las imágenes se ve como una patrulla de la Guardia Revolucionaria Islámica retira una bomba lapa que no había detonado. Eso en un momento de creciente tensión entre Washington y Teheran después de que el pasado mes de mayo el presidente Donald Trump hiciera toda una declaración de intenciones a través de su cuenta de twitter tras afirmar que "Si Irán quiere pelear, ese será el fin oficial de Irán. ¡Nunca amenaces a Estados Unidos de nuevo!".

Precaución en el mercado

Sin embargo, los inversores se muestran cautos y no quieren mover pieza hasta que la situación de más pistas por dónde puede descarrilar. Y es que, la incertidumbre es máxima teniendo en cuenta por un lado el riesgo de que un conflicto en el golfo Pérsico entre EEUU e Irán dispare el precio por encima de los 100 dólares por barril, como ha advertido el asesor militar del líder supremo, Yahia Rahim Safaví este mismo viernes. "El primer disparo en el golfo Pérsico empujará los precios del petróleo por encima de los 100 dólares y esto no puede ser tolerado por Estados Unidos, Europa, Japón y Corea del Sur", ha afirmado.

placeholder FILE PHOTO: U.S. President Donald Trump takes part in a welcoming ceremony with China's President Xi Jinping at the Great Hall of the People in Beijing, China, November 9, 2017. REUTERS Damir Sagolj File Photo
FILE PHOTO: U.S. President Donald Trump takes part in a welcoming ceremony with China's President Xi Jinping at the Great Hall of the People in Beijing, China, November 9, 2017. REUTERS Damir Sagolj File Photo

Y, por otro, con Trump sumido en plena guerra comercial, las previsiones de demanda han caído con fuerza -el último dato el publicado por la Agencia Internacional de la Energía hoy mismo- al tiempo que los inventarios de crudo en EEUU han mostrado un aumento inesperado en la última semana de 2,2 millones de barriles. Así, los inversores están dando más peso en lo que respecta al crudo a los planes de la Casa Blanca respecto a su batalla con China, para la que necesita un precio del petróleo controlado, que su enfrentamiento con Irán.

Entienden que de una forma u otra Trump no va a permitir que el precio del petróleo descarrile frustrando sus planes. No en vano, que el barril alcance los 100 dólares supondría el peor escenario posible, en tanto que si los conflictos comerciales se agudizan y el petróleo no frena su escalada, sería un cóctel muy peligroso.

Y es que, por un lado, el repunte del oro negro aumenta las presiones inflacionistas; y por otro, con las políticas arancelarias y proteccionistas, se limita la libertad de las empresas a la hora de buscar el lugar donde sus costes de producción son más bajos y, por lo tanto, esto se traslada también al precio de los productos.

Foto: Bombas extractoras en Texas. (Reuters)
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Así, la inflación aumentaría más de lo esperado y esto obligaría a los bancos centrales a subir tipos más rápidamente de lo que cabría desear, en especial para el mercado. Esto incrementaría la presión a corto plazo y sacudiría con fuerza las bolsas. Prueba de la dependencia del mercado a las cantidades ingentes de liquidez inyectadas en el sistema en los últimos 10 años es la sobrerreacción que han demostrado los mercados cuando se ha especulado con la posibilidad de una retirada más radical de las políticas monetarias expansivas.

Por este motivo, Washington está jugando con todas las fichas del tablero de ajedrez. Tanto es así que para garantizarse que el petróleo no se le va de las manos cuenta con Arabia Saudí como aliado en esta cruzada contra Irán y, de hecho, el país asiático y otros miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) han mostrado su disposición de incrementar la oferta de crudo en un momento muy oportuno para contrarrestar las tensiones en el golfo.

La crisis desatada en el Golfo tras dos supuestos ataques a sendos petroleros de los que Estados Unidos culpa directamente a Irán ha puesto en guardia a la diplomacia internacional, ante el riesgo de que se desencadene un conflicto bélico, pero también a los agentes del mercado por su potencial impacto en las bolsas y la cotización de las materias primas. Uno de cada cinco barriles de petróleo del mundo pasa por el Estrecho de Ormuz.

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