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Liberbank: esperar a que se hundan los derechos puede salir rana esta vez
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POR LA ESCASEZ DE MINORISTAS EN SU CAPITAL

Liberbank: esperar a que se hundan los derechos puede salir rana esta vez

La estrategia de muchos inversores de esperar al último momento para comprar derechos en una ampliación por el habitual desplome final de su precio puede no salir bien en Liberbank

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Una de las prácticas más conocidas en una ampliación de capital es la de esperar al último minuto para comprar derechos porque su precio suele desplomarse. De esta forma, el inversor consigue entrar en la empresa a un coste mucho más bajo que si comprara sus acciones en bolsa, lo que le proporciona una ganancia de saque. El hundimiento de los derechos obedece a que si el inversor no dice a su bróker si quiere acudir o no a la operación, este le vende sus derechos el último día (cuando las ampliaciones exigen poner dinero, no cuando son liberadas). Y siempre hay miles de pequeños accionistas que no responden y cuyos derechos salen a la venta al final.

Sin embargo, esta estrategia puede salir rana en el caso de la ampliación de Liberbank, cuyo plazo de aceptación termina este viernes. Según advierten varios brókeres, hay muy pocos derechos susceptibles de ser vendidos por el escaso número de accionistas minoritarios que tiene la entidad resultado de la fusión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria. Esto explica las fuertes compras de derechos que se han visto en los últimos días, ya que algunos inversores temían que su precio subiera todavía más en vez de bajar.

placeholder Vista de las oficinas centrales de Liberbank en Oviedo. (EFE)
Vista de las oficinas centrales de Liberbank en Oviedo. (EFE)

Según la CNMV, tras la venta protagonizada por las fundaciones de las cajas antes de la ampliación, estas controlan el 24,2% del capital de Liberbank, el fondo Oceanwood posee el 16,85%, Ernesto Tinajero el 7,57%, Fernando Masaveu el 5,61% y los fondos Wellington y Double Black Diamond, el 4,16% y el 1,3%, respectivamente. Todas estas posiciones suman un total del 60% del capital que va a acudir a la ampliación, luego no va a vender derechos.

Liberbank no vendió acciones al público

Además, el grueso del 40% restante está mayoritariamente en manos de inversores institucionales: fondos de inversión y de pensiones, altos patrimonios, compañías de seguros, bancos de inversión, etc. En su mayor parte, tampoco van a vender sus derechos. Y el porcentaje de minoristas es mínimo. Esto se debe a que Liberbank no realizó una OPV (oferta pública de venta de acciones) para salir a bolsa, sino que comenzó a cotizar sin más en mayo de 2013 en lo que se conoce como 'listing'.

En la actual ampliación, los derechos se desgajaron de las acciones a un precio de 0,29 euros y llegaron a valer 0,422 el 6 de noviembre, lo que implicaba una subida del 45,52%. El 1 de noviembre se anotaron un alza del 16,18% y el día 2, otro 10,58%. Tras alcanzar esos máximos, su precio ha retrocedido pero se mantiene en 0,382 euros.

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Sale igual ir a la ampliación o comprar en bolsa

Esta escalada ha hecho que dé prácticamente lo mismo comprar las acciones viejas de Liberbank en bolsa que hacerlo vía derechos, algo muy extraño en este tipo de operaciones (suele ser más barato hacerlo vía derechos, precisamente para incentivar la colocación de las acciones nuevas). Las condiciones de la ampliación de Liberbank consisten en que hay que comprar 19 derechos para poder adquirir 41 acciones nuevas, a un precio de 0,25 euros cada una. Dado que el derecho cerró ayer a 0,382 euros, los 19 cuestan 7,258 euros. El coste de 41 acciones nuevas a 0,25 euros cada una es de 10,25 euros; si sumamos ambas cantidades, da un total de 17,508 euros por 41 acciones.

Por el contrario, la acción vieja de Liberbank terminó el miércoles en 0,428 euros, por lo que 41 acciones cuestan 17,548 euros. Es decir, comprar directamente en bolsa resulta apenas cuatro céntimos más caro que acudir a la ampliación.

Una de las prácticas más conocidas en una ampliación de capital es la de esperar al último minuto para comprar derechos porque su precio suele desplomarse. De esta forma, el inversor consigue entrar en la empresa a un coste mucho más bajo que si comprara sus acciones en bolsa, lo que le proporciona una ganancia de saque. El hundimiento de los derechos obedece a que si el inversor no dice a su bróker si quiere acudir o no a la operación, este le vende sus derechos el último día (cuando las ampliaciones exigen poner dinero, no cuando son liberadas). Y siempre hay miles de pequeños accionistas que no responden y cuyos derechos salen a la venta al final.

Ampliación de capital Accionistas Manuel Menéndez Bolsas
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