Los fondos se pierden el renacer de Adolfo Dominguez en el año 1 del 'ciclón Adriana'

Se cumple un año desde que Adriana Domínguez, que en realidad iba para actriz pero acabó estudiando Ciencias Empresariales en Icade, se puso oficialmente al frente de la compañía que fundó su padre en 1976 en un último intento de salvar la mítica firma de moda. Cuando accedió a la dirección general, se encontró con 22,7 millones de euros en pérdidas que ha logrado reducir hasta menos de siete millones de euros.

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Sin embargo, el aterrizaje de la primogénita del diseñador gallego en Adolfo Domínguez se produjo casi un año antes, después del verano de 2016, momento que dentro de la compañía conocen como 'el ciclón Adriana', cuando se inició el gran cambio en la dirección con la salida de Estanislao Carpio. Desde entonces, ha estado trabajando, 'de facto', al 100% para Adolfo Dominguez, aunque no se oficializara hasta julio de 2017. En todo ese tiempo ha levantado las alfombras, ha insuflado aire fresco, ha cambiado los modos de trabajar y ha comenzado el proceso de adecuarse a los nuevos tiempos. Su apuesta era un todo o nada.

Por cambiar, ha cambiado hasta la comunicación, tanto interna como externa, pasando la relación con inversores. Y ahora, una vez que en su puerta se ha colgado el cartel de 'consejera delegada' para adecuar el cargo a las funciones asumidas en todo este tiempo, comienza a recoger los frutos. Una subida superior al 60% desde mínimos históricos que firmó en los 3,67 euros en junio de 2017 y el renovado interés de los inversores, que comienzan a llamar cada vez más a su puerta en busca de información y para conocer sus planes de futuro, lo demuestran.

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Un 'rally' hasta los 7,9 euros por acción que, sin embargo, se han perdido los fondos de inversión. Solo ocho sicavs cuentan con el valor en su cartera, siendo la que más exposición tiene Aneto Global Investment, de Dux Inversiones, y apenas representa el 2% de su capital. No obstante, cuenta con un accionariado bastante estable, con Antonio Puig con el 14,8% como principal, Libertas 7 con el 10,28% de segundo accionista y Mayoral (Indumenta Pueri) de tercero con el 8,54% tras un fuerte aumento de su participación en enero de este año.

Así, con una capitalización de 70 millones de euros, el problema que se encuentran los gestores es que tiene poco 'free float'. "Tiene accionistas de calidad [Mayoral, por ejemplo] y la familia de Adolfo, que hace que pocas acciones estén en venta... Puede ser buen negocio (lleva sufriendo años) pero difícil acceder", explican fuentes del sector a Cotizalia.

Pero esto no ha hecho más que empezar. Sin deuda financiera tras cancelarla completamente en enero de 2016, ha logrado ir progresivamente mejorando su posición de caja, de los 6,2 millones a los 10,2 millones en el último año, a base de mejorar la eficiencia, el cambio de tiendas no rentables, la unificación de las marcas, la salida de 'stock' acumulado y hasta el cambio del color de las propias tiendas físicas del "negro casposo" al "blanco fresco y actual".

Toda una revolución que es reflejo de la propia personalidad de esta empresaria que ha cambiado los modos de trabajo en la propia compañía. De hecho, otra prueba de su carácter es que se ha visto ya con casi toda la plantilla de la compañía en encuentros "a calzón quitado", casi "bis a bis", en grupos de unas siete personas como mucho en lo que internamente se conoce como "los almuerzos con Adriana". De los 1.400 trabajadores, ya se ha reunido con unos 800, y en estos momentos se encuentra volcada con la red comercial. "Unas semanas solo puede tener una reunión y otras cuatro o cinco". Con ello, ha logrado hasta que el ERE —el tercero en la historia de Adolfo Dominguez— que tiene que asumir la empresa cuente con el pacto social de todos los sindicatos, por primera vez sin huelgas ni disturbios.