El verdadero problema del Brexit es financiero: ¿Qué va a pasar con la City?
Si se separara todo el país salvo la City londinense, la crisis no sería para tanto. Y es que Londres es la primera plaza financiera del mundo. Sólo Nueva York puede compararse
Más allá de la marejada política que el referéndum de Reino Unido haya podido desencadenar en Europa y las conjeturas sobre el coste económico que va a tener para ambas partes si se materializa la ruptura, el verdadero problema de que plantea el Brexit es financiero. De hecho, si se separara todo el país salvo la City londinense, la crisis no sería para tanto.
Y es que Londres es la primera plaza financiera del mundo. Sólo Nueva York puede compararse con la capital británica y sólo en lo que a negociación de acciones se refiere, porque cualquier otro activo está a años luz. Es, además, el primer centro de negociación en euros, los grupos financieros europeos centralizan sus servicios mayoristas en esta ciudad aunque tengan sus sedes en sus países de origen. Londres es también la puerta de entrada a Europa de centros financieros de otros países y se ha convertido en el principal centro de innovación financiera de la Unión Europea, creando un ecosistema que agrupa el mayor número de empresas 'fintech'.
De hecho, sólo en el distrito de la City trabajan en los distintos servicios financieros 730.000 personas; eso es más que, por ejemplo, la población de toda Zaragoza, que no llega a 700.000. Además, alberga 250 bancos y 200 firmas de abogados extranjeros.
Cómo consecuencia de todo esto, el sistema regulatorio británico es uno de los más desarrollados del mundo y es referencia para todos los demás. En paralelo, las industrias auxiliares presenta un alto nivel de desarrollo.
Si el derecho cambia, el sector tiene que cambiar inmediatamente. Si Reino Unido sale, al día siguiente habrá actividades que serán ilegales
Así, en tanto que todo esto depende del marco comunitario, “si el derecho cambia, el sector tiene que cambiar inmediatamente. Si Reino Unido sale, al día siguiente habrá actividades que serán ilegales”, asegura Fernando Mínguez, socio de Cuatrecasas que ha formado un equipo específico para hacer frente a todas las cuestiones legales relacionadas con el Brexit.
Es más, en tanto que Londres es sede de infraestructuras importantes como cámaras de compensación de derivados, el Banco Central Europeo, que ya en su día protestó al encontrarse fuera de su jurisdicción si tenía que auxiliarlas, ahora tendría que estudiarse la fórmula de llevar a cabo su traslado.
Por lo tanto, las implicaciones del Brexit van mucho más allá del traslado de la sede de las instituciones europeas que pueda haber en la capital británica como la EBA o la Agencia Europea del Medicamento, y algunos bancos de inversión.
Si el modelo que se adopta en las negociaciones de salida supone quitar el pasaporte comunitario a las entidades británicas en la Unión Europea -sólo se respetaría si Reino Unido queda en el Espacio Económico Europeo y este escenario no es compatible con los planteamientos del Brexit porque exige respetar el libre movimiento de personas y obliga a aceptar las normas en cuya elaboración no participa- esto supondrá un profundo cambio en la industria financiera mundial.
Industria financiera mundial
De entrada, deja de tener sentido emplear Londres como “sede de acceso” a Europa, con lo que todas las firmas extracomunitarias como puedan ser Nomura, JPMorgan, Morgan Stanley, Bank of America, Goldman Sachs, Pimco, BlackRock y un sinfín de nombres que cambiarían la City por otra ciudad Europea, que es lo que ahora se empiezan a disputar las distintas capitales.
Y es que la porción del pastel es muy grande y jugosa porque detrás de todas estas firmas se iría todo un entramado de industria auxiliar.
Además de las entidades extranjeras, la prestación de servicios financieros 'retail' (banca, seguros, servicios de inversión) necesitará la apertura de sedes principales o secundarias en el área de prestación, es decir, en la UE, con lo que dejará de tener sentido mantener una sede en Reino Unido.
Aunque es cierto que las actividades mayoristas, como los servicios de inversión a profesionales, reaseguro o banca al por mayor, probablemente podrán encontrar fórmulas de solución transfronteriza, se tiende a la agrupación en un mismo ecosistema, por lo que es posible que se vayan detrás del resto de servicios financieros que se trasladen al continente -o a Irlanda-. Eso aunque no debería haber excesivas dificultades para mantener en Londres actividades de negociación en euros, pero no ocurriría lo mismo con las actividades de liquidación post-trading, que deberían desplazarse a territorio de la UE, explican desde Cuatrecasas.
Finalmente, el sector que podría verse más dañado es el 'fintech', al que le resulta muy productivo estar cerca de sus pares para su desarrollo y su eficiencia caería si se ve obligado a tener más de una sede, con la cuestión crítica del pasaporte.
Más allá de la marejada política que el referéndum de Reino Unido haya podido desencadenar en Europa y las conjeturas sobre el coste económico que va a tener para ambas partes si se materializa la ruptura, el verdadero problema de que plantea el Brexit es financiero. De hecho, si se separara todo el país salvo la City londinense, la crisis no sería para tanto.
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