La extraña pareja del verano: las que más suben son tecnológicas... y eléctricas

La bolsa suele ser cíclica: cuando se espera una fuerte expansión económica, suben los valores de crecimiento; y cuando las expectativas son de recesión o hay riesgos elevados, lo hacen bien las acciones defensivas. Sin embargo, en agosto los mejores sectores han sido los dos extremos del mercado: la tecnología (los valores de crecimiento por excelencia) y las eléctricas, el sector más aburrido y básico del mundo. En España, las inmobiliarias desempeñan el papel de la tecnología. Este comportamiento es una señal de que tenemos un escenario muy complicado, que hace muy difícil prever qué ocurrirá en los próximos meses.

Nicole Bullock, comentarista del 'Financial Times', ofrece como posible explicación para esta extraña pareja que el mercado tiene el foco en dos cosas que lanzan mensajes contrapuestos: beneficios empresariales y tipos de interés. La mayoría de los analistas atribuye los máximos históricos de Wall Street a que al mercado le importa más el crecimiento de la compañía que la política, donde se han desvanecido las grandes expectativas generadas por Donald Trump: bajadas de impuestos y grandes inversiones en infraestructuras.

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Y ahí la reina sin duda es la tecnología, con unas expectativas de mejora de beneficios del 14% sin extraordinarios, frente al 10,6% del conjunto del mercado, según la firma de análisis S&P Capital IQ. Además, los inversores no consideran todavía que la tecnología sea un sector cíclico, sino que piensan que seguirá creciendo independientemente de la marcha de la economía. Lo cual impulsa sus cotizaciones. No obstante, algunas de las grandes tecnológicas han corregido en agosto parte de la subida acumulada en 2017; la excepción positiva ha sido Apple, que se ha anotado casi un 10% (acumula más del 40% en el año) por la excitación generada ante la presentación del nuevo iPhone.

Las eléctricas, favorecidas por los bonos y el riesgo

Lo de las eléctricas es más raro: ha sido el mejor sector del S&P 500 en el mes, con una subida cercana al 3,5%, algo que no ocurría desde septiembre de 2015. Y eso, a pesar de que el consenso del mercado espera un descenso de sus beneficios. Según Bullock, esto responde a su elevada rentabilidad por dividendo, que las hace atractivas frente a la de la deuda pública de EEUU. Además, el rendimiento ha vuelto a bajar este verano hasta el 2,1% en el bono a 10 años, debido a ese desvanecimiento de las esperanzas de una aceleración de la actividad.

A este complicado escenario hay que añadirle el toque final: el riesgo. La escalada de tensión con Corea del Norte, el huracán Harvey y los conflictos raciales en EEUU, que han desestabilizado al Gobierno de Trump, han propiciado el temor a que el mercado sufra una larga y profunda corrección. Y eso ha llevado a los inversores a los valores percibidos como más seguros, como las eléctricas. Claro que eso también es relativo, ya que este grupo suele pasarlo muy mal cuando suben los tipos, como está ocurriendo en EEUU.

Ibex: ladrillo en vez de tecnología

En España, tenemos una situación parecida, con un excelente comportamiento de las eléctricas en agosto: Red Eléctrica, Enagás, Gas Natural Fenosa e Iberdrola se han anotado más del 3%. El alejamiento de las expectativas de subida de tipos del BCE y la búsqueda de activos refugio ante los riesgos también han hecho bajar el rendimiento de los bonos europeos este verano, lo que ha incrementado el atractivo de estos valores.

En el Ibex no hay ningún valor tecnológico (salvo Indra, que es más bien un valor del sector de defensa), así que en nuestro país este papel le ha correspondido al sector con mayores expectativas de crecimiento: las inmobiliarias. Ferrovial, Colonial y Merlín han estado entre los mejores valores del mes, con subidas superiores al 2% en todos los casos. Aunque el sector y la banca lo niegan, hay quien empieza a ver signos de burbuja en esta nueva expansión del ladrillo en nuestro país.