Cómo recuperar en la renta dinero perdido con las acciones de Dia, Popular o Abengoa

Los accionistas esquilmados en los últimos años con las caídas abruptas en la cotización de empresas como Dia, Abengoa o Banco Popular tienen en la declaración de la renta una oportunidad de resarcirse. Al menos, si han tenido inversiones más afortunadas con las que han ganado dinero, ya que Hacienda permite compensar beneficios con pérdidas.

La idea de la Agencia Tributaria es que los inversores tributen únicamente por el beneficio neto que han obtenido con la cartera de inversiones. Aunque hay un límite. Hacienda separa entre ganancias o pérdidas patrimoniales, resultado de la evolución de un valor (acción, fondo de inversión, etc), y los rendimientos del capital mobiliario, como los dividendos, los intereses que paga un bono o cualquier flujo de ingresos -o pérdidas- que genere la tenencia de un activo financiero.

Dentro de esta separación, la compensación entre plusvalías y minusvalías funciona como si fueran dos compartimentos separados, aunque entre sí podrá compensarse un máximo del 25%, porcentaje que ha ido creciendo estos años hasta quedarse ya ahí desde la presente declaración de la renta del ejercicio 2018. Es decir, si un inversor afloró el año pasado pérdidas patrimoniales de 1.000 euros y ganancias en la misma cuantía, es como si no hubiera tenido beneficios por los que tributar. Pero si sufrió las mismas pérdidas y obtuvo dividendos por valor de 1.000 euros, tributa por rendimientos positivos del capital mobiliario de 750 euros.

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Los otros 750 euros de minusvalías que no se han utilizado para aminorar la carga fiscal en el ejemplo no se pierden del todo. Hay cuatro años para compensar las pérdidas sufridas si son mayores que las ganancias. Es decir, un inversor que vendió acciones de Abengoa en 2015 -la peor acción del Ibex ese año hasta su expulsión- y que registró plusvalías el año pasado aún puede usar aquel golpe a su cartera para reducir el pago de impuestos.

Lo mismo le ocurre a los inversores que lo perdieron todo en el Popular, que pueden compensar ganancias incluso si decidieron denunciar. Si la justicia les da la razón y recuperan parte del dinero perdido, deberán hacer una declaración complementaria para ajustar cuentas con Hacienda, pero por ahora se considera que perdieron el 100% de su inversión.

Casillas importantes

Las ganancias patrimoniales por fondos, por ejemplo, aparecen en la casilla 314, mientras que por acciones del Mercado Continuo, se sitúan en la 329. En caso de que las pérdidas de 2018 sean mayores que las ganancias, el contribuyente deberá declararlas de cara al futuro en el Anexo C1 si son saldos patrimoniales y en el Anexo C2 si son rendimientos negativos pendientes del capital mobiliario.

La Agencia Tributaria no permite aflorar minusvalías para compensar plusvalías con un activo si luego el inversor vuelve a tomar exposición al mismo. Es decir, considera ‘trampa’ si un inversor vendió acciones de por ejemplo Sabadell, que cayó un 36% en 2018, para tener pérdidas latentes y las recompró semanas después, aunque siempre está el margen de maniobra de arbitrar con valores que tengan cierta correlación, como en este caso vender un banco para comprar otro.

Los beneficios por dividendos, ventas de acciones, fondos, sicavs o ETF tributan con los tramos del ahorro: 19% hasta los 6.000 euros, 21% hasta los 44.000 euros y 23% en adelante. La diferencia es que Hacienda retiene ya un 19% cuando hay rendimientos del capital mobiliario (como dividendos) y el inversor debe ajustar en la declaración. Pero no hay tal retención con las ganancias patrimoniales, con lo que toda la factura pasa por la declaración de la renta.