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Los inversores arruinados en Espirito Santo plantean demandar al Banco de Portugal
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EL SUPERVISOR INVESTIGA LA AMPLIACIÓN DE JUNIO

Los inversores arruinados en Espirito Santo plantean demandar al Banco de Portugal

Los fondos de inversión que han perdido todo su dinero con la quiebra del Banco Espirito Santo (BES) se plantean demandar al Banco de Portugal

Foto: Manifestantes contra el rescate de BES. (Reuters)
Manifestantes contra el rescate de BES. (Reuters)

Los fondos de inversión que han perdido todo su dinero con la quiebra del Banco Espirito Santo (BES) se plantean demandar al Banco de Portugal por su actuación en la crisis que culminó con la nacionalización de la entidad. Se trata sobre todo de aquellos que compraron deuda subordinada, que tendrá que asumir pérdidas que no estarán cubierta por los CDS (seguros contra riesgo de impago), como informó el viernes El Confidencial. Además, el supervisor luso ha iniciado una investigación sobre la autenticidad de la información ofrecida en la ampliación de capital de junio, donde los inversores también lo han perdido todo.

Los principales inversores atrapados en deuda subordinada son los hedge funds Third Point del conocido gestor Daniel S. Loeb, y el gigante GLG, además de otros fondos convencionales como EJF Capital y el banco de inversión brasileño BTG Pactual, según el New York Times. También aparecen otros vehículos más pequeños especializados en deuda problemática (distressed), como Aurelius, Golden Tree y VR Global.

Según fuentes del mercado, existen unos 1.500 millones de deuda subordinada, que va a pasar al 'banco malo' creado en el rescate, donde asumirá las pérdidas generadas por los activos tóxicos de BES, lo que en la práctica significa que sus tenedores van a perderlo todo con elevada probabilidad. Los citados fondos y hedge funds compraron mayoritariamente esta deuda cuando se desplomaba con la esperanza de que al final se salvara el banco, con lo que habrían logrado una importante ganancia.

Estos inversores trataron de cubrir el riesgo de que hubiera que rescatar a BES (como así ha sido) comprando CDS, y asumieron para ello un coste muy elevado. Sin embargo, también han perdido este coste puesto que los CDS no se van a activar porque la asociación internacional responsable de estas decisiones (ISDA) no considera que el banco ha quebrado, sino que se ha producido lo que se denomina como "evento de sucesión". Por tanto, no les van a servir para compensar sus pérdidas en la deuda subordinada, lo que implica que estos fondos han perdido prácticamente todo en las dos inversiones.

Ante esta situación, estos inversores se plantean demandar a las autoridades. Esta acción judicial cuenta con dos argumentos: por un lado, la decisión de que la deuda subordinada asuma pérdidas pese a que aún no ha entrado en vigor la Directiva de Resolución Bancaria que las impone y, sobre todo, a que la deuda senior no las va a asumir (la citada directiva impone que pierdan las dos); por otro, la incapacidad del Banco de Portugal para detectar el agujero de Espirito Santo antes de que fuera inevitable su rescate con dinero público.

El Banco de Portugal investiga la ampliación

Precisamente, el supervisor portugués ha iniciado una investigación de la información que se ofreció al mercado en la ampliación de capital de 1.000 millones realizada en junio y que se suponía que iba a ser suficiente para arreglar sus problemas. La cuestión es si esa información no recogía las pérdidas ocultas que han provocado el rescate y que han hecho que los que acudieron a esta operación también pierdan toda su inversión. Simplmente advertía de las "irregularidades materiales" en las cuentas d euno de los holdings matrices del banco, ESFG, según informa Bloomberg.

Según esta agencia, si se confirma que hubo falsedad u ocultación en esta información -que es lo mismo que se va a dilucidar en el próximo juicio sobre Bankia en España-, tendrán que asumir responsabilidades los gestores de la empresa, los bancos de inversión que realizaron la colocación -el propio Espirito Santo, Morgan Stanley y UBS- y la auditora de la entidad (KPMG).

Los fondos de inversión que han perdido todo su dinero con la quiebra del Banco Espirito Santo (BES) se plantean demandar al Banco de Portugal por su actuación en la crisis que culminó con la nacionalización de la entidad. Se trata sobre todo de aquellos que compraron deuda subordinada, que tendrá que asumir pérdidas que no estarán cubierta por los CDS (seguros contra riesgo de impago), como informó el viernes El Confidencial. Además, el supervisor luso ha iniciado una investigación sobre la autenticidad de la información ofrecida en la ampliación de capital de junio, donde los inversores también lo han perdido todo.

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