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Telefónica pretende mantener el dividendo y el rating pese al veto a la venta de O2
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PONE EN MARCHA UN PLAN B PARA REDUCIR DEUDA

Telefónica pretende mantener el dividendo y el rating pese al veto a la venta de O2

Telefónica reafirma su intención de mantener el dividendo y salvar su rating actual con alternativas a la venta de O2 a Hutchinson, prohibida por Bruselas. Pero no será fácil

Foto: Sede de Telefónica en Düsseldorf (Alemania)
Sede de Telefónica en Düsseldorf (Alemania)

Tras la confirmación del veto de la Comisión Europea a la venta de su filial británica O2 a Hutchinson Whampoa, Telefónica ha reaccionado de inmediato: mantiene su política de dividendo y tomará medidas alternativas para reducir su deuda y poder mantener así su calificación crediticia de BBB. Según un hecho relevante remitido a la CNMV, la operadora "mantiene los objetivos financieros, el ratio de apalancamiento y la política de dividendos propuesta". Se trata de un 'plan B' que contempla, en primer lugar, la venta de O2 a otro comprador, pero es difícil que consiga el mismo precio. Si no lo logra, tendrá que acometer otras desinversiones e incluso emitir preferentes.

En principio, el mercado confía en la capacidad del nuevo presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, para lograr estos objetivos, que se resumen en rebajar la ratio de dendeudamiento desde 3,1 veces el Ebitda (beneficio operativo bruto) en la actualidad hasta 2,35 veces. Así lo ponen de manifiesto los últimos informes de analistas y la propia cotización del valor, que este miércoles ha caído el 1,07% hasta 9,26 euros (menor que un Ibex que se ha dejado el 1,27%), ya que tenía bastante descontada la prohibición de Bruselas. Ahora bien, los expertos creen mayoritariamente que el mantenimiento del dividendo pasa porque siga siendo en acciones (scrip) y no en efectivo, y advierten de que el plan B no va a ser nada fácil de sacar adelante.

Para mantener la retribución al accionista, sea en el formato que sea, todo el mundo está de acuerdo en que no tiene más remedio que vender activos, como le ha sucedido a Repsol, otra gran empresa española con exceso de deuda. "Si al final no consigue colocar O2, sí es probable que acabe con el dividendo, pero su intención es cerrar la operación y mantener el pago", señalaba un analista de primera fila tras el relevo de César Alierta por Álvarez-Pallete.

Vender O2 a otro... pero más barata

Por eso, la primera opción es colocar la empresa de móvil británica a otro comprador. Candidatos no faltan: Liberty, Sky, Talk Talk dentro de Gran Bretaña e Iliad desde Francia. El problema es que ninguno de ellos está dispuesto a pagar los 13.000 millones, y en efectivo además, que había ofrecido Hutchinson. Así, Citigroup considera que no tendría sentido venderla por debajo de 10.000 millones, ya que tendría un "impacto dilutivo en el flujo de caja de Telefónica"; para es e viaje, mejor quedarse con O2, y más si suben los precios en Reino Unido.

Y es difícil que lleguen a tanto. Según RBC, el que más puede pagar en metálico es Iliad por su menor endeudamiento, pero estima que se quedaría en 8.300 millones. Sky podría alcanzar los 8.000, pero con un menor componente en efectivo si Telefónica mantiene el 22% de la empresa fusionada, una opción que no parece demasiado interesante. Si no encuentra un comprador, la compañía española puede sacar a su filial a bolsa, pero obtendría un precio todavía más bajo, a juicio del Sabadell, porque es una empresa sólo de móvil en un mercado que tienede a la convergencia, porque no es estratégico para Telefónica y porque en una OPV siempre hay que ofrecer descuento para vender las acciones.

Telxius, México e híbridos, las otras opciones

Más allá de las alternativas para O2, estos expertos señalan otras opciones para rebajar el endeudamiento de Telefónica. La principal es la colocación en la bolsa española de otra filial Telxius, que está prevista para el trimestre actual -su activación depende de lo que ocurra finalmente con O2- y podría reportarle 2.000 millones según RBC. También podría colocar otras unidades como México o Alemania. Y, en último lugar, podría lanzar una emisión de híbridos (preferentes o deuda subordinada) que Santander estima en 3.000 millones y que las fuentes citadas aseguran que no sería dilutiva para el accionista.

En total, HSBC calcula que todas estas opciones del plan B pueden permitir a Telefónica reducir su deuda entre 16.400 y 19.700 millones, cantidad que bajaría a 10.400-14.700 si finalmente no emite híbridos. En todo caso, suficiente para mantener el rating actual, a su juicio. Todo ello, antes que suprimir el dividendo, que es la opción que la operadora no quiere ver ni en pintura -al igual que Repsol- y que su nuevo presidente descartará este miércoles en la junta de accionistas.

Tras la confirmación del veto de la Comisión Europea a la venta de su filial británica O2 a Hutchinson Whampoa, Telefónica ha reaccionado de inmediato: mantiene su política de dividendo y tomará medidas alternativas para reducir su deuda y poder mantener así su calificación crediticia de BBB. Según un hecho relevante remitido a la CNMV, la operadora "mantiene los objetivos financieros, el ratio de apalancamiento y la política de dividendos propuesta". Se trata de un 'plan B' que contempla, en primer lugar, la venta de O2 a otro comprador, pero es difícil que consiga el mismo precio. Si no lo logra, tendrá que acometer otras desinversiones e incluso emitir preferentes.

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