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El BdE se aferra a la carta de Casaus ante el fantasma de la imputación en el caso Bankia
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LA ACUSACIÓN LE CONSIDERA COOPERADOR NECESARIO

El BdE se aferra a la carta de Casaus ante el fantasma de la imputación en el caso Bankia

El Banco de España ha lanzado una ofensiva para evitar su imputación en el caso Bankia, agarrándose a la carta de Casaus en la que dice que las irregularidades estaban en BFA

Foto: El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy (i), y el gobernador, Luis Linde. (EFE)
El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy (i), y el gobernador, Luis Linde. (EFE)

Con una intensidad que recuerda a los tiempos del rescate financiero en 2012, el Banco de España ha puesto en marcha toda su maquinaria jurídica para salvarse él mismo como institución y a sus principales responsables a título individual de la imputación en el caso Bankia que se instruye en la Audiencia Nacional. Para ello, se aferra como un clavo ardiendo a la carta del inspector José Antonio Casaus que acompaña a sus famosos correos, ya que, según su versión, demostraría que las irregularidades contables estaban en BFA (la matriz) y no en Bankia (la filial que salió a bolsa), por lo que no hubo estafa ni falsedad contable en dicha salida.

Los famosos correos de Casaus, recibidos el viernes por el juez Fernando Andreu, demuestran que el jefe de los inspectores avisó en cuatro ocasiones a sus superiores en el BdE de que la entidad era inviable, que la salida a bolsa no iba a resolver su situación porque no cambiaría su estructura, que acabaría necesitando un rescate público de 15.000 millones adicionales (finalmente fueron 17.959) y que uno de los principales obstáculos era que los políticos que gestionaban Bankia no querían "perder sus poltronas". Y demuestran que el supervisor no les hizo ningún caso, lo que a la postre condujo a la nacionalización del grupo y a que los clientes que compraron acciones de la salida a bolsa perdieran todo su dinero.

Esto no lo discute nadie. Pero resulta que los cuatro correos, enviados en abril y mayo de 2011, están acompañados por una carta fechada el 11 de octubre de 2016 en la que el inspector dice que las referencias a "Bankia" o "Grupo Bankia" en sus correos "deben entenderse realizadas a Grupo BFA-Bankia". "Quiero dejar claro que nosotros calificamos en esos meses como inviable al Grupo BFA-Bankia, que era nuestro principal objeto de valoración, y que, por tanto, no nos pronunciamos sobre la viabilidad de Bankia SA". Casaus llega a retractarse de su declaración ante Andreu, en la que dijo que Bankia era inviable: "Dijera lo que dijera, la referencia debe entenderse realizada a Grupo BFA-Bankia".

Esta sutil distinción es la clave de la defensa del BdE. Porque si donde había irregularidades contables —Casaus sostiene que la entidad comunicó al mercado resultados que no eran tales— era en BFA y no en Bankia, eso significa que las cuentas de la filial que se sacó a bolsa eran verdaderas y no se engañó a los inversores (aunque fuera igual de inviable, como la realidad demostró). En consecuencia, no hubo delito ni mucho menos se puede imputar al supervisor como cooperador necesario, tal como pretende lograr el abogado de la acusación popular en el caso Bankia, Andrés Herzog.

Una carta desconcertante

Ayer mismo, la Sala de lo Penal de la Audiencia desestimó su recurso contra el rechazo inicial de Andreu a la comparecencia de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Restoy y los exdirectores generales de supervisión Javier Aríztegui y Jerónimo Martínez Tello. Pero esa solicitud se produjo antes de conocer el contenido de los correos, por lo que el exlíder de UPYD volverá a solicitar su imputación en el caso de que no lo pida la Fiscalía. En ese momento, el gobernador era MAFO, pero el actual subgobernador, Fernando Restoy, era consejero nato como vicepresidente de la CNMV; y Pedro Comín, el destinatario de los 'mails', sigue ocupando un cargo en el supervisor.

La carta resulta bastante chocante, no solo porque Casaus se retracte de su declaración y ofrezca esa vía de salvación al BdE, sino porque ya en su primer correo (del 8 de abril de 2011), muestra una clara distinción entre BFA y Bankia, y señala que el primero tiene un problema de balance por el valor de la participación de Bankia, mientras que la segunda (donde se encontraba el negocio bancario) lo tenía de márgenes, costes y provisiones. La creación de BFA se había anunciado tres días antes (el 5 de abril) como banco malo donde se traspasaban los peores activos de Bankia, pero situado por encima como una especie de 'holding' matriz, por lo que las acciones de Bankia eran su principal activo. En otros correos, Casaus insiste en que ni esta doble estructura ni la salida a bolsa de la filial servirían para evitar el rescate del grupo.

¿Por qué escribe Casaus la carta?

¿A qué obedece entonces esta carta? Entre las partes del proceso y los observadores, existe el convencimiento de que la cúpula del BdE ha presionado a Casaus para que la adjunte; en sus declaraciones de este fin de semana, Herzog se refiere a un "acuerdo para intentar agarrarse a un clavo ardiendo". Fuentes cercanas al inspector descartan que haya recibido amenazas para que remita la carta, pero señalan que "Casaus está en una posición muy difícil porque sigue siendo inspector y está poniendo en evidencia a sus jefes". En la actualidad, es jefe de lo que se conoce como un JST, 'joint supervisory team' (equipo conjunto de supervisión).

Otra de estas fuentes opina: "Yo veo más un tema de compañerismo, de no querer hacer mucha sangre a la gente que ha declarado antes y a la que va a declarar después". "Al fin y al cabo, él ya ha salvado la cara y el tiempo le ha dado la razón", añade. Sea como fuere, ha ofrecido al supervisor una posible tabla de salvación que el juez y el fiscal podrían aceptar. En todo caso, si se vuelve a rechazar la imputación de la cúpula del BdE por este supuesto, aún le quedará a la acusación una bala en la recámara: la pieza separada de las preferentes, que duerme el sueño de los justos pero que puede recibir un impulso decisivo con estos correos —en los que alerta de que el Estado tendría que hacerse cargo de las pérdidas de sus tenedores— y con otro que obra en la causa, también de abril de 2011, en el que se alertaba de que estos inversores tenían derecho a salirse al precio que invirtieron, pero la entidad no les dijo nada y el BdE calló.

Con una intensidad que recuerda a los tiempos del rescate financiero en 2012, el Banco de España ha puesto en marcha toda su maquinaria jurídica para salvarse él mismo como institución y a sus principales responsables a título individual de la imputación en el caso Bankia que se instruye en la Audiencia Nacional. Para ello, se aferra como un clavo ardiendo a la carta del inspector José Antonio Casaus que acompaña a sus famosos correos, ya que, según su versión, demostraría que las irregularidades contables estaban en BFA (la matriz) y no en Bankia (la filial que salió a bolsa), por lo que no hubo estafa ni falsedad contable en dicha salida.

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