Draghi centra el foco en servir otra 'superronda' la banca en su barra libre

Ni en jueves ni en Fráncfort. La reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) de octubre viene cargada de novedades. La primera, que tiene lugar hoy, un miércoles, cuando lo habitual es que se celebre el primer jueves de cada mes. Y la segunda, que tendrá lugar fuera de suelo alemán, puesto que esta vez los miembros del Consejo de Gobierno de la entidad se verán las caras en París, un viaje que responde a la costumbre del BCE de reunirse al menos dos veces al año fuera de su cuartel general de Fráncfort para proyectar la imagen de que no es una institución germana, sino europea.

La décima cita del año viene marcada por sensaciones encontradas. Por un lado, la Eurozona, tal como anticipaba la entidad presidida por Mario Draghi, está enviando progresivos síntomas de mejora. Los índices de actividad del sector empresarial y de servicios permanecen por encima de los 50 puntos, con lo que ratifican la impresión de que la economía se está reactivando después de que la región ya saliera de la recesión en el segundo trimestre de 2013. Sin embargo, por otro lado sigue habiendo nubarrones. Unos internos, como el tercer rescate de Grecia o la crisis política abierta en Italia, y otros externos, como los problemas fiscales en Estados Unidos y la incertidumbre con respecto al momento en que la Reserva Federal (Fed) comenzará a moderar sus estímulos monetarios.

En este contexto, todo indica que el BCE se mantendrá en modo cautela. Es decir, insistirá en que su sesgo sobre los tipos de interés continúa siendo bajista, pero sin que esta actitud se traduzca en recortes en el precio del dinero. Así lo esperan los 52 expertos consultados por la agencia financiera Bloomberg, que se inclinan de forma unánime por un mantenimiento de los tipos en la cita parisina. Seguirían así en el mínimo histórico del 0,5% en el que se encuentran desde mayo de este año.

Sí hay más expectación ante la posibilidad de que el BCE ponga en marcha -o, al menos, confirme que lo está estudiando- nuevas medidas para reforzar la liquidez del sistema financiero. Más que nada, porque el propio Draghi sugirió el 23 de septiembre que la entidad ya está barajando esta opción, tal como ya ocurrió a finales de 2011. En ese momento, y nada más relevar a Jean-Claude Trichet en la presidencia del BCE, el banquero italiano convocó dos operaciones para prestar a los bancos europeos por un plazo de tres añostanto dinero como le pidieran (LTRO).Nunca antes el BCE había servido una ronda tan a largo plazo en su barra libre de financiación bancaria. Y las entidades bien que lo aprovecharon, porque entre ambas operaciones captaron 1,02 billones de euros en la ventanilla del BCE.

Las mejores condiciones de mercado están propiciando que los bancos estén devolviendo ya los importes de esos préstamos, una respuesta que puede volver a generar tensiones en los costes de financiación. Más aún, en un horizonte en el que la Fed podría empezar a reducir sus compras de deuda en el mercado. Para contener ese posible riesgo, el BCE podría cubrirse con la convocatoria de otro LTRO."Es improbable que haya recortes de tipos, pero Draghi ha subrayado que el BCE está preparado para suministrar más liquidez. Esto sugiere que otro LTRO podría ser discutido", confirma Marie Diron, de Ernst & Young Eurozone Forecast. "Mario Draghi podría sacar el as del LTRO que ya anunció la semana pasada como herramienta que puede usar en el cierre de año si la banca necesitase más liquidez", apunta igualmente Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.