RIP resultados trimestrales: la nueva directiva de transparencia los entierra

Es un movimiento sin retorno y tanto en los pasillos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), como en las sedes de muchas grandes compañías, ya empieza a hablarse sobre cuándo llegará ese momento a España.

Se trata de la defunción de los resultados trimestrales, una información que todas las cotizadas están obligadas a publicar y que Europa quiere eliminar. De hecho, ya está trabajando en ello, dentro de la nueva directiva de Transparencia.

Dentro de los relajados plazos que siempre se toma Bruselas, el mensaje oficial es que el nuevo documento estará pronto y, a partir de ese momento, ya dependerá de los políticos españoles su trasposición a la normativa nacional.

El motivo que esgrime la Comisión para hacer desaparecer estos informes es que son muy genéricos en las exigencias que hacen sobre lo que se debe comunicar y, por tanto, considera que es preferible eliminar esta carga de trabajo y, en cambio, propone centrar los refuerzos en mejorar los informes semestrales de gestión.

Una última opción

No obstante, fuentes consultadas por El Confidencial aseguran que Europa podría dejar abierta una puerta para que, si algún país así lo desea, pueda seguir obligando a sus cotizadas algún tipo de reporte trimestral.

Esta nueva vuelta de tuerca sobre las obligaciones de información de las compañías llega justo cuando las empresas españolas se enfrentan a nuevas exigencias en materia de buen gobierno y transparencia.

Por una parte, este miércoles se prevé que esté listo el documento de trabajo elaborado por el grupo de expertos que, capitaneados por la presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, va a proponer al Gobierno que contenido de los códigos corporativos debería adoptar rango de ley.

Además, la CNMV acaba de elaborar una guía para que las entidades cotizadas realicen el Informe de Gestión conforme a las exigencias de Transparencia de los mercados, ya que en demasiadas ocasiones las empresas presentan estos documentos con exceso o defecto de información.

De hecho, según denuncia un estudio de la Fundación Compromiso y Transparencia, ninguna empresa del Ibex cumple los estándares internacionales de buenas prácticas corporativas.