La lira turca rebota un 10% en dos días tras alejar a los bajistas

La lira, todavía muy castigada respecto a las principales divisas, recupera una pequeña parte del terreno perdido. La divisa de Turquía rebota este miércoles un 6% sobre el euro y el dólar y acumula un repunte de dos dígitos en los dos últimos días, después de la sangría de más del 30% que había acumulado entre julio y agosto.

La moneda sube después de que el banco central limitara el uso de derivados sobre la divisa el pasado lunes, así como inyectar otros 6.000 millones de liquidez en el sector financiero. En concreto, prohibió los ‘swaps’ o permutas sobre la lira desde los bancos del país otomano, lo que ha dificultado a los inversores abrir posiciones cortas contra la divisa.

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Óscar Giménez

Por otro lado, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha dado un giro a su discurso, muy agresivo la semana pasada respecto a Occidente al asegurar que “si ellos tienen sus dólares nosotros tenemos a Alá” y pedir a los ciudadanos buscar dólares, euros y oro para cambiarlos por lira y defender así su moneda. Este miércoles su portavoz, Ibrahin Kalin, ha señalado que espera que se arreglen los problemas que mantiene con Estados Unidos. Además, Qatar ha prometido 15.000 millones de dólares en inversiones en la economía otomana.

Disputa con EEUU

Donald Trump anunció el viernes una subida para los aranceles a la importación de aluminio y de acero desde Turquía que, aunque no son muy importantes, sirvieron para acentuar el conflicto diplomático y provocar un nuevo desplome de la lira, mientras que Ankara respondió con más aranceles. La disputa viene de lejos, con el encarcelamiento en Turquía del pastor evangélico estadounidense Andrew Brunson y la negativa de la Casa Blanca de extraditar al clérigo Fethulá Gulen, exiliado en Estados Unidos y al que Ankara culpa del golpe de Estado fallido de 2016.

La lira se recupera muy levemente, después de provocar un temblor en los mercados, especialmente para los valores más expuestos, como el banco español BBVA, que la semana pasada cayó a mínimos de dos años. Turquía sufre por desequilibrios generados durante un periodo de fuerte crecimiento, como un déficit comercial de más del 5% del PIB en 2017, una deuda externa de más del 50% y el endeudamiento por 300.000 dólares de las empresas turcas que podría amenazar con un incremento de los impagos si continúa la sangría para la lira.