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Los tres mensajes que China envía al mundo al conceder una mayor libertad a su divisa
  1. Mercados
amplía la banda de fluctuación del 1 al 2%

Los tres mensajes que China envía al mundo al conceder una mayor libertad a su divisa

Solo quedaba la confirmación. Y llegó durante el fin de semana. Pekín concede más libertad a su moneda... y anticipa lo que vendrá en el futuro

Foto: Sede del Banco del Pueblo de China en Pekín
Sede del Banco del Pueblo de China en Pekín

Era esperado. Solo faltaba la confirmación oficial. Y esta ha llegado durante el fin de semana. China ha acordado ampliar las bandas de fluctuación de su divisa, el yuan o renminbi, hasta el 2%. Es decir, en adelante la divisa podrá llegar a subir o bajar en una sesión hasta un 2%. Constituye un paso más, pero no uno cualquiera. Pekín está lanzando varios mensajes con él. Y los tres tienen implicaciones planetarias.

1. Las reformas siguen su curso. Quien espere un cambio drástico o rápido en China, que espere sentado. Pero quien crea que Pekín no cuenta con una agenda reformista, se equivoca por completo. Las autoridades chinas sí están introduciendo cambios progresivos para contar con un sistema económico y financiero más abierto. Eso sí, dadas las dimensiones del país, sus vulnerabilidades y el apetito exterior por entrar en China, son conscientes de que deben implementar esos virajes de manera paulatina.

La estrategia que están siguiendo con su divisa así lo certifica. En julio de 2005, Pekín levantó el anclaje de su divisa contra el dólar, mediante el que se había mantenido en los 8,277-8,28 yuanes por dólar desde 1994. En ese momento, Occidente, que llevaba años presionando para el gigante asiático revaluara su divisa,se las prometía muy felices.

Pero el tiempo confirmó que esas expectativas no resultaban reales. China había dado el primer paso, pero el camino iba a ser largo, y siempre en función de o que conviniera a Pekín, no a Occidente. Lo que instauró fue un sistema de flotación sucia, es decir, en el que se concedería cierto margen de libertad a su moneda pero dentro de unas bandas de fluctuación vigiladas por las autoridades chinas. Primero permitió que cada día se pudiera oscilar un 0,3% al alza o a la baja; en mayo de 2007 amplió ese margen al 0,5%; y en abril de 2012, hasta el 1%. Ahora duplica esa banda y la sitúa en el 2%.

Es decir, el proceso continúa. A su ritmo. Pero continúa, y lo seguirá haciendo en los próximos meses y años. "Incrementar la flexibilidad del tipo de cambio es uno de los principales objetivos de la agenda de reformas financieras que China anunció en noviembre. La ampliación de la banda posiblemente es un paso inicial", explican los experos de Royal Bank of Scotland (RBS).

2.No es un camino de dirección única: el yuan también puede bajar.Pero Pekín ha querido matar dos pájaros de un tiro con la ampliación de la banda de fluctuación del yuan. Cuando empezó a preparar el terreno para esta decisión a finales de febrero, lo hizo coincidir con otro proceso: el debilitamiento de su moneda.

Desde la libertad condicional concedida al yuan a partir de julio de 2005, el mercado se había acostumbrado a que el yuan sólo tenía un camino: el ascendente. Con excepción del periodo que fue desde finales de 2008 hasta mediados de 2010, intervalo en el que Pekín paralizó la marcha del yuan para hacer frente a los peores momentos de la crisis tras la quiebra de Lehman Brothers, el resto del tiempo desde julio de 2005 se lo había pasado subiendo contra el dólar.

Pero en las seis últimas semanas Pekín ha maniobrado no solo para ir preparando la ampliación de las bandas de fluctuación, sino para debilitar su moneda. Y lo mismo está ocurriendo este lunes. Siguiendo la estela del anuncio de unamayor horquilla de oscilación, el yuan se depreciahasta las 6,1775 unidades por dólar y las 8,581 unidades por euro. Es decir, se encuentra en mínimos contra el billete verde desde abril de 2013 y contra la divisa europea, desde noviembre de 2011. Y en lo que va de año acumula una pérdida de valor del 2% contra el dólar y de casi el 3% contra el euro. Contra la moneda norteamericana no registraba descensos así desde los años 90.

Con este viraje, Pekín quiere lanzar varios mensajes. El primero, que nada obliga a que el yuan sólo suba y que también puede caer. Y el segundo, que si la ralentización de crecimiento es más acusada de lo previsto, Pekín también sabe jugar a la Guerra de las divisas al igual que otros, principalmente Japón y su Abenomics, e intervenir para frenar la subida de su moneda y recuperar así cierta competitividad con la que respaldar sus exportaciones."Dada la reciente debilidad de la actividad económica china y las continuas preocupaciones sobre los riesgos del sector financiero nacional, esperamos ahora una mayor depreciación del yuan a corto plazo, hasta los 6,20 yuanes por dólar en un mes, antes de moverse luego gradualmente hacia los 6,05 yuanes en doce meses", pronostican los expertos de Barclays.

Considerando la influencia del gigante asiático en la demanda mundial de materias primas y en el comercio internacional, si la debilidad del yuan persiste se puede vivir una nueva oleada de escaramuzas en la Guerra de las divisas, sobre todo por parte de sus vecinos, para no dar esa ventaja a los productos chinos. Desde luego, Estados Unidos -el dólar-, la Eurozona -el euro- y Japón -el yen- estarán muy pendientes tanto del yuan como de esas posibles réplicas.

3. Preparándose para un mayor protagonismo.Al margen de las variaciones a corto plazo del yuan, el paso adelante que supone ampliar la banda de fluctuación del yuan constituye sobre todo una promesa de lo que está por venir. Es decir, representa un anticipo del creciente protagonismo que el yuan está llamado a adquirir en las finanzas y el comercio mundial en los próximos años.Por el momento, la última encuesta trienal del Banco Internacional de Pagos (BIS) ya identificó que el yuan se encuentra ya entre las 10 más negociadas del mundo, al estar presente en el 2,2% de las transacciones, frente al 0,9% de 2010.

Con pasos como el de la ampliación de las bandas de fluctuación, está lanzando al mundo el mensaje de que, poco a poco, su divisa se irá haciendo más convertible y más libre, con lo que estará más presente en las transacciones financieras y comerciales. También, que irá desligándose paulatinamente del dólar, que todavía actúa como su principal referencia.

Era esperado. Solo faltaba la confirmación oficial. Y esta ha llegado durante el fin de semana. China ha acordado ampliar las bandas de fluctuación de su divisa, el yuan o renminbi, hasta el 2%. Es decir, en adelante la divisa podrá llegar a subir o bajar en una sesión hasta un 2%. Constituye un paso más, pero no uno cualquiera. Pekín está lanzando varios mensajes con él. Y los tres tienen implicaciones planetarias.

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