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Inversor, ¿está protegido frente a la maldición del siete en el último trimestre?
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2017 puede romper las estadísticas

Inversor, ¿está protegido frente a la maldición del siete en el último trimestre?

El número maldito de los siete infiernos de Dante, los demonios divinos de los sacerdotes de la antigüedad y... las bolsas, al menos en lo que a los últimos 40 años se refiere

Foto: Bolsa de Nueva York. (Reuters)
Bolsa de Nueva York. (Reuters)

Hay quien cree que el siete es el número de la buena suerte. El arco iris tiene siete colores, los días de la semana son siete, que son los mismos que tardó Dios en crear la Tierra, los amuletos más codiciados son las herraduras con siete agujeros y siete son los puntos de energía del cuerpo en el hinduismo. Pero también hay quien defiende que se trata de un número maldito, el de los siete infiernos de Dante, los demonios divinos según los sacerdotes de la antigüedad dada su irreductibilidad y... las bolsas, al menos en lo que a los últimos 40 años se refiere.

Y es que si hay algo que trasciende las meras supersticiones son las estadísticas, y estas lo que muestran es que el último trimestre del año es un periodo predominantemente alcista para los mercados. Esto es así por un cúmulo de varios factores que pueden explicar lo que se conoce como 'rally de final' de año. La vuelta de los inversores de las vacaciones, que eleva el volumen de contratación, las desgravaciones fiscales a final de año con un aumento de aportaciones a planes de pensiones, la consecución de objetivos por parte de los brókeres que quieren aumentar sus bonus o el buen ánimo en general de cara a Acción de Gracias en Estados Unidos y a las fiestas navideñas.

Sin embargo, aunque son los menos, no todos los años se ha cumplido este patrón estacional. Y da la casualidad de que han sido los terminados en siete los que han roto la regla. En 1977, en 1987, en 1997 y en 2007, los principales índices estadounidenses registraron caídas entre octubre y diciembre. De hecho, desde 1976, aparte de estos cuatro años, solo otros tantos acabaron en rojo el último trimestre (2012, en pleno colapso de la deuda; 2008, en la peor crisis desde la Gran Depresión; 2000, con el pinchazo de la burbuja puntocom, y 1978, en los albores de la crisis del petróleo con la caída del Sha de Persia), mientras que en 1994 (-0,7%) y 1983 (-0,6%), fueron trimestres prácticamente planos.

Complicada recta final para 2017

La pregunta ahora es si 2017 logrará romper la maldición. Por lo pronto, son varios los factores que hacen pensar en una corrección de un mercado que se encuentra en máximos históricos y del que los analistas vienen tiempo alertando que se encuentra caro. De hecho, tanto el S&P 500 como el Dow Jones de Industriales llevan una subida del 10% en lo que va de año y acumulan 10 meses consecutivos en positivo. Eso en un momento en el que la Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado la retirada de las medidas de estímulo y la subida de tipos de interés, lo que no es otra cosa que drenar liquidez del mercado.

A esto hay que sumar el riesgo que supone, o al menos así lo vienen alertando varios de los llamados gurús y analistas internacionales, la baja volatilidadque ha hecho que las bolsas hayan ignorado por completo atentados terroristas como los de Londres, Mánchester o Barcelona, o tensiones geopolíticas tan graves como las pruebas de misiles llevadas a cabo por Corea del Norte.

De hecho, en este sentido, Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM, asegura que "todavía tiene que ocurrir algo que desencadene las ventas y ese algo no va a ser una recesión", en tanto que los fundamentales en los que se sostiene el crecimiento global todavía son sólidos. En este sentido, explica que "la poca preocupación por el inminente final de la expansión global es la clave por la que los niveles de volatilidad de los mercados financieros se encuentran tan bajos". Es verdad que en momentos puntuales se producen picos, pero estos responden más bien a reacciones puntuales a preocupaciones más relacionadas con cuestiones de política fiscal o eventos geopolíticos, concluye.

Y la recta final de este año 2017 no se presenta precisamente tranquila en lo que a agenda se refiere. Por una parte, al otro lado del Atlántico, a las múltiples polémicas de la Administración Trump hay que sumar las negociaciones para elevar el techo de deuda y la reforma fiscal, mientras que en el viejo continente se encuentran con las elecciones en Alemania, las conversaciones del Brexit o el desafío independentista en Cataluña. Todo ello bajo el paraguas de la amenaza global que supone Corea del Norte, desde China a EEUU, y el avispero sirio y el terrorismo del ISIS.

Hay quien cree que el siete es el número de la buena suerte. El arco iris tiene siete colores, los días de la semana son siete, que son los mismos que tardó Dios en crear la Tierra, los amuletos más codiciados son las herraduras con siete agujeros y siete son los puntos de energía del cuerpo en el hinduismo. Pero también hay quien defiende que se trata de un número maldito, el de los siete infiernos de Dante, los demonios divinos según los sacerdotes de la antigüedad dada su irreductibilidad y... las bolsas, al menos en lo que a los últimos 40 años se refiere.

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