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China cambia el rumbo: miedo a corto plazo, pero una oportunidad a largo
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EL YUAN SE POSTULA COMO DIVISA DE REFERENCIA

China cambia el rumbo: miedo a corto plazo, pero una oportunidad a largo

China, China, China. De un tiempo a esta parte, cada vez que el mercado sufre una sacudida hay una constante en la argumentación: “…sumado a una

China, China, China. De un tiempo a esta parte, cada vez que el mercado sufre una sacudida hay una constante en la argumentación: “…sumado a una ralentización de la economía China”; “… a la vez que un mal dato publicado en China”; “…junto al miedo a un colapso del crédito en China”. El jueves pasado, el pánico se extendió como la pólvora a lo largo y ancho del globo por una combinación de factores: el anuncio del calendario de retirada de los estímulos de la Reserva Federal y, como no, el peor PMI manufacturero en China en siete meses.

Las preguntas clave son: ¿qué está pasando realmente en el gigante asiático? ¿Es algo por lo que haya que preocuparse? Los hechos son los siguientes: el PIB se ralentizó al 7,7% en el primer trimestre del año desde el 7,9% de finales de 2012 y el interés interbancario se disparó el jueves hasta tocar un récord del 30% para cerrar en el 12,37%. Esto se ha traducido en fuertes desplomes bursátiles y una abrupta caída de los precios de materias primas. Y, a pesar de ello, el Banco Central de China se mantiene firme en su decisión de no inyectar liquidez.  

“El mundo a escala global está mejor que en 2007, porque está curándose"Los mercados han asumido que el dinero es escaso porque la banca se encuentra al borde del colapso y la justificación más común en los últimos días de cualquier turbulencia es el miedo a un credit crunch el China. Sin embargo, esta es una explicación superficial y hay que profundizar dentro de la propia historia del gigante asiático. Teniendo en cuenta que después de cada Congreso Nacional del Partido Comunista se han producido reformas económicas de calado, tras el último, celebrado a finales de 2012, es legítimo pensar en que el Gobierno del nuevo presidente de la República Popular, Xi Jinping, se ha fijado como objetivo convertir el yuan o renminbi en divisa de referencia.

Corregir los desequilibrios y evitar burbujas

Al menos eso es lo que defiende Alex Fusté, economista jefe de AndBank. “Se encaminan hacia una liberalización del renminbi para convertirlo en un medio de pago aceptado”, asegura el experto. “Para ello hay que crear credibilidad, por lo que tienen que alejar cualquier riesgo de burbuja y corregir los desequilibrios, que en la banca los hay grandes como el shadow banking”, esto es, el sistema bancario en la sombra que comprende aquellos activos fuera de balance.

Y eso se consigue restringiendo la liquidez, de manera que los bancos no se apalancan tanto y se ven obligados a vender activos que tienen fuera de balance. La consecuencia es que dejan de dar crédito, que es en lo que está el país en estos momentos. En definitiva, lo que está ocurriendo en China no es otra cosa que un drenaje del exceso de liquidez y no parece que el banco central vaya a cambiar su política monetaria, más aún después del resultado de su última reunión, de la que se desprende que de estímulos a corto plazo, ni hablar.

“Es una buena decisión que va a tener un impacto negativo a corto plazo, pero que es netamente positiva a largo”, afirma Fusté. “Si no lo hicieran, también la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, estarían creando, tanto en occidente como en Asia, la tercera burbuja y sería la madre de todas ellas”. En este sentido, el experto defiende que “el mundo a escala global está mejor que en 2007 porque está curándose, aunque todo proceso de curación el doloroso”.

Asia busca una alternativa al dólar

Así, China ha entendido que con el aumento del comercio internacional puede haber escasez de dólares, porque no crecen al mismo ritmo. Si esto ocurre no se pueden liquidar las operaciones y el comercio se frena. Por eso, Asia tiene que buscar una alternativa al dólar, como ocurrió en Europa en los años 70, primero con el marco alemán y luego con el ecu, que fue la semilla del euro. “Ahora esto está ocurriendo en Asia y es una supernova económica, que la gente todavía no ve o no entiende las importantes connotaciones positivas que tiene”, asegura Fusté.

De hecho, en 2012 el 15% de las operaciones en Asia se liquidaban en renminbis y ahora ya se acerca al 20% del total. Pero esto solo es posible teniendo un mercado de deuda sólido que dé soporte a la divisa y por ello el gobierno del país está llevando a cabo medidas como la ampliación de las cuotas de participación para los inversores extranjeros. De hecho, el experimento fue el Dim Sum Bond Market y su éxito pone de manifiesto que existe interés en la divisa.

Así, todos los esfuerzos se dirigen en dar credibilidad al mercado de bonos y eso se consigue sin inflación. Para ello el gobierno de Xi Jinping está frenando el crecimiento.

En definitiva, la ralentización de la economía china no debe verse como una tragedia, sino como una oportunidad. Sin esta intervención de la segunda economía del mundo se estarían registrando crecimientos de doble dígito. Pero, la reflexión final es: ¿qué es  mejor, un crecimiento estructural del 7% o un crecimiento cíclico del 10%?

China, China, China. De un tiempo a esta parte, cada vez que el mercado sufre una sacudida hay una constante en la argumentación: “…sumado a una ralentización de la economía China”; “… a la vez que un mal dato publicado en China”; “…junto al miedo a un colapso del crédito en China”. El jueves pasado, el pánico se extendió como la pólvora a lo largo y ancho del globo por una combinación de factores: el anuncio del calendario de retirada de los estímulos de la Reserva Federal y, como no, el peor PMI manufacturero en China en siete meses.