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Agárrense, ¿vienen curvas? El miedo llega rápido y sin avisar
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Agárrense, ¿vienen curvas? El miedo llega rápido y sin avisar

El miedo llega rápido y sin avisar y, a día de hoy, yo sigo pensando que – sin tener que vender ya toda la cartera – si es momento para estar atentos y no dejar que nos quiten todo lo ganado

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Tras una semana electoral movidita, con un impacto suave en las bolsas (que será mayor a medio plazo), la continuación del drama griego y sus posibles efectos en el mercado y la continua recomendación de muchos analistas de “aprovechen para comprar, que no pasa nada", uno se enfrenta a la realidad con otra perspectiva bien distinta.

Sigo pensando que el primer aviso vendrá del mercado norteamericano. Sin ir más lejos, si observamos el SP500, vemos que los niveles de variación de cierres semanales apenas han sufrido movimiento alguno en las últimas cinco semanas. Menos de 20 puntos separan dichos cierres. A estos periodos de contracción y baja volatilidad le siguen estadísticamente movimientos de expansión y alta volatilidad.

Esto coincide, además, con nuevos mínimos de volatilidad en el Rusell 2000 (índice de small caps) y del VIX, éste último por debajo ya de los 12.

Desde el 2006, en un total de 19 días, se ha colocado el RVX por debajo del nivel de los 15 puntos y los movimientos posteriores, en un 80% de los casos, fueron a la baja en una magnitud variable pero importante. Si además advertimos que el índice no está en máximos, tenemos una nueva señal de alerta por divergencias.

Uno se puede preguntar, con razón, por qué me dedico a justificar una posible caída de las bolsas y no a seguir a la masa y disfrutar de las rentabilidades positivas que nos dan los índices. Pues muy sencillo, porque los mercados, cuando caen, no lo hacen de la nada, ni de un día a otro. En una situación de mercado como la actual, cerca de máximos en un entorno positivo, toda señal que muestre euforia es un aviso de que algo está cambiando y, por tanto, debemos extremar la cautela y estar atentos a esas señales.

Sin embargo, no puedo dejar de omitir (a favor de mis críticos) gráficos aparecidos en el Wall Street Journal sobre probabilidad de recesión y su consecuente impacto en las bolsas. Para ello utilizan el mercado de Bonos y datos de GDP.

En el primer gráfico, en el 2008 se aventuraba un 40% de probabilidad de asistir a una recesión. El SP500 se fue abajo un 50%.

Si ahora tomamos el gráfico facilitado por el WSJ actual, vemos que la situación, en base a esos datos de GDP y spread de rentabilidad, la situación dista mucho de la del 2008. La probabilidad hoy día no llegaría al 5%.

¿Significa esto que debo volver atrás sobre mis planteamientos bajistas? Obviamente, no los puedo dejar de considerar pero, como dije antes, sólo el cúmulo de datos global es el que nos puede dar una pista real de dónde estamos y hacia dónde vamos.

El miedo llega rápido y sin avisar y, a día de hoy, yo sigo pensando que –sin tener que vender ya toda la cartera– sí es momento para estar atentos y no dejar que nos quiten todo lo ganado. Podemos no ver las curvas que se abren ante nosotros.

Tras una semana electoral movidita, con un impacto suave en las bolsas (que será mayor a medio plazo), la continuación del drama griego y sus posibles efectos en el mercado y la continua recomendación de muchos analistas de “aprovechen para comprar, que no pasa nada", uno se enfrenta a la realidad con otra perspectiva bien distinta.

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