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Planes de pensiones: entre todos los mataron y Pedro Sánchez los remató
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la noticia llega en el peor momento

Planes de pensiones: entre todos los mataron y Pedro Sánchez los remató

En 2017 más de la mitad de las aportaciones a planes de pensiones se realizaron durante el último trimestre, lo que permitió salvar el ejercicio con entradas superiores a los 1.000 millones

Foto: Los pensionistas protestan en Madrid. (EFE)
Los pensionistas protestan en Madrid. (EFE)

Al perro flaco de los planes de pensiones en España se le acaba de subir a la chepa la pulga que más daño podía hacerles: la aparente intención del Gobierno de Pedro Sánchez de empeorar su fiscalidad, reduciendo o eliminando la desgravación que ofrecen en el IRPF las aportaciones a estos productos (aunque en realidad la ventaja no es tanta por lo que se acaba pagando al rescatar).

La noticia llega además en el peor momento, ya que la temporada de los planes de pensiones, como la de la uva, se desarrolla justo en los últimos meses del año. A partir de septiembre-octubre es cuando las familias empiezan a pensar qué pueden hacer con el dinero que han conseguido ahorrar durante el año y las entidades utilizan el gancho del ahorro fiscal para atraerlo hacia los planes.

Así sucedió en 2017, por ejemplo, cuando más de la mitad de las aportaciones a planes de pensiones se realizaron durante el último trimestre del año, lo que permitió salvar el ejercicio con unas entradas netas en planes individuales superior a los 1.000 millones de euros. Una cifra que se reduce a 427 millones si se tienen en cuenta los planes de empresa, de los que lleva saliendo más dinero del que entra desde 2012.

Antes de conocerse las intenciones de Hacienda, el año ya venía difícil para estos productos ante las flojas cifras de rentabilidad que muestran

Tampoco ayudan las rentabilidades...

Pero es que antes de conocerse las intenciones de Hacienda, el año ya venía difícil para estos productos, ante las flojas cifras de rentabilidad que muestran la mayoría. Especialmente los dirigidos a perfiles más conservadores, que están sufriendo en sus carteras los bajos intereses, o incluso negativos, que ofrecen los bonos más seguros en Europa.

La media de los planes de renta fija a corto plazo está en negativo tanto a un año, con una caída del 1,43%, como a 3 años, con un descenso del 0,35% anualizado, con datos a final de agosto. Los de renta fija a largo plazo pierden un 1,72% a 12 meses y los de renta fija mixta, un 0,81%. Solo resisten en positivo los de acciones, gracias al buen final de 2017 que registraron los mercados.

Foto: Movilización en Bilbao "por unas pensiones dignas" el pasado 20 de agosto. (EFE)

...Ni las altas comisiones

Sin fiscalidad ni rentabilidad, pocos alicientes tendrán los inversores para acercarse a estos productos de ahorro a largo plazo y las entidades para ofrecerlos. Más todavía cuando el flujo de noticias no ha sido precisamente favorable durante los últimos años.

El Gobierno de Rajoy incluso les tuvo que bajar por ley en dos ocasiones las comisiones máximas que pueden cobrar, por estar en niveles demasiado altos en el caso de los fondos más conservadores. Unos costes tan elevados que explican en parte las comentadas pérdidas de muchos de estos productos en cartera.

El Gobierno de Rajoy incluso les tuvo que bajar por ley en dos ocasiones las comisiones máximas que pueden cobrar por estar en niveles demasiado altos

Sin estrategia para el ahorro a largo plazo

Eso sí, eliminar las ventajas fiscales a estos vehículos deja en evidencia la ausencia de un plan de estado para incentivar a los ciudadanos a ahorrar para la jubilación. Una falta de estrategia llamativa cuando la factura de las pensiones públicas cada vez es mayor ante el progresivo envejecimiento de la población.

Entre las opciones que se manejan está incentivar los planes de empresa, tan en decadencia durante los últimos años, siguiendo el modelo anglosajón. Una alternativa es la que planteó el año pasado Inverco, la asociación del sector de los fondos y los planes de pensiones, a través de su fundación: que todos los meses un 2% de la nómina de los trabajadores se fuera directa a la pensión privada y que la empresa pusiera otro 2%, que se deduciría de las cotizaciones.

Pero parece complicado que se llegue a una solución que satisfaga a todas las partes, ante las tensiones por las que atraviesa el Pacto de Toledo por la polémica de ligar las pensiones al IPC. Y más teniendo en cuenta que estamos en la antesala de un periodo preelectoral en España, primero con las autonómicas y municipales, y en cualquier momento con la posibilidad de un adelanto electoral.

Houston, tenemos un problema y no tenemos un plan.

Al perro flaco de los planes de pensiones en España se le acaba de subir a la chepa la pulga que más daño podía hacerles: la aparente intención del Gobierno de Pedro Sánchez de empeorar su fiscalidad, reduciendo o eliminando la desgravación que ofrecen en el IRPF las aportaciones a estos productos (aunque en realidad la ventaja no es tanta por lo que se acaba pagando al rescatar).

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