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Desbandada de los grandes inversores en Popular por el temor a que valga cero
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Desbandada de los grandes inversores en Popular por el temor a que valga cero

Los grandes inversores han dado la espalda definitivamente al Popular. El riesgo de resolución y de que las acciones valgan cero han provocado el desplome del valor

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El mercado ha certificado esta semana la defunción del Banco Popular, al menos como entidad cotizada. La convicción de que no habrá ofertas por el banco y que acabará en resolución ha provocado que analistas y grandes inversores den la espalda a la entidad, lo que se ha traducido en la mayor caída semanal de su historia, del 38%, hasta un mínimo de todos los tiempos en 0,41 euros (y el viernes llegó a 0,36). En estas ocasiones —como los precedentes de Bankia o Abengoa—, se genera una 'profecía autocumplida': la presión del mercado, el consiguiente despliegue mediático y el miedo de los clientes suele hacer inevitable el rescate.

El caso más llamativo es el de BlackRock. La mayor gestora de fondos de inversión del mundo hace unos días pidió la devolución de las acciones que tenía prestadas a inversores bajistas (para ponerte bajista hace falta que alguien te preste las acciones, que vendes entonces en mercado con la esperanza de recomprar a un precio más bajo y ganar la diferencia), lo que motivó los rebotes puntuales que vivió la cotización. Una vez con las acciones en su poder, ha sido uno de los principales vendedores, hasta reducir su participación en el Popular desde el 4,09% hasta el 1,77%.

El banco que preside Emilio Saracho ha sufrido un movimiento parecido como consecuencia de su exclusión de los índices MSCI, los más replicados por los fondos de inversión en todo el mundo. Una exclusión que se justifica por la pérdida de valor del banco y que también ha obligado a los fondos indexados a vender el porcentaje que le correspondía al banco español; además, muchos de estos productos también tenían prestadas sus acciones y tuvieron que recuperarlas, con el consiguiente movimiento de subida (cerrar los cortos implica recomprar en mercado) y posterior caída (cuando los fondos vendieron esos títulos recuperados). También hay que contar con los factores técnicos: la pérdida del anterior mínimo histórico de las acciones 0,60 euros) implica la entrada del valor en caída libre: carece de soportes y seguirá bajando hasta que forme uno. Y ayer saltaron muchísimas órdenes de 'stop loss' en 0,47, lo que retroalimentó el descenso.

Foto: Banco Popular (Imagen: Enrique Villarino)

Todos estos movimientos se explican por una absoluta desconfianza en que nadie presente una puja por el Popular y en la viabilidad del banco tras este fracaso, lo que significaría su resolución. El detonante del desplome de esta semana ha sido que el BCE, que inspeccionó el banco hace unas semanas (lo que motivó su venta, como adelantó El Confidencial), ha alertado de la posibilidad de poner al banco en resolución si no encuentra un comprador.

El Popular es "no invertible"

¿Qué significa la resolución? No es que se vaya a liquidar el banco, sino que se le aplican las nuevas normas europeas de rescate bancario, según las cuales las acciones deben llegar a valer cero para absorber las pérdidas de la entidad. Y eso explica la desbandada de los inversores que ha provocado el derrumbe del valor. También deben perderlo todo los tenedores de CoCos (convertibles contingentes), la nueva deuda subordinada: estos instrumentos también se han desplomado esta semana porque es posible que pierdan aunque alguien compre el banco; Pimco (Allianz) es el mayor tenedor de estos valores.

Este mismo viernes, Alantra (antigua N+1) calificaba al Popular como "no invertible" ('not investible') en el entorno actual, aunque su precio objetivo, 0,50, está ya por encima de la cotización. "No descartamos una compra en el último minuto, pero sentimos que cualquier potencial comprador pedirá colchones y, por tanto, cualquier oferta tendrá un precio muy bajo. La visibilidad sigue siendo muy baja y los gestores se están quedando sin tiempo", razonaba su analista Francisco Riquel.

El mercado ha certificado esta semana la defunción del Banco Popular, al menos como entidad cotizada. La convicción de que no habrá ofertas por el banco y que acabará en resolución ha provocado que analistas y grandes inversores den la espalda a la entidad, lo que se ha traducido en la mayor caída semanal de su historia, del 38%, hasta un mínimo de todos los tiempos en 0,41 euros (y el viernes llegó a 0,36). En estas ocasiones —como los precedentes de Bankia o Abengoa—, se genera una 'profecía autocumplida': la presión del mercado, el consiguiente despliegue mediático y el miedo de los clientes suele hacer inevitable el rescate.

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