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El Banco de Inglaterra prepara esta semana su plan B tras la tormenta del Brexit
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El Banco de Inglaterra prepara esta semana su plan B tras la tormenta del Brexit

​El 14 de julio se celebrará la primera reunión del Banco de Inglaterra tras el Brexit y ahí es donde podremos comprobar si sus miembros están dispuestos a paliar los efectos

Foto: Bandera de Reino Unido
Bandera de Reino Unido

​El Brexit ha sumido a la City londinense en el caos: la libra ha llegado a tocar mínimos de 31 años en los últimos días, llegando a situarse por debajo de los 1,28 dólares, seis gestoras han declarado el corralito inmobiliario y cada vez más empresas se plantean salir de la City y ponen su mira en ciudades cercanas como Dublín. En cualquier caso, minimizar el impacto del resultado del referéndum británico o, de alguna forma enmascararlo, es la principal preocupación en estos días.

Ante este panorama de desgobierno, propiciado por la salida de Cameron y la negativa por parte de los propulsores del Brexit a iniciar la carrera por el poder, la autoridades monetarias y fiscales se centran ahora en prepararse para lo que pueda pasar y ya toman posiciones.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, anunció hace tan solo una semana que estaba dispuesto a actuar y ofrecía una liquidez adicional de 310.000 millones de euros para "respaldar a los mercados". Ante esta situación, a Carney se le presentan dos opciones: puede recortar los tipos de interés, situados en el 0,5%, o introducir más medidas QE.

Esta situación podría parecer perjudicial para el gobernador pero, en realidad, el hecho de que los tipos de interés aún sean significativos pone a la isla en una posición más ventajosa que la del resto de bancos centrales, según apunta Janwillem Acket, economista jefe de Julius Baer, que considera que se debería implementar al menos una de estas dos opciones.

En paralelo, se están preparando medidas fiscales como reducir el Impuesto de Sociedades desde un 20% hasta 15%, lo que convertiría a Reino Unido en el país con menor fiscalidad corporativa del mundo. Esta medida, que aún no ha sido aprobada, es un claro guiño a las empresas para que vuelvan a confiar en la City como lugar para establecerse.

No obstante, el próximo 14 de julio se celebrará la primera reunión del Banco de Inglaterra tras el Brexit y ahí es donde podremos comprobar hasta que punto sus miembros están dispuestos a paliar los efectos que ya acusan los mercados.

EEUU se mantiene a la espera

Pero los efectos del Brexit no sólo se notan a este lado del Atlántico. Estados Unidos mira con escepticismo Reino Unido y la gran banca americana busca mantener su estatus en el país. Por ello, se han reunido de urgencia con el ministro de Hacienda brítánico, George Osborne, para saber qué pueden esperar si continúan en la City.

Refugio seguro

Asimismo, Estados Unidos está inmerso en la publicación de datos macro como el ISM Manufacturero, que mejoró toda expectativa, o el dato del paro mensual que, a pesar de ser dos décimas por encima del de mayo, queda ensombrecido por la creación de empleo que ha conseguido repuntar hasta los 287.000 nuevos puestos, su nivel más alto desde mayo, lo que ha repercutido favorablemente en las bolsas americanas, que después de publicarse el dato rebotaban por encima del 1%, como en las europeas, con el Ibex por encima del 2%.

Este buen dato podría provocar que la Reserva Federal Estadounidense (Fed) se decidiera a subir los tipos de interés este verano aunque su presidenta, Janet Yellen, se mantiene a la espera ante incertidumbre de la actual situación financiera y no acometerá esta subida hasta que disponga de más información sobre el impacto de la decisión de Reino Unido de abandonar la UE.

De producirse esta subida de tipos, el dólar remontaría e impulsaría su valor frente a la libra y al euro, al tiempo que la divisa se presenta como un "refugio seguro" frente a la incertidumbre por el proceso de dos años que se inicia en la City, tal y como apunta el jefe de estrategia de divisas de Julius Baer, David Kohl.

​El Brexit ha sumido a la City londinense en el caos: la libra ha llegado a tocar mínimos de 31 años en los últimos días, llegando a situarse por debajo de los 1,28 dólares, seis gestoras han declarado el corralito inmobiliario y cada vez más empresas se plantean salir de la City y ponen su mira en ciudades cercanas como Dublín. En cualquier caso, minimizar el impacto del resultado del referéndum británico o, de alguna forma enmascararlo, es la principal preocupación en estos días.

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