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Trump (o Clinton) deberá lidiar con una recesión... que será una oportunidad
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OBAMA TAMBIÉN EMPEZÓ SU MANDATO ASÍ

Trump (o Clinton) deberá lidiar con una recesión... que será una oportunidad

Gane quien gane las elecciones en EEUU, es casi seguro que tendrá que hacer frente a una recesión, que puede agravarse si el vencedor es Trump. Pero algunos ven una oportunidad

Foto: El candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump (Reuters).
El candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump (Reuters).

Los inversores no acaban de recuperarse del susto del invierno y pueden afrontar un otoño complicado por culpa de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Y no sólo por la posibilidad de que el vencedor sea Donald Trump, al que Wall Street no quiere ver ni en pintura como ya ha informado El Confidencial. Sino porque, sea él o sea Hillary Clinton el nuevo presidente, tendrá que enfrentarse casi inevitablemente con una recesión económica... con la Bolsa de Nueva York en zona de máximos históricos. Algo que, por otra parte, tampoco es nuevo: tanto George W. Bush como Barack Obama tuvieron que afrontarla nada más llegar a la Casa Blanca.

La probabilidad de una recesión es tan alta puesto que la etapa de expansión actual, que comenzó en 2009 tras la crisis financiera mundial, dura ya 83 meses y, como se aprecia en el gráfico, es la cuarta más larga en 150 años, sólo superada por las de 1991-2001, 1961-1969 y 1982-1990. "Si el próximo presidente no tiene una recesión, será un récord en EEUU", declara Gald Levanon, economista jefe del prestigioso centro de estudios económicos Conference Board, a Bloomberg. "La expansión más larga que hemos tenido nunca duró 10 años", añade.

Pero además de que ya es 'vieja', el crecimiento ha sido muy bajo -una media del 2% en el período-, lo que la hace vulnerable a cualquier 'shock'. El propio Larry Summers, exsecretario del Tesoro, considera que "las probabilidades son mucho mayores que el 50% de que tengamos una recesión en los próximos tres años". JP Morgan concede una probabilidad de dos tercios a ver una contracción en ese plazo. Además, ahora se encuentra con la vulnerabilidad añadida de que la política monetaria ha alcanzado su límite y la Reserva Federal no puede volver a bajar los tipos si la economía se viene abajo.

Otro indicador preocupante son los beneficios empresariales, que cayeron un 11,5% en el cuarto trimestre de 2015, el mayor descenso desde el 31% sufrido a finales de 2008 en el apogeo de la crisis financierao. Los precedentes dicen que, cuando las empresas ganan menos, reducen el empleo y la inversión, lo que acaba desembocando en una recesión. De hecho, en la actualidad se observa una peligrosa divergencia entre la caída de los resultados empresariales y la estabilidad en el empleo que probablemente no dure mucho más.

Si gana Trump, la recesión estará más cerca

A esto hay que añadir los riesgos de un 'shock' externo, que puede venir de una posible victoria del 'sí' en el referéndum del 'Brexit', de la eterna amenaza de un aterrizaje brusco en China o de una nueva recesión en Japón. Y si encima el ganador es Trump, la cosa será aún peor, puesto que pretende poner en práctica una política ultraproteccionista -con guerras comerciales y de divisas- y, sobre todo, disparar el déficit público con recortes de impuestos y fuertes incrementos del gasto simultáneos, sobre todo en defensa.

Ahora bien, lo de que la primera tarea de un presidente al llegar al despacho oval sea lidiar con una recesión es casi tradición. Le ocurrió a Bush hijo, que se estrenó en 2001 con la economía a punto de entrar en contracción. Pero nada comparado con la llegada de Obama, que fue nombrado presidente el 20 de enero de 2009 en medio de la mayor contracción sufrida por EEUU desde la Gran Depresión de los años 30.

Pero puede ser una gran oportunidad

No todo el mundo está de acuerdo con estas predicciones negativas. Narinam Behravesh, economista jefe de la consultora IHS, sostiene que "las recuperacions no se mueren de viejas, sino que son asesinadas. Y los tres asesinos que hemos tenido en el pasado no dan demasiado miedo ahora mismo". Se refiere a una subida bursca de los tipos de interés, una escalada del petróleo o una burbuja en algún activo. Esta vez, la Fed va a subir los tipos muy lentamente, el petróleo no va a subir demasiado por el exceso de oferta que sigue habiendo en el mercado y la vivienda está por debajo de los niveles de 2007 según algunos indicadores.

Pero incluso aunque se cumplan las previsiones mayoritarias y EEUU se encamine a una recesión, hay que considera que será una enorme oportunidad si el nuevo presidente es Trump. Es el caso de Jeffrey Gundlach, una estrella del mercado de bonos y fundador de DoubleLine Capital, que piensa que este resultado provocaría inicialmente terror en la economía mundial. Pero después "va a recuperar empleos que se han perdido hacie México y Asia. Si eso ocurre, sería una excelente oportunidad de compra". "Si eso ocurre, estimularía de nuevo el crecimiento y daría a Trump un espejismo de éxito". añade.

Los inversores no acaban de recuperarse del susto del invierno y pueden afrontar un otoño complicado por culpa de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Y no sólo por la posibilidad de que el vencedor sea Donald Trump, al que Wall Street no quiere ver ni en pintura como ya ha informado El Confidencial. Sino porque, sea él o sea Hillary Clinton el nuevo presidente, tendrá que enfrentarse casi inevitablemente con una recesión económica... con la Bolsa de Nueva York en zona de máximos históricos. Algo que, por otra parte, tampoco es nuevo: tanto George W. Bush como Barack Obama tuvieron que afrontarla nada más llegar a la Casa Blanca.

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