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El euro retoma el asalto de los 1,40 dólares ante la creciente impaciencia de los políticos
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El euro retoma el asalto de los 1,40 dólares ante la creciente impaciencia de los políticos

Las promesas del BCE no bastan para frenar en serio a la divisa europea. Mientras se concretan en hechos, vuelve a apreciarse... para enfado de los políticos

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi

El euro le está saliendo respondón a Mario Draghi. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) lleva casi medio año, desde que rebajó los tipos de interés al mínimo histórico del 0,25%, intentando frenar a la divisa europea. Sabe que, en caso de conseguirlo, contaría con un poderoso aliado para luchar contra las presiones deflacionistas. Pero no hay manera. Ni siquiera basta que su homólogo estadounidense, la Reserva Federal (Fed), esté echando una mano con un progresiva retirada (tapering) de sus compras de activos y con sus insinuaciones con respecto a la futura subida de los intereses. En cuanto pasa la polvareda inicial, la divisa europea vuelve a apreciarse.

La última evidencia se ha producido en la última semana. El 3 de abril, Draghi anunció que el BCE, de forma "unánime", está a favor de aplicar medidas no convencionales, como lanzar un QE a la europea -es decir, un programa de compras de deuda adaptado a las circunstancias europeas-, en caso de que la desinflación deje paso de forma directa a la deflación. El euro, que esperaba la cita en los 1,38 dólares, se debilitó al día siguiente hasta los 1,369.

Pero no fue más allá. Y apenas un puñado de sesiones después no sólo ha recuperado los 1,38 dólares, sino que merodeade nuevo los 1,39 dólares. O lo que es lo mismo,retoma su asalto a los 1,40 dólares, una cota que no supera desde 2011.

La querencia del euro por subir está empezando a impacientar a los políticos europeos. Esta semana, el presidente español, Mariano Rajoy, y el nuevo primer ministro francés, Manuel Valls, yahan manifestado su malestar con respecto a la fortaleza del euro. Lo que desea es que el BCE pase pronto de las palabras a los hechos, esto es, a la aplicación de esas medidas no convencionales, con una doble pretensión: debilitar el euro e impedir que las presiones deflacionistas vayan a más.

Como muestra adicional de esa posición, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, admitió ayer en Washington que se siente preocupada por la baja inflación de la Eurozona y que "sólo es una cuestión de calendario" que el BCE ponga en marcha la impresora de euros. Es decir, da argumentos a quienes quieran emplear al FMI como fuente de autoridad para presionar al BCE.

En lo que respecta al euro, ese QE a la europea actuaría como freno porque implicaría equilibrar las cosas. Aunque la Fed ya ha recortado su tercer programa de compras de activos (QE3) en tres ocasiones consecutivas, para reducirlo de 85.000 a 55.000 millones de dólares al mes, lo cierto es que sigue incrementando todos los meses el caudal de dólares en circulación y engordando su balance, que ya supera los 4 billones de dólares -unos 2,9 billones de euros alcambioactual-. Más en concreto, alcanza los 4,23 billones, con lo que prácticamente quintuplica los niveles previos a la crisis.

Mientras el balance de la Fed no deja de crecer, el del BCE incluso ha menguado en los últimos meses. Tras superar los 3 billones de euros durante 2012, actualmente se encuentra en los 2,16 billones de euros, es decir, sólo se encuentra 1,8 veces por encima del nivel pre-crisis.

La puesta en marcha de un programa de compras de activos implicaría detener este proceso y reanudar el aumento de tamaño del balance del BCE. Es lo que ya ha ocurrido durante la crisis con otras medidas, como las dos oleadas de compras de cédulas hipotecarias, el programa de compras de deuda pública (SMP) o los préstamos bancarios a largo plazo (LTRO).

A la espera de determinar si Draghi va en serio con la ejecución de medidas monetariasexcepcionales, el apetito por el euro y por las rentabilidades que los inversores aún pueden cazar en la Eurozona propicia que la divisa europea vuelva a las andadas alcistas con facilidad. Se observó ayer en la primera colocación de deuda pública a largo plazo de Grecia desde que pidió su primer rescate en 2010.

Captó 3.000 millones de eurosen bonos a cinco añosa un interés inferior al 5% -4,95%-. Aunque, sobre todo, el reflejo de ese apetito y del cambio de percepción con respecto a los activos denominados en euros se ve en que 550 inversores demandaron más de 20.000 millones de euros. "Más del 80% del papel colocadose lo han quedado los no residentes...¿cómo nos podemos felicitar por el éxito que supone esto en términos de la confianza sobre la supervivencia del euro y al mismo tiempo rechazar su apreciación? Demasiada contradicción", subraya José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

El euro le está saliendo respondón a Mario Draghi. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) lleva casi medio año, desde que rebajó los tipos de interés al mínimo histórico del 0,25%, intentando frenar a la divisa europea. Sabe que, en caso de conseguirlo, contaría con un poderoso aliado para luchar contra las presiones deflacionistas. Pero no hay manera. Ni siquiera basta que su homólogo estadounidense, la Reserva Federal (Fed), esté echando una mano con un progresiva retirada (tapering) de sus compras de activos y con sus insinuaciones con respecto a la futura subida de los intereses. En cuanto pasa la polvareda inicial, la divisa europea vuelve a apreciarse.

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