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Nueve repeticiones y una diferencia: la Fed se atasca para defender los estímulos
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bernanke mantiene sin cambios el 'qe3'

Nueve repeticiones y una diferencia: la Fed se atasca para defender los estímulos

La vida sigue igual en la Reserva Federal. Con pocos síntomas de mejoría en la economía, mantuvo el 'QE3'... y no dio muestras de querer reducirlo

Foto: El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke

Definitivamente, la Reserva Federal (Fed) no tiene prisa. La entidad -aún- presidida por Ben Bernanke avaló ayerla sensación de que sus estímulos anticrisis más extraordinarios se prolongarán más tiempo del previsto. Vamos, que su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3), con la que viene metiendo en la economía 85.000 millones de dólares al mes con la compra de deuda en el mercado, todavía seguirá durante una temporada. Lo demostró con el comunicado con el que despachó su reunión de política monetaria, puesto que fue prácticamente clavado al remitido en la anterior cita, que tuvo lugar a mediados de septiembre. Hubo, eso sí, una diferencia que también revela otro de los recelos del banco central estadounidense.

Las coincidencias...

1. El crecimiento sigue siendo "moderado". Pasa el tiempo. Y la economía no despega. En septiembre, la Fed definió la recuperación como "moderada". Y ayer mantuvo su visión.

2. "El desempleo permanece elevado". Tampoco hay cambios en el frente del empleo. Y repitió, por tanto, sus dos mensajes en uno: por un lado defendió que "las condiciones del mercado laboral han mostrado una mejoría adicional", pero por otro reiteró que "el paro permanece elevado". Como Bernanke ha supeditado su política monetaria a la recuperación del mercadolaboral, ese diagnóstico aleja la posibilidad de que la institución frene los estímulos en 2013.

3. "La política fiscal está frenando el crecimiento". Lo dijo en septiembre. Y lo mantuvo ayer. En opinión de la Fed, la disputa fiscal entre republicanos y demócratas está siendo un freno para la recuperación. Teniendo en cuenta que a comienzos de 2014 ambos partidos volverán a abrir el debate sobre los prespuestos y el límite de la deuda, este factor de incertidumbreamenaza con retrasar el inicio de la retirada de los estímulos por parte de la Fed.

4. "Las expectativas de inflación han permanecido estables". Tampoco hubo modificaciones en el frente de los precios. La Fed considera que no hay riesgo de inflación y que los bajos niveles de precios existentes ahora se corregirán a medio plazo.

5. "Esperar más evidencias".Llegados a este punto, con más de 3 billones de dólares dedicados a la compra de deuda en el mercado mediante sus tres programas de expansión cuantitativa -QE1, QE2 y QE3- desde 2008, Bernanke tiene claro que no quiere precipitarse. Por eso, y como ya hizo en la cita de septiembre, ayer certificó que necesita "más evidencias" de que la recuperación es fiable para comenzar a reducir las compras del QE3. Por tanto, continuará dedicando 85.000 millones de dólares al mes a la adquisición de deuda pública e hipotecaria en el mercado. Y los expertos creen que continuará siendo así al menos hasta marzo de 2014.

6. "...Hasta que la perspectiva sobre el mercado laboral haya mejorado sustancialmente en un contexto de estabilidad de precios". Está claro. La recuperación del empleo es la prioridad de la Fed. Y mientras no se produzca no variará su actual política monetaria. Una tasa de paro como la actual, situada en el 7,2%, es demasiado alta para EEUU, donde la tasa de desempleo media de los últimos 50 años se limita al 6,1%.

7. "Las compras de deuda no están predefinidas". Otro mensaje introducido en el comunicado de septiembre que mantuvo en el de ayer. Es la forma en la que Bernanke quiere subrayarque la Fed puede alterar el ritmo de las compras en cualquier momento.

8. "Una política monetaria altamente acomodaticia seguirá siendo apropiada durante un largo periodo de tiempo". Los tipos de interés, anclados entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008, no se tocan. Ni ahora ni cuando se retire el QE3 ni cuando la recuperación se afiance. Seguirán en la horquilla actual mientras el paro no baje, al menos, hasta el 6,5%. Así venía siendo... y así sigue siendo.

Y 9. Esther George votó en contra. A estas alturas de año, Esther George ya no puede cambiar. Y no cambió. Como en las restantes reuniones del año, votó contra la actual política de la Fed. ¿El motivo? En su opinión, las actuales medidas de la institución pueden causar "futuros desequilibrios económicos y financieros" y"un aumento de las expectativas de inflación".

...Y la únicadiferencia

Entre el comunicado de septiembre y el de octubre sólo existió una diferencia. Notable, eso sí. Si hace un mes la Fed mostró en dos pasajes diferentes su preocupación por el repunte de los intereses hipotecarios y el impacto que podría tener en la economía, ayer omitió las alusiones por completo.¿A qué se debe este cambio? Posiblemente, a la moderación de esas tensiones, puesto queen las seis últimas semanas el rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años ha bajado del 2,85 al 2,53% y el de las obligaciones a 30 años, del 3,85 al 3,63%. Como estas rentabilidades son la referencia para los productos hipotecarios, su descenso relaja también los intereses de las hipotecas.

Ahora bien, este planteamiento conduce a su vez a otra clave que no conviene olvidar. La Fed es muy sensible al repunte de los intereses de la deuda porque no se fía de que la economía esté preparada para soportar unos costes de financiación más caros. Otra excusapara posponer la reducción del QE3. Unamás.

Definitivamente, la Reserva Federal (Fed) no tiene prisa. La entidad -aún- presidida por Ben Bernanke avaló ayerla sensación de que sus estímulos anticrisis más extraordinarios se prolongarán más tiempo del previsto. Vamos, que su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3), con la que viene metiendo en la economía 85.000 millones de dólares al mes con la compra de deuda en el mercado, todavía seguirá durante una temporada. Lo demostró con el comunicado con el que despachó su reunión de política monetaria, puesto que fue prácticamente clavado al remitido en la anterior cita, que tuvo lugar a mediados de septiembre. Hubo, eso sí, una diferencia que también revela otro de los recelos del banco central estadounidense.

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