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Calidad y ‘small caps’: estrategias para huir de la volatilidad de los índices
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Calidad y ‘small caps’: estrategias para huir de la volatilidad de los índices

Los expertos recomiendan a los inversores de renta variable desligarse de los grandes índices, que están influenciados por los grandes flujos de los ETF

Foto: Un trader en Wall Street (Efe)
Un trader en Wall Street (Efe)

‘There is not alternative’. El acrónimo de TINA que popularizó Margaret Thatcher se ha convertido en la realidad de muchos inversores posicionados en bolsa ante los raquíticos retornos que ofrece la renta fija. No hay alternativa para lograr rentabilidad.

Los bonos no mejoran sus perspectivas. Al contrario, las actas de la Reserva Federal (Fed) confirmaron este miércoles el endurecimiento monetario. Y las del Banco Central Europeo (BCE) este jueves, lo mismo. Pero las recientes correcciones bursátiles y el regreso de la volatilidadhan asustado a muchos inversores, que se habían acostumbrado a la complacencia.

Foto: Luis de Guindos (Efe)

Para los expertos más agoreros, el ‘crash’ con el que Wall Street recibió febrero sólo es un aviso. Aunque estos mismos analistas y gestores creen que sí hay alternativa en la renta variable para limitar la volatilidad, que pasa por encender el debate entre gestión activa y gestión pasiva, ya que abogan por descorrelacionarse de los índices.

Esta visión se articula por las valoraciones tan exigentes a las que ha llegado el mercado estadounidense, con la premisa de que Nueva York siempre arrastra al resto de plazas. Los indicadores muestran que Wall Street sólo ha estado tan caro en el año 2000, antes del pinchazo de la burbuja tecnológica. Los grandes flujos de ETF, en medio de la locura por la gestión pasiva, incentivan estos niveles.

“El 35% del total de los activos bajo gestión de la industria están invertidos en ETF. Esto refleja el apetito por el riesgo que hoy impera en la mayoría de mercados”, señala en Value Tree. Pimco calcula que la prima que exigen los inversores a la bolsa frente a un activo libre de riesgo cayó al 2,5%, frente a niveles medios del 3% durante las últimas décadas.

Las abruptas caídas del inicio de febrero dispararon la volatilidad que, medida por el índice VIX de Chicago, ha reculado, pero aún está en un nivel que duplica al del arranque de 2018. Varios de los expertos que advirtieron del exceso de confianza alertan ahora de que los síntomas que provocaron la ola de ventas no se han disipado.

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Gráfico del VIX durante el último mes

Por ejemplo, el repunte de la inflación que hace temer al mercado un sobrecalentamiento de las economías avanzadas. Tampoco se ha ido el miedo a que los bancos centrales se equivoquen en la normalización de las políticas monetarias o a que el cambio de ciclo de la renta fija que el consenso da por hecho sea demasiado brusco.

Los mismos analistas o gestores que alertan de los excesos de las bolsas también ven oportunidades. “Asitimos a una de las mayores dispersiones en valoración de la historia, parecida a la que se produjo en la burbuja puntocom”, señaló hace año y medio azValor, una premisa que sigue vigente.

“Desligarse de los índices parece interesante”, señala David Cabeza, gestor de Renta 4. Pero sobre todo, añade, “en un escenario negativo se comportan mejor las empresas con buen uso de la caja y visibilidad de sus resultados”, añade, como han sido Ebro Foods o Viscofan en la última década, recuerda.

En Value Tree insisten en tener una beta baja. La beta es el indicador que compara la volatilidad de una cartera con la de un índice de referencia. Si un fondo o cartera de bolsa española cercana a 1, se parece mucho al Ibex 35, y si es reducida se mueve menos, y si es superior tiene más volatilidad. Su propuesta es apostar por empresas de ‘small caps’.

Pero no cualquier empresa pequeña, sino las que protegen al inversor, argumenta Jaime Sémelas, director de análisis de Value Tree: historias de reestructuración “creíbles”, “visibilidad en la línea de ventas”, y que sean acciones “apenas seguidas por el mercado, con pocos analistas”, argumenta. Eso es, fuera de índices y ETF.

El experto recuerda que el PER de Shiller, indicador que compara un beneficio normalizado al ciclo y a la inflación con el precio de la acción, está en 34 veces en Wall Street. Su media histórica es de 17 veces. Dado que cuanto más alto es que la bolsa está más cara, la bolsa neoyorquina tiene valoraciones muy exigentes, más que otras grandes plazas, según los cálculos de Amundi. De hecho, la bolsa española es la más barata.

placeholder PER de Shiller de las principales bolsas europeas y Wall Street. Fuente: Amundi
PER de Shiller de las principales bolsas europeas y Wall Street. Fuente: Amundi

Apuesta por la calidad

La otra apuesta de los expertos para inversores de bolsa que quieran reducir las turbulencias del mercado es la calidad. En general, estas empresas son “aburridas”, explica Pim van Vliet, gestor de Robeco y co-autor junto con Jan de Koning de ‘El pequeño libro de los altos rendimientos con bajo riesgo’. “Especialmente con volatilidad es buena idea invertir en acciones conservadoras, que limitan las pérdidas cuando el mercado cae y se benefician de las subidas”, añade.

El hilo central del libro es que el conjunto de empresas de más riesgo no es el que genera más retornos. “Las acciones de bajo riesgo pueden hacerte rico”, afirma el libro. La receta consiste en comprar barato, aprovechar tendencias, tener paciencia y poca rotación y aprovechar el interés compuesto.

Especialmente con volatilidad es buena idea invertir en acciones conservadoras, que limitan las pérdidas cuando el mercado cae y se benefician de las alzas

Van Vliet que las acciones más defensivas “tienen ganancias relativamente predicables”, y debido a ser consideradas como “aburridas”, muchos inversores evitan invertir en ellas, lo que mantiene las valoraciones a raya. La volatilidad actual genera oportunidades, al “hacer otra cosa que la mayoría de los inversores”.

Entre las acciones europeas que compra el gestor de Robeco están grandes firmas europeas como la petrolera francesa Total, el grupo suizo Nestle o la aseguradora también suiza Zurich Insurance. Por su parte, en España cree que “hay empresas de los sectores servicios públicos, industria y energía que pagan buenos dividendos con bajos precios y lo están haciendo muy bien”.

‘There is not alternative’. El acrónimo de TINA que popularizó Margaret Thatcher se ha convertido en la realidad de muchos inversores posicionados en bolsa ante los raquíticos retornos que ofrece la renta fija. No hay alternativa para lograr rentabilidad.

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