Es noticia
Vino, relojes, violines... pasiones que cautivan al mundo de la inversión
  1. Mercados
LOS BIENES TANGIBLES, ALTERNATIVA A LOS ACTIVOS FINANCIEROS

Vino, relojes, violines... pasiones que cautivan al mundo de la inversión

La volatilidad de los mercados tiene desconcertados a los inversores y los activos considerados refugio o bien ofrecen bajas rentabilidades, como el bund alemán o los bonos americanos,

La volatilidad de los mercados tiene desconcertados a los inversores y los activos considerados refugio o bien ofrecen bajas rentabilidades, como el bund alemán o los bonos americanos, o están sufriendo una corrección, como el oro. Con este escenario, buscan inversiones alternativas en activos tangibles, como el arte, el vino, la música o los coches, que además en muchos casos constituyen sus verdaderas pasiones o hobbys. Es lo que ha pasado a denominarse passion investments. Pero lejos de ser un dinero perdido, son inversiones rentables; eso sí, siempre que se realicen con un horizonte temporal a largo plazo, ya que la clave de la mayoría de ellas es el paso del tiempo.

Quizá la más conocida es la inversión en arte. Este sector también ha sufrido con la crisis y los precios se han ajustado desde los máximos que alcanzaron en 2006. Sin embargo, las obras de los buenos artistas siempre se revalorizan. La prueba es que el año pasado, a pesar de la crisis, se batió el récord pagado por un cuadro: El Grito, del artista expresionista noruego Edvard Munch, se vendió por 90,7 millones de euros.

“La inversión en arte, en piezas de primer nivel, sigue estando en auge. Lo que han bajado son los precios de las obras intermedias, que es el extracto más afectado por la crisis”, explica Consuelo Durán, directora de Durán Arte y Subastas. “Los inversores buscan valores seguros, artistas contrastados y las ventas se realizan sobre todo el ámbito internacional, porque en España la situación es complicada. Antes se reinvertían las plusvalías procedentes de otras inversiones, pero ahora no hay beneficios que reinvertir”, señala Carles Xarrié, director de Arte y Subastas.

No es de extrañar que los inversores apuesten artistas reconocidos, ya que sus obras “no suelen perder valor”, según reconoce Paloma Díez, directora de subastas de Ansorena. “Es muy difícil predecir la evolución de una obra porque a veces una artista contemporáneo se revaloriza de repente. En el caso de los consagrados, unas veces suben más y otras menos, pero siempre son rentables”, apunta. Por ejemplo, el índice Citadel Art Price ganó el año pasado un 12,2%, aunque en el primer trimestre de este año cae un 5,3%.

El perfil de los inversores sigue siendo el mismo que antes de la crisis: coleccionistas particulares, fundaciones y fondos de inversión, aunque estos últimos tienen menos presencia este año. “Tuvieron un gran auge hasta el año pasado, pero en este ejercicio están menos activos. Sobre todo, están surgiendo nuevos productos en Rusia y en China, que son los mercados que están tirando del sector”, destaca Xarrié.

En el mercado existen alrededor de 50 fondos que invierten en arte, muchos de ellos especializados en un estilo concreto o en un periodo determinado. Sin embargo, sus características son diferentes a las de los fondos tradicionales. Son ilíquidos, poco transparentes, volátiles y, sobre todo, poco accesibles. La mayor parte de ellos cuenta con inversiones iniciales muy elevadas y en algunos casos incluso hay que ceder una obra al fondo. Los rendimientos que ofrecen a los partícipes vienen derivados de la compra-venta de piezas o de las rentas que obtienen por cederlas a museos.

El más accesible es Castlestone Art Fund, que exige una entrada mínima de 10.000 euros, pero hay otros, como The Fine Art Fund, que pide 250.000 dólares para formar parte del selecto club. Similares son las barreras de Anthea 1 Contemporary Art Investment Fund o Artemundi Global Fund. Asimismo, hay algunos productos noveles que han surgido al calor del boom de los mercados emergentes, como el Brazil Golden Art, que invierten en artistas contemporáneos brasileños, o el ruso Sobranie Photoeffect. En España, actualmente no hay ningún vehículo de estas características, ya que el único que existía, Valencia Comtemporary Art Colllection, liquidó sus activos en 2011.

Inversión líquida

Pero no solo de arte vive el hombre. El vino también se ha convertido en objeto de culto y, por tanto, en una potencial inversión, que además es rentable. El índice Liv Ex Wine 50 se revaloriza este año un 6,7% y a cinco años gana un 24,5%. Desde 1988 ofrece un retorno medio del 12%. “Las personas quieren compatibilizar sus pasiones con sus inversiones y el vino es una de ella”, afirma José Luis Jiménez, director de March Gestión.

En opinión de Jiménez, el vino es la “mejor inversión”, ya que es “el activo más rentable y menos volátil”. Para canalizar dicha inversión hay dos formas de hacerlo. Por un lado, adquiriendo botellas de vino y, por otro, a través de fondos.

“Comprar vino físicamente tiene algunas desventajas, como que no es líquido (hay que vender la botella y encontrar comprador), hay que conservarlo en buenas condiciones, no se sabe qué precio puede llegar a alcanzar y, además, se han dado algunos casos de fraude”, detalla Jiménez. Aunque también hay mucho que ganar. No en vano, en el mercado hay botellas que han llegado a revalorizarse de manera desproporcionada debido a la buena cosecha de ese año, como sucedió con un Vega Sicilia del 68, que llegó a venderse en Cristie's por 9.860 euros. Además, los expertos apuntan a que los precios de los buenos caldos están otra vez en niveles pre-crisis.

En el caso de invertir a través de fondos, hay dos tipos de productos. Los que invierten solo en vino, como el biritánico The Vintage Wine Fund, que exige una inversión mínima de 100.000 euros y tiene liquidez mensual, o AWM Wine Fund, un producto que se revaloriza un 28% desde su lanzamiento en 2006, y los fondos que invierten en la cadena del valor del vino, como el Vini Catena de March Gestión.

Se trata de un fondo que desde su lanzamiento hace tres años se revaloriza un 43%, frente al 24% del MSCI, y con una volatilidad del 9,5% (el índice soporta un 16%). Es un producto global, con liquidez diaria y una inversión mínima de 10 euros, que invierte en compañías presentes en la fabricación de vino: desde fertilizantes, hasta empresas vidrieras, pasando por bodegas o distribuidores. El producto de March Gestión ha tenido mucho éxito y ya maneja más de 100 millones de euros y se comercializa en 15 países distintos. “Nuestra próxima parada será Alemania”, reconoce José Luis Jiménez.

Una oportunidad puntualmente rentable

Los relojes también pueden convertirse en una inversión. Las piezas antiguas o los que son una joya en sí mismos son objeto de culto de coleccionistas, pero requieren de un cuidado máximo que no todo el mundo puede dispensar. Como en otros ámbitos, canalizar esta inversión a través de fondos tiene sus ventajas.

En 2010, dos ex gestores de Carmignac, Miriam Mascherin y su marido Michel Tamisier, crearon la gestora Elite Advisors y en 2011 lanzaron el fondo Precious Time, que adquiere relojes antiguos y de ediciones limitadas, así como de firmas de prestigio, como Patek Philippe -la marca más deseada por los coleccionistas, Cartier o Rolex. El año pasado obtuvo un rendimiento del 10,9% y desde su creación se anota un 24,5%.

Opciones que suenan bien

Para los amantes de la música y, más concretamente de los violines, su pasión también puede convertirse en inversión. Hay varios fondos que adquieren violines antiguos, especialmente fabricados por lutieres de los siglos XVII y XVII (como Stradivarius), y también de violinistas actualmente en activo, a los que permiten seguir tocando su instrumento con la esperanza de que se revaloricen. Es el caso de Artist Rare Instrument Fund o Fine Vioilins Fund.

El motor de una cartera

Por supuesto, la inversión en coches clásicos es otra opción. Según los datos de Historic Automobile Group International, los automóviles antiguos se revalorizaron el año pasado un 19%. Una ganancia similar apunta el Haggerty Classic Car Index (mide el valor de los coches clásicos), que en 2012 ganó un 13,4%. Pero para quien no quiera ocuparse de su puesta a punto o de dónde guardarlos, los fondos de inversión también le facilitan esta labor. IGA Automobile, Classic Car Fund –con sede en suiza y una inversión mínima de 100 euros- o Family Classic Cars Fund –la inversión inicial de este fondo estadounidense asciende a 10.000 dólares- son algunos de los vehículos que existen en el mercado.

Una apuesta brillante

Dicen que los diamantes son los mejores amigos de las mujeres y también una de las inversiones más rentables. “Los diamantes a partir de dos kilates son un valor seguro”, reconoce Gema Corral, responsable de subastas de joyas de Ansorena, que destaca, además, las piezas creadas entre 1900 y 1960, las de las grandes firmas, como Cartier, y las piedras preciosas de color que no estén tratadas como el zafiro, la esmeralda o el rubí.

Para quien no entienda de joyas, pero quiera aprovechar su revalorización gracias al incremento de la demanda por parte de los países emergentes, también hay fondos. Elite Advisors, además de un fondo de relojes también cuenta con un vehículo que invierte en piedras preciosas: Elite Exclusive Collection Fund - Divine Jewels, que gana en el año un 1,7% y a un año un 5,75%.

La volatilidad de los mercados tiene desconcertados a los inversores y los activos considerados refugio o bien ofrecen bajas rentabilidades, como el bund alemán o los bonos americanos, o están sufriendo una corrección, como el oro. Con este escenario, buscan inversiones alternativas en activos tangibles, como el arte, el vino, la música o los coches, que además en muchos casos constituyen sus verdaderas pasiones o hobbys. Es lo que ha pasado a denominarse passion investments. Pero lejos de ser un dinero perdido, son inversiones rentables; eso sí, siempre que se realicen con un horizonte temporal a largo plazo, ya que la clave de la mayoría de ellas es el paso del tiempo.