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Lazard: los fondos activistas serán decisivos en las operaciones corporativas en 2018
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Lazard: los fondos activistas serán decisivos en las operaciones corporativas en 2018

Los fondos activistas batieron récords de inversión y de operaciones en Europa en 2017, y este año serán decisivos para numerosas operaciones corporativas, según Lazard

Foto: Sede central de Abertis en Barcelona. (Reuters)
Sede central de Abertis en Barcelona. (Reuters)

La tendencia más importante en los mercados y las operaciones corporativas en el último año ha sido la irrupción de los fondos activistas en Europa, donde han trasladado la larga tradición de esta forma de invertir en EEUU. Esta consiste en que los fondos, en vez de limitarse a comprar acciones de una compañía y confiar en su potencial de subida, se involucran en la gestión para incrementar dicho potencial. El año pasado, este tipo de inversión batió récords con 62.000 millones en todo el mundo y demostró que no hay ninguna empresa ni sector inmune a ella. Por lo que se espera que estos fondos sean decisivos en las grandes operaciones corporativas de 2018.

Así se recoge en un estudio del banco de inversión Lazard​ al que ha tenido acceso El Confidencial. El capital invertido por estos fondos en Europa fue de 22.000 millones de dólares en 2017, más del doble de la media de 10.000 millones anuales entre 2013 y 2016. Más de la mitad de esta inversión provino solo de tres fondos norteamericanos: Elliott, Third Point y White Tale. De esta forma, Europa supone ya el 35% de la inversión de estos fondos frente al 19% de media en el periodo citado.

placeholder Paul Singer, fundador y CEO del 'hedge fund' Elliott Management Corporation. (Reuters)
Paul Singer, fundador y CEO del 'hedge fund' Elliott Management Corporation. (Reuters)

Según este informe, "el nexo entre el activismo y las fusiones y adquisiciones (M&A) se hizo más fuerte, porque el atractivo de las rentabilidades 'event-driven' [motivadas por las operaciones corporativas] incentiva a los activistas a reafirmarse como grandes jugadores en el tablero de las operaciones y eleva el apetito de los compradores para adoptar el activismo como una táctica". Esto significa que los activistas han motivado numerosos procesos de venta para arreglar negocios con problemas y que los compradores han aprovechado la desestabilización creada por estos fondos. En otros casos, han conseguido hundir o mejorar ofertas que fueron rechazadas inicialmente por los inversores.

La creciente importancia de los activistas también se refleja en que el año pasado consiguieron otros 100 asientos en los consejos de administración de las compañías, lo que eleva sus puestos en estos órganos de gobierno hasta 551 desde 2013. Por sectores, destaca el incremento en eléctricas y petroleras, que en 2017 se situaron a la misma altura que las empresas industriales y las tecnológicas.

Abertis e Hispania, objetivos en España

El grueso de las 'campañas' realizadas por los activistas en 2017 en Europa se centró en Reino Unido (13), seguido por Alemania e Italia. En España, estos fondos estuvieron presentes en tres casos: Elliott y TCI entraron en Abertis para tratar de influir en la batalla que libran Atlantia y ACS por controlar la concesionaria (el primero controla el 1,1% del capital de la empresa y el segundo, el 1%), y el fondo de George Soros se hizo con el 16,6% de Hispania y entró en su consejo para influir en la liquidación de esta socimi.

Foto: Foto de archivo del presidente de ACS, Florentino Pérez. (EFE)

Según el estudio de Lazard, la mayoría de las campañas de los activistas (el 37%) se centran en fusiones y adquisiciones y en la venta de la empresa. Aquí hay dos vertientes: o bien presionan para acometer una operación por una revisión de la estrategia de la compañía (como en los casos de BHP, DowDuPont, GE, Honeywell y Nestlé), o bien desafían acuerdos ya anunciados por falta de encaje estratégico o necesidad de disciplina con el capital (Clariant, EQT y SandRidge), donde incluso presionan para una mejora de la oferta.

En segundo lugar, buscan cambios en los consejos de administración. En tercero, su objetivo es la estrategia de negocio de las empresas. También es reseñable su influencia sobre el gobierno corporativo y sobre el cambio de gestores; según Lazard, aunque no suele ser un objetivo inicial de las campañas activistas, "frecuentemente es parte del resultado final".

La tendencia más importante en los mercados y las operaciones corporativas en el último año ha sido la irrupción de los fondos activistas en Europa, donde han trasladado la larga tradición de esta forma de invertir en EEUU. Esta consiste en que los fondos, en vez de limitarse a comprar acciones de una compañía y confiar en su potencial de subida, se involucran en la gestión para incrementar dicho potencial. El año pasado, este tipo de inversión batió récords con 62.000 millones en todo el mundo y demostró que no hay ninguna empresa ni sector inmune a ella. Por lo que se espera que estos fondos sean decisivos en las grandes operaciones corporativas de 2018.

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