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La inflación de marzo mete más presión para que Draghi pase ya a la acción este jueves
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los precios se enfrían hasta el 0,5%

La inflación de marzo mete más presión para que Draghi pase ya a la acción este jueves

Máxima presión. Los precios solo se han encarecido en marzo un 0,5% con respecto al mismo mes de 2013. Todo indica que el BCE actuará este jueves

Foto: El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi

En el punto de mira del Banco Central Europeo (BCE) no se contempla que la Eurozona vaya a caer en las garras de la deflación ni que exista riesgo de que la regiónse japonice. Ese punto de mira, tal como precisó su presidente, Mario Draghi, hace un mes, establece que los precios irán subiendo gradualmente y quea finales de 2016 la inflación estará ya en el 1,7%. El problema es que la mira telescópica del BCE, como se centra en el medio plazo, también tiene que convivir con el corto plazo. Y esta visión no resulta tan apacible.

Según acaba de anunciar Eurostat, el dato provisional de inflación de marzo arroja una tasa interanual del 0,5%.Es decir, un dato que no solo es inferior al 0,6% previsto, sino que es el más reducido desde finales desde 2009 y prolonga ya a seis meses la secuencia de tasas por debajo del 1%. O lo que es lo mismo, una racha que alientalos temores deflacionistas en la Eurozona.

Este dato mete aún más presión al BCE, que este jueves encarará la cuarta reunión de política monetaria del año. Hay precedentes muy próximos en este sentido. En noviembre, el BCE ya rebajós tipos de interés al mínimo histórico del 0,25% tras conocer unos días antes que la inflación se había enfriado en octubre hasta el 0,7%. Pero es que, además, la cifra conocida hoy calientaaún más una expectación que ya era alta traslas gruesas declaraciones pronunciadas en las últimas semanas por varios de los miembros de la entidad. Entre ellas sobresalen la del todopoderoso presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann.

En concreto, Weidmann reconoció abiertamente que "la posibilidad de que el BCE compre activos no está fuera de la discusión". Es decir, el más halcón de los halcones del BCE no cerró la puerta a la opción de que la institución monetaria aún esté a tiempo de poner en marcha un programa de compras de activos similar a los que han llevado a cabo otras entidades, como la Reserva Federal (Fed) estadounidense o el Banco de Inglaterra. En el caso de Josef Makúch, gobernador del Banco de Eslovaquia y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, subrayó que ante la amenaza deflacionista que soporta la Eurozona, el BCE podría barajar otras opciones, como la de situar en negativo los intereses de la facilidad de depósito, que se encuentran en el 0% desde julio de 2011.

Estos comentarios, que alcanzan hoy una mayor dimensión, habían alentadolas expectativascon respecto a la posibilidad de que el BCE desenfunde de nuevo, después de que se vieran truncadas hace un mes por el propio Draghi. En la rueda de prensa posterior a la reunión del 6 de marzo, el banquero italiano sugirió que, con lo que la entidad ha hecho hasta ahora, podría bastar. Es decir, que no sería preciso acometer más medidas porque, conforme la inflación vaya repuntando -que es la hipótesis que maneja el BCE-, la actual política resultaría más efectiva y más expansiva porque los tipos de interés reales serían progresivamente más negativos, con lo que alentarían el crédito y la inversión y a partir de ahí el consumo y el empleo.

La sorpresa que dejó este mensaje ha dado paso ahora a la renovada esperanza de que Draghi anuncie este jueves más medidas de corte no convencional, una posibilidad que se dispara tras el dato de inflación conocido hoy. Es decir, que la entidad ponga en marcha un programa de expansión cuantativa (QE) ajustado a la normativa europea. ¿Y los tipos? No es en ellos donde se centra el foco: los 26 expertos consultados por la agencia financiera Bloomberg esperan que el BCE los mantengaen el mínimo histórico del 0,25% en el que se encuentran desde noviembre.

El mercado ya lo espera

Desde luego, el mercado ya está salivando a la espera de esta cita. Así se ha reflejado en la evolución reciente de las bolsas, las divisas y la deuda pública. Los principales índices bursátiles europeos -entre ellos el Ibex 35- acumulan dos semanas consecutivas al alza, intervalo en el que han sumado en torno a un 5%. En el mercado cambiario, el euro, que tras la reunión de marzo rozó los 1,40 dólares, se ha frenado hasta los 1,37 dólares, un viraje al que también ha contribuido la Fed, que ha sugerido que subirá los tipos antes y más de lo previsto.

Y en la deuda pública, las insinuaciones con respecto a la posibilidad de que se vea un QE a la europea han acentuado las compras de bonos, principalmente entre los países periféricos. En el caso español, ese renovado ímpetu ha permitido que el rendimiento del bono español a 10 años se haya situado por debajo del 3,25% por primera vez desde finales de 2011.

En el punto de mira del Banco Central Europeo (BCE) no se contempla que la Eurozona vaya a caer en las garras de la deflación ni que exista riesgo de que la regiónse japonice. Ese punto de mira, tal como precisó su presidente, Mario Draghi, hace un mes, establece que los precios irán subiendo gradualmente y quea finales de 2016 la inflación estará ya en el 1,7%. El problema es que la mira telescópica del BCE, como se centra en el medio plazo, también tiene que convivir con el corto plazo. Y esta visión no resulta tan apacible.

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